VERANO

¿Qué es el movimiento de traslación de la Tierra?
Es el movimiento que realiza el planeta donde vivimos desplazándose alrededor del Sol, en órbita elíptica, en sentido contrario al de las agujas del reloj.


El tiempo que tarda la Tierra en dar una vuelta completa es de 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos (aproximadamente en un año), que en geografía llamamos “movimiento de traslación”.


La órbita tiene un perímetro de 940 millones de kilómetros, con una distancia promedio al Sol de 149 597 870 km, distancia que se conoce como unidad astronómica (U. A.). De esto se deduce que la Tierra se desplaza en el espacio exterior a una velocidad media de 107 227 km/h, o 29.8 km/s, en el plano de la eclíptica.
(Por ser la órbita elíptica y no circular, la velocidad no es constante, oscila entre 30.3 km/s de velocidad máxima en el perihelio y 29.3 km/s de velocidad mínima en el afelio)


Durante este viaje, el tiempo en muchas partes del mundo cambia en un patrón regular conocido como las estaciones.
Año tras año, primavera, verano, otoño e invierno se siguen uno a otro.


¿Cuál es la causa del movimiento de traslación?


La causa del movimiento de traslación es la acción de la gravedad y origina una serie de cambios que, al igual que el día, permiten la medición del tiempo.


Tomando como referencia el Sol, resulta lo que se denomina año tropical, lapso necesario para que se repitan las estaciones del año.


La Tierra tiene estaciones porque su eje está inclinado en un ángulo aproximado de ½ grados.


Siempre se inclina en la misma dirección, mientras gira en torno al sol, por lo que la cantidad de luz solar que golpea los hemisferios Norte y Sur cambia a medida que nuestro planeta prosigue su lista.


En el hemisferio septentrional o Norte el verano tiene lugar entre junio, julio y agosto, mientras que en el meridional o Sur comienza el  21 de   diciembre, enero, febrero, hasta el 21 de marzo.


Cabe destacar que, cuando en el hemisferio  Sur tiene lugar la época estival o de verano,  en el hemisferio Norte es invierno (y viceversa).


El verano o estío es una de las cuatro estaciones, siendo la más cálida de ellas, pues tiene las marcas térmicas más elevadas.


Los días continúan alargándose desde el equinoccio de primavera hasta el solsticio y los días de verano se acortan progresivamente después del solsticio, por lo que el verano meteorológico abarca la acumulación del día más largo y una disminución posterior, teniendo el verano muchas más horas de luz que la primavera.


Teniendo en cuenta sólo las horas de luz, el solsticio de verano marca el punto medio, no el principio, de las estaciones. El solsticio de verano tiene lugar durante la noche más corta del año, que es el solsticio de verano, o en una fecha cercana que varía según la tradición.


Cuando es habitual un desfasaje estacional de media estación o más, el cálculo basado en marcadores astronómicos se desplaza media estación.


​ Según este método, en América del Norte, el verano es el periodo que va desde el solsticio de verano (normalmente el 20 o 21 de junio en el hemisferio norte) hasta el equinoccio de otoño. ​

Astronómicamente, el solsticio de verano (alrededor del 21 de diciembre en el hemisferio austral y el 21 de junio en  el boreal) marca el comienzo de esta estación​ y el equinoccio de otoño (alrededor del 21 de marzo el austral y el 23 de septiembre el boreal) marca el término de esta estación y el comienzo del otoño.​


En la zona intertropical a veces se emplea el término “verano” para referirse a la estación seca, e “invierno” para la estación lluviosa.


En el verano se practican actividades tales como, ir al mar u a  orillas de los ríos, lagos y lagunas, o camping en zonas montañosas en el austral ya que cuenta con la mayor cantidad de playas y flora en el continente americano.

Representación del verano desde la antigüedad:
En el número de las cuatro diosas de las estaciones existentes en la villa de Albaoi, el Estío (sinónimo de verano) está representado corriendo con una antorcha encendida en cada mano.


En un sepulcro fuera de Roma, donde en estuco estaban representadas las cuatro estaciones, en una mano el Estío tenía una hoja de trébol.
Entre las pinturas de Herculano (Italia) hay una figura vestida de amarillo con una azada de muchas puntas.


Sobre la urna cineraria que representa las bodas de Tetis y Peleo, al verano se le representa más gallardamente vestido (provisto de una corona) que al invierno y al otoño.

Se le designaba también por la caza del león, pintándolo con una túnica amarilla, con un manto azul celeste, color que indica la constante serenidad del cielo durante esta estación, sobre todo en los países cálidos.


Los plásticos  modernos la simbolizan por una joven vestida de amarillo coronada de espigas y portando una antorcha encendida.


Otros representan al verano casi desnudo, coronado de espigas, sosteniendo en una mano el cuerno de la abundancia, rebosante de toda especie de granos y frutas, y en la otra una hoz.

Todo lo contrario con la realdad en el hemisferio Sur, donde el verano trae consigo sequías y muerte del ganado por la falta de pastos tiernos.

 

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Bibliografía:
Diccionario universal de mitología.
Diario El País, en su edición del 21 de diciembre de 2018). “Con el solsticio de verano llega el día más largo al hemisferio sur”.

Verano. Pasaje. Topografía:
Corre de N. a S. a la altura de La Paz 3100.
Carece de designación oficial.
Recuerda a la estación astronómica con temperaturas elevadas.