YRURTIA ROGELIO(1879 – 1950)
Si bien el país en el siglo XIX contaba con pintores tanto extranjeros como nacionales como Morel, Somellera y Prilidiano Pueyrredón, no ocurría lo mismo con la escultura.
Recién comenzó el trabajo de nuestros plásticos a fines del siglo XX y a ser destacada después del 1900.
Hasta entonces se emplazaron en los paseos públicos, monumentos y estatuas sólo realizadas por escultores extranjeros.
El oficio de escultor es complejo porque a la materia inerte: piedra, metal o madera debe sumarse la creatividad del artista para ser expresivas obras de arte.
El primer escultor nativo fue el maestro Lucio Correa Morales, formado en Florencia, Italia, aunque con su personalidad se alejó del clasicismo, adoptando una mayor libertad en el desarrollo de las formas, e Yrurtia sería su mejor discípulo.
¿Quién fue Rogelio Yrurtia? Considerado el escultor argentino más importante del siglo XX, sus obras se exhibieron en París y recibió numerosos premios internacionales.
Dejó como legado monumentos por todo Buenos Aires, muchos inspirados en próceres de la historia nacional. Entre sus principales obras se encuentra el Canto al trabajo, ubicada en Buenos Aires frente a la Facultad de Ingeniería de la UBA.
Rogelio Yrurtia nació en Buenos Aires, el 6 de diciembre de 1879.
A los 19 años ingresó a la Escuela de la Sociedad Estímulo de Bellas Artes donde aprendió su arte de grandes maestros como Lucio Correa Morales y Jules-Félix Coutan. En 1916 comenzó a trabajar en el “Monumento a Rivadavia”, emplazado en Plaza Miserere, el cual al decir de Antonio Aita, “guarda en su aspecto severo, la sobriedad y la línea del arte clásico”.
Su cabeza de yeso “Serenidad” obtuvo en 1911 el Gran Premio de Honor en la Exposición de Arte de Barcelona.
A los 20 años fue becado, con el Premio Europa otorgado por el Ministerio de Instrucción Pública, debido a sus notables dotes de artesano, ganó una beca y al año siguiente se radicó en Italia y París, donde concurrió a la Academia Jullien y es un asiduo asistente presencial al taller del escultor Jules Félix Coutan.
Gracias a esta influencia y a sus nuevos contactos europeos expone en el Salón de la Société National des Artistes Francaises en el año 1903, y obtiene al año siguiente el Gran Premio de Honor en la afamada Exposición Universal en la ciudad Saint Louis de Norteamérica.
Hecho que le permitió formarse en París, en un estudio de Boulogne-sur-Seine donde vivió y desarrolló su carrera durante dos décadas, viajando con frecuencia a nuestro país. Allí tomaría contacto con la obra de Auguste Rodin.
Si bien encontró magníficas Bellas Artes en Europa volcó sus irrepetibles ultra dimensionales creaciones en su tierra natal: Ciudad de Buenos Aires.
Trabajaba con obsesión y desvelo cada una de sus piezas. Muchas veces creaba figuras y las destruía hasta alcanzar la perfección absoluta.
Creía en el arte como instrumento de acción y desarrollo cultural. La pasión, la poesía y su visión del mundo están presente en cada una de sus obras.
Fue así que la Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires le encomendó “Canto al trabajo” y el Jockey Club “El poeta ante el dolor humano”.
Canto al trabajo: Facultad de Ingeniería (UBA). Paseo Colón 850, cruce con Independencia.
Otras obras magistrales.
Monumento a Bernardino Rivadavia: Plaza Miserere.
Monumento a Manuel Dorrego: ¨Plazoleta Suipacha. Esquina de las calles Viamonte y Suipacha.
Justicia: en la entrada del Palacio de Justicia, Talcahuano 550 (Buenos Aires).
Durante esos diez años de labor intensa, por iniciativa de Alfredo Palacios, su casa fue convertida en museo “Museo Casa de Yrurtia”, abierta al público bajo la supervisión y dirección del mismo maestro.
En el año 1942, Yrurtia y su esposa transfieren al Estado Nacional su casa del barrio de Belgrano con su mobiliario y obras de arte, en agradecimiento y devolución al pueblo argentino por todo lo recibido. Fue la primera mujer en dirigir un Museo Nacional. Se encargó de la gestión museística y editó un catálogo sobre la institución.
El célebre maestro murió en Buenos Aires el 4 de marzo de 1950 a los 71 años de edad.
Luego del fallecimiento de su marido, Lía abandonó su actividad artística para darle paso a una nueva etapa en su vida: dirigir el Museo Casa Yrurtia.
Fue la primera mujer en dirigir un Museo Nacional. Se encargó de la gestión museística y editó un catálogo sobre la institución.
NOTA CURIOSA DE NUESTRA CIUDAD DE ROSARIO:
El Moisés, escultura emplazada en el Ingreso al Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino en el Parque Independencia es obra de Rogelio Yrurtia.
El “Canto al trabajo” emplazado en avenida Colón e Independencia exalta “la historia de los colonos de la pampa húmeda. La tierra nueva establecía la ley imperiosa y sólo en la amplitud del esfuerzo humano, en su pasión por la libertad, en la armonía de la familia, podían construirse los elementos de la victoria”, según expresa Ángel Mazzei en Comentarios tomados de “Buenos Aires y sus esculturas: Ediciones Zago.
Tras una larga vida dedicada a su innata vocación, Yrurtia falleció el 4 de marzo de 1950, dejando en Buenos Aires, un silencioso conjunto de perfectas concepciones, eternas muestras de su elocuente amor por su ciudad natal.