Si hay algo que caracteriza al Rosario de las últimas décadas es la profunda transformación urbana que está experimentando.
En estos tiempos se están concretando proyectos previstos con visionaria anticipación en los en los planes reguladores de hace más de sesenta años, cuando ya se reconocía como necesidad urbana , el contacto de la ciudad con el río interrumpido por una densa red ferroviaria acorde con las necesidades de un puerto muy activo en el sector central de la ciudad.
El comienzo de la transformación se originó cuando de acuerdo con el vigente Plan Regulador de la ciudad, fue aprobado en 1967 y con el Puerto de Rosario, Decreto firmado por el Poder Ejecutivo Nacional de 1970, donde se dispuso el traslado de lo que quedaba de la actividad portuaria al Sur de la avenida Pellegrini.
Otro hecho determinante fue la política del Estado Nacional de desmantelar prácticamente los servicios ferroviarios del país, (del cual personalmente no estuve ni estoy de acuerdo, porque debía planificarse con criterio económico, la extensión y empleo de la red ferroviaria argentina) y nunca hacerla desaparecer) con lo que quedaron desafectadas grandes extensiones de sus funciones habituales y regiones en situación prácticamente de abandono.
Ambas situaciones permitieron que la ciudad de Rosario incorporara para su utilización importantes espacios que le aportarían una nueva fisonomía.
Uno de ellos es el sector denominado Puerto Norte, que incluye antiguos predios del ferrocarril (tales los espacios identificados con los nombres de Patio Cadenas, Playa Balanza Nueva, Talleres y la estación Rosario Norte.
Aclaro que hoy, esta última pertenece a la Municipalidad de Rosario.
Dentro de este amplio espacio está ubicado el proyectado parque Scalabrini Ortiz – terreno de cincuenta hectáreas – donde se convino con capitales extranjeros más Coto y Palermo S.A. destinar una parte como un bello espacio verde público, mientras se aprovecharían las sólidas viejas estructuras ferroviarias para modernizándolas para dar a Rosario, el aspecto moderno de una de las grandes urbes del mundo.
¿Quién fue Scalabrini Ortiz?
Nació el 14 de febrero de 1898 en la ciudad de Corrientes.
Fue hijo del naturalista Pedro Scalabrini, nacido en Italia, quien dirigió el museo de la ciudad de Paraná (provincia de Entre Ríos). Su madre, Ernestina Ortiz, era oriunda de la provincia de Entre Ríos, proveniente de una familia de origen vasco con presencia desde la época de la conquista.
Arribó a Buenos Aires para estudiar Ingeniería en la Facultad de Ciencias Exactas, donde no tardó en acercarse al círculo de intelectuales y escritores que se reunían en torno a la figura de Macedonio Fernández.
Su primera publicación fue una colección de cuentos breves reunidos en el libro La Manga en 1923.
En 1931 publicó El hombre que está solo y espera, con el que obtuvo reconocimiento de los círculos intelectuales y el Premio Municipal.
Luego de este reconocimiento, se dedicó de lleno a la investigación socioeconómica e histórica nacional.
Toda su obra estará relacionada con estas investigaciones. También se destacó como ingeniero y diseñador ferroviario, habiendo realizado varios prototipos de locomotora de alta velocidad y perfil aerodinámico. Desgraciadamente, esos proyectos no llegaron a contar con el apoyo institucional.
El radicalismo: Formó parte, junto con otros intelectuales, de la revolución radical yrigoyenista de enero de 1933, dirigida por el teniente coronel Gregorio Pomar.
Después de la derrota, Scalabrini fue desterrado a Europa, desde donde aclaró aún más su visión sobre el grado de sometimiento de Argentina a Gran Bretaña, al descubrir que los diarios en Italia y Alemania se referían a la Argentina como una colonia del Imperio británico.
En Europa comenzó a publicar sus primeros ensayos sobre la cuestión nacional y el imperialismo británico, en el Frankfurter Zeitung, uno de los pocos periódicos democráticos en la Alemania de ese tiempo, y el único que no llegó a estar totalmente controlado por el Gobierno nazi.
En 1934, con 36 años, regresó a la Argentina, y se aproximó a la FORJA (Fuerza de Orientación Radical de la Juventud Argentina), de Arturo Jauretche (32), Gabriel del Mazo (35), el militar Luis Dellepiane (68), Homero Manzi (26), Darío Alessandro y otros, aunque mantuvo su independencia (se afiliará recién en 1940, cuando la agrupación se separó del Partido Radical).
Como parte de su acción dentro del movimiento escribirá y publicará numerosos estudios en los Cuadernos de FORJA.
Dio numerosas conferencias sobre temas relacionados con la dependencia argentina y sobre cómo se mueven los hilos del poder económico del país.
Su tema principal serán los ferrocarriles ingleses, los que considera claves para el funcionamiento colonial:
[Los rieles del ferrocarril] son una inmensa tela de araña metálica donde está aprisionada la República.
En el extremo o Puerto Norte, a distancia del Parque, se destinaría para la erección de edificios de gran porte pareciendo un balcón al río que pocos imaginaban aprovechar hace algunos años.
En la actualidad esos proyectos son una realidad urbanizadora que desborda sus propios límites.
Hoy se puede disfrutar la costa desde el Parque Nacional a la Bandera hasta el maravilloso paisaje urbanístico Norte.
Bibliografía:
Artículo obtenido de la revista Multicanal, de autor anónimo: SCALABRINI ORTIZ. PARQUE.
Más la expuesta en el texto.