Silvia Dezorzi en su artículo "Leyendas bajo el asfalto" nos dice: "Mucho se ha dicho acerca de que Rosario carece de una historia que relate peripecias fundacionales.
El pasado de la ciudad parece desgranarse en ajetreos, propósitos y realidades de su gente, negocios menores y mayores, cuyas huellas sólo una arqueología continuada sería capaz de revelar más a fondo.
Algo de todo ello debe ser cierto, por el modo fortuito con que solemos tropezar con estos rastros.
Rosario cuenta con un rosario de leyendas que alimentan su pasado. Entre ellas, y en un lugar de privilegio, figura la historia de los túneles subterráneos."
En efecto, apellidos de familias tradicionales, tempranamente relevantes por sus actividades financieras o políticas se asocian a la historia de opulentas construcciones que contaban con depósitos subterráneos, enormes sótanos o simplemente túneles.
Las propiedades del gobernador Gálvez y del Sr. Eloy Palacios - éstas dos últimas actualmente existentes en Bv. Oroño al 900, y ocupadas respectivamente, por el Colegio Misericordia y los Tribunales Federales contaban desde fines del en el siglo XIX y principios de XX con enormes sótanos donde se aprovisionaban de víveres en cuantía para las recepciones del gran mundo social, y donde en esas profundidades convivían un gran cuerpo de sirvientes.
Según Mikielievich "El Palacio de Juan Canals, sobre calle Rioja, donde funcionara la Secretaría de Salud Municipal, conocida por Asistencia Pública posee una conexión subterránea en dirección a los viejos Tribunales Provinciales que Canals hiciera construir sobre calle Moreno entre Córdoba y Santa Fe en1889 y habilitara aún inconcluso en 1892".
Los túneles si bien fueron parte de casonas particulares con un enfoque diferente en su mayoría estuvieron y están en la zona portuaria porque cumplían una función comercial, vinculadas a la importación, exportación y almacenamiento de mercaderías.
De este tipo sería la vieja construcción de Pinasco, después conocida por Almacenes Rosenthal, en Sargento Cabral y Urquiza, construcción que según estimaciones más o menos certeras, en su origen llegó a tener vinculaciones con el contrabando, y actividades "non sanctas" que estimularon la imaginación popular sobre dichos pasadizos.
También se tejieron historias de piratas, malandras y bandidos, en torno de los túneles, que vecinos de los barrios más diversos señalaron como hitos de la memoria ciudadana.
A mi criterio, es importantísimo mencionar los túneles de desagüe que luego se cerraron como el que construyera el Ferrocarril Central Argentino a la altura de calle Paraguay por debajo del nivel de la estación para desagotar las aguas pestilentes de la laguna de Sánchez - actual Plaza Sarmiento - después de 28 años de burocracia; como también el del zanjón de Pueyrredón, que corría por Cochabamba, Pueyrredón, Salta, hasta desembocar en el río por Oroño.
Considero que "Dado que el número de estos túneles en la ciudad debe ser mucho mayor que el citado, es posible suponer que el hallazgo de su existencia, continuarán reforzando esa fascinación de gran parte de los rosarinos por el misterio vinculado al pasado de la ciudad".
Bibliografía:
Dezorzi Sivia : Artículo en la revista Nuevo Mundo.
Mikielievich Vladimir: Diccionario de Rosario. Inédito.
Túnel. Pasaje. Topografía.
Corre de N.O. a S. E. desde 500 hasta 599 a la altura de Urquiza 4200.
Carece de designación oficial.
Recuerda los túneles subterráneos que alberga nuestra ciudad en sus entrañas.