Antonino Urraco, descendiente de Marcelina Urraco, una de las más importantes vecinas de la Capilla del Rosario nació en 1829, como fruto de una novelesca historia de amor.
Desde 1822 a 1837 aproximadamente don Estanislao Zeballos (padre) quien en sus mocedades poseía un comercio en la casa de su madre, doña Teresa Zeballos, en la actual intersección de las calles Córdoba y Maipú, - negocio que él mismo diera expansión - recorría la campaña junto a dos peones.
Atravesaban caminos polvorientos y apestados de indígenas y vagos, en un carretón tirado por mulas, con ventanas de vidrio y estantes que les permitía exhibir y ofrecer la mercadería.
En una de esas travesías arribó a la estancia de doña Marcelina y el capitán de milicias Cipriano Basualdo, la más imponente establecida en la margen occidental del Carcarañá, quien sabiéndolo vinculado a un nivel de familia respetable dio órdenes a sus empleados que le ofrecieran de la estancia todo lo aquél solicitare.
Durante su estadía un malón acometió contra los pobladores, asesinando al dueño y patrón de la estancia, llevándose cautiva a su joven esposa Marcelina Urraco.
Zeballos que era hombre de armas tomar y no temiendo al desierto se lanzó a rescatarla, logrando su objetivo un año después en San Luis tras un trueque con el cacique de los vándalos consistente en vacas, yeguas, bolsas de maíz y hasta aguardiente.
A pesar de de vivir un tórrido romance con la viuda de Basualdo – y no existir por entonces ley de registro civil (recién se creó en nuestro medio en 1867) don Estanislao Zeballos consideró que como hombre de honor, debía responder al compromiso contraído desde hacía tiempo con la rosarina Felisa Juárez.-
Deaquel amor de trampa, nació en junio de 1829, un niño que llamó Antonino Urraco - Es probable que la relación amorosa de ellos, tuvo una continuidad de largo tiempo, pues en 1832 ambos figuran apadrinando a una niña de nombre “Estanislada.”
En 1839, cuando el doctor Pascual Echagüe se desempeñaba como gobernador de Entre Ríos y jefe del ejército federal en aquella provincia, el rosarino Zeballos hubo luchado contra los ejércitos de Berón de Astrada, Lavalle y Paz en Pago Largo, Cagancha, Arroyo Grande, Sauce Grande y Caaguazú.
Derrotado Echagüe, Zeballos lo acompañó a Buenos Aires y a Santa Fe hasta que años después, llegaría a ser jefe de milicias del departamento Rosario, desde 1848 a 1851.
Aquel niño que naciera de una situación ilegítima, creció educado por su madre que poseía una sólida cultura y medios económicos como para instruirlo.
A los 31 años escribió la primera novela de nuestra ciudad: "Abrojos de una flor” o "El desengaño", cuyo contenido fue muy criticado en el diario "El Progreso" en su edición del 28 de marzo de 1860, ejemplar N°13 del primer año de su fundación, donde los señores Fernández y García sin ahorrar malos conceptos del libro, dirían: " Doy el parabien a don Antonino por su aborto y le aconsejo que más le vale una retirada a tiempo".
Se supone que el autor hizo caso omiso al comentario y retiró de circulación tal producción porque no existe ejemplar alguno en las bibliotecas del país.
Hizo Urraco un impasse a su vocación literaria hasta que en 1900 publicó la hoja: "Decadencia del Comercio" en defensa de la producción ganadera de Rosario, incluyendo un estudio sobre la fiebre aftosa y los perjuicios que causaba en los recursos económicos de la región.
Ese mismo año también editó un folleto "La propiedad real entre nosotros es una ilusión engañadora". Teoría verídica de Urraco, pues informa Mikielievich. "Por su temperamento polémico, entre mayo y junio de 1873 denunció por la prensa al agrimensor Bustinza de realizar estafas al hacer mediciones de las tierras con una medida de vara propia de 0.836m. cuando debía emplear la longitud de vara oficial del país de 0.866m, las que le arrojarían un abultado beneficio no sólo a él sino también a sus cómplices.Tal denuncia desencadenó un frustrado atentado contra su persona.
"Urraco recién en 1904 daría a luz un estudio de gran aceptación "Ejemplos saludables y el medio seguro de poder reparar tantos desastres lamentables incluso la baratura de los teatros" cuya edición fue coincidente con la inauguración en ese año de los dos más grandes teatros de nuestra ciudad, el Colón y La Ópera (hoy el Círculo).
También compuso recetas de medicina alternativa con anotaciones testimoniales de más de 600 curaciones realizadas por más de veinte años en distintas provincias.
Falleció víctima de un accidente tranviario en Rosario, el 11 de mayo de 1910.
Nos dice Miguel Angel De Marco: “Las cartas de Antonino Urraco escritas a su padre entre 1901 y 1905 son, naturalmente, menos formales y más ricas en referencias íntimas.”
Bibliografía:
Mikielievich Wladimir C.: "Diccionario de Rosario" (Inédito).
Urraco. Cortada. Topografía:
Corre de E. a O. desde 100Bis hasta 199, a la altura de Beruti 3400.
Se le impuso ese nombre por D. 4667 del 16 de setiembre de 1977.
Recuerda al escritor y filántropo rosarino Antonino Urraco (1829-1910) autor de la primera novela de Rosario.
Hermanastro no reconocido, del eminente abogado y estadista Estanislao Zeballos.