VILLARINO BASILIO (1741-1785)
En el siglo XVIII vivían en
Buenos Aires unos cuarenta mil habitantes. Poblado que desde 1776 ostentaaba
el pomposo título de Capital del Virreinato del Río de la Plata.Creación
real de Su Majestad Católica - que Dios lo guarde - se decía -.
Nuestro monarca, por entonces Don Carlos III, que hizo tal emprendimiento para
salvaguardar sus territorios del avance implacable de los portugueses y dar
unidad a 6 millones de kilómetros cuadrados que iban del Pacífico
al Atlántico, y y desde el río Madre de dios y el lago Titicaca
al mar que se prolongaba al sur del Cabo de Hornos.
Mientras tanto en ese siglo las expediciones por mar a las costas patagónicas
se multiplicaban, con el propósito de establecer puntos de apoyo al tráfico
marítimo, de controlar las reservas de focas y lobos marinos o bien para
conocer científicamente la realidad de esas apartadas regiones del mundo.
El 4 de octubre de 1766 se producía uno de los hechos más significativos
en la historia de los derechos argentinos, cuando España tomaba posesión
de las Islas Malvinas , por formal entrega de Francia. Hecho que significaba
el origen del despojo que en 1733 harían los ingleses.
En el siglo XVIII, sin que terminaran las correrías de las naves corsarias
o mercantiles al igual que los franceses, en España surgiría un
acuciante interés por los estudios etnográficos de nuestro sur,
pues hasta entonces llegaban al Viejo Mundo y circulaban noticias deformadas.
Basilio Villarino, nacido en La Coruña en 1741, como ayudante de piloto
en la fragata “Perpetua” de la armada española se lanzó
hacia el Río de la Plata.
Llegó a Montevideo en 1774, de donde partiría 4 años después
para reconocer las costas y ríos de la Patgonia, de cuya comisión
daba cuenta al virrey de Buenos Aires en diarios e informes – así
acota Udaondo en su obra “Plazas y calles de Buenos Aires”.-
Exploró en 1780, el río Colorado y sus costas, reconociendo la
bahía de Todos los Santos, puerto Deseado, las islas del Buen Suceso
y las adyacentes, siendo elevado por mérito, a la categoría de
piloto de la Real Armada española.
Dos años después exploraría el río Negro llegando
a la confluencia del Limay y Neuquen, visitando la isla de Choel – Choel,
donde se fortificó, después de emplear un año en esa penosísima
exploración.
Villarino fue realmente un aventurero porque recién 50 años después,
en el siglo XIX, Rosas repetiría su itinerario, en la Campaña
al Desierto con hombres bien pertrechados y mejores conocedores del modo de
vivir de los aborígenes de esas regiones.
El explorador español confiado de su dominio de la región , acompañando
a don Juan de la Piedra, Intendente general de los establecimientos de las costas
patagónicas, en una arremetida contra indios rebeldes fue herido de muerte
el 26 de enero de 1785.
Argentina , como país generoso, honra sus aventuras bautizando sus calles
con su nombre.
Bibliografía:
Mikielievich Wladimir C.: Diccionario de Rosario (Obra inédita).
Villarino. Calle. Topografía:
Corre de E. a O. desde 3400 hasta 3799, a la altura de Nahuel Huapi 4600. Barrio
Acindar.
Se le impuso ese nombre por D. 19.381 del año 1956, nombre que se le
dio desde su apertura.
Recuerda a Basilio Villarino (1741 – 1785), explorador español
de los ríos Negro, Limay y Collón- Curá.