Nació en Kaysersberg, Alsacia, Alemania, el 14 de enero de 1875. Fue médico, filósofo, teólogo protestante, y músico franco-alemán, de una modestia tan acentuada que pasó muchísimos años de su vida en las selvas africanas, cuando se consideraba a la lepra una enfermedad contagiosa e incurable.
Como joven teólogo protestante, su primer trabajo importante, por el cual ganó una gran reputación, fue la obra En búsqueda del Jesús histórico (1906); en la que mostró a Jesucristo con la pasión de sus propias convicciones respecto a la vida de Jesús. Manifestó así su ruptura con el liberalismo teológico que había imperado en Alemania a lo largo del siglo XIX al hacer de Jesús un mensajero convencido del Reino de Dios que está presente en nuestra vida.
Albert Schweitzer primero fue un organista famoso, muy interesado en la música de Bach. Desarrolló un estilo de interpretación simple que, según su parecer, era más cercano a lo que Bach había querido componer. Basó su interpretación principalmente en una nueva valoración de las intenciones religiosas en la obra de Bach.
La visión del mundo de Schweitzer estaba basada en su idea de la Reverencia por la vida, que él creyó que fue su mayor y más simple contribución a la humanidad. Él veía una decadencia en la civilización occidental, debido a un paulatino abandono de las raíces éticas: las de la afirmación de la vida.
A los 30 años abandonó su prolífera acción para ser médico en el Africa ecuatorial. Donde pasó la mayor parte de su vida en Lambaréné, en la actual Gabón, África.
Tras finalizar sus estudios en medicina en 1913, se trasladó a ese país con su esposa en donde estableció un hospital cerca de una misión ya existente. Allí trató y atendió literalmente a millares de pacientes. Tomó a su cargo el cuidado de centenares de leprosos, y trató a muchas víctimas del mal africano enfermedad del sueño.
Su convicción más firme era que el respeto por la vida es el principio más alto. En un modo similar de exaltación de la vida a la de Friedrich Nietzsche, un filósofo muy influyente en la época actual, Schweitzer siguió la misma línea de pensamiento que la del ruso León Tolstói. En su época, algunos compararon su filosofía con la de San Francisco de Asís, comparación que él no rechazó. En su obra Philosophy of Civilization, capítulo 26, escribió:
“La filosofía verdadera debe empezar con el hecho más inmediato y más comprensivo del sentido: 'soy ser vivo y deseo vivir, en medio de seres vivos que desean vivir'. La vida y el amor en su opinión están basados y siguen el mismo principio: respeto por cada manifestación de la vida y una relación personal y espiritual hacia el universo.”
Desde que venimos al mundo, se nos ofrece un drama horrible: el hecho de que la voluntad de vivir, mirado como suma de todo lo que el individuo quiere, se divide contra sí mismo. Cuando una existencia es enfrentada contra otra, una destruye a la otra. Sólo mediante el pensamiento el ser adquiere la voluntad de vivir.
Sabemos siempre que la sociedad está llena de locura y que nos engañará en lo que respecta a la consideración del significado de la humanidad [...] La humanidad significa consideración por la existencia y por la felicidad de cada uno de los seres humanos.
El respeto por la vida, como resultado de la contemplación en la propia voluntad consciente de vivir, conduce al individuo a vivir al servicio de la gente y de cada criatura viva.
Schweitzer fue muy respetado por poner en práctica estas teorías en su propia vida.
En 1914 cuando comenzó la Primera Guerra Mundial y, como ciudadanos alemanes en territorio francés, Schweitzer y su esposa fueron hechos cautivos y confinados temporalmente en su casa.
En 1917 los internaron en Garaison, Francia, y en 1918 en la Provincia de Saint Rémy. Allí estudió y escribió tanto como le fue posible en la preparación, entre otros, de su famoso libro Culture and Ethics (publicado en 1923).
En julio de 1918 se le concedió la libertad, y mientras trabajaba como auxiliar médico y ayudante de vicario en Estrasburgo, pudo acabar su libro.
Con el tiempo, comenzó a dar conferencias sobre sus ideas, dondequiera que lo invitaran. No sólo deseaba que su filosofía de la cultura y la ética se conocieran ampliamente; también le servía como medio para recaudar fondos para la fundación de su hospital en Lambaréné, para el cual no dudó en vaciar sus propios bolsillos.
En 1924 regresó a la selva para dirigir la reconstrucción de su viejo hospital, después de lo cual reanudó sus prácticas médicas, más al dejar de ser el único doctor del hospital,siempre que le fue posible viajó a Europa para dar conferencias en distintas universidades. Así poco a poco sus opiniones y conceptos fueron ganando reconocimiento, no solamente en Europa sino en todo el mundo.
Falleció el 4 de septiembre de 1965 a los 90 años en su amado Lambaréné, Moyen-Ogooué, Gabón.
Bibliografía:
Zwischen Wasser und Urwald Bern: Paul Haupt, 1921 (Entre el agua y la selva virgen: Relatos y reflexiones de un médico en la selva del África ecuatorial. Madrid: Javier Morata, 1932).