Es un barrio de la ciudad de Buenos Aires. Está comprendido por las calles Chile, Av. Ingeniero Huergo, Av. Brasil, Av. Paseo Colón, Av. Martín García, Defensa, Av. Caseros y Piedras, aunque zonas aledañas entran en la misma denominación con fines comerciales o inmobiliarios.
Limita con los barrios de Monserrat al norte, Puerto Madero al este, Boca al sureste, Barracas al suroeste y Constitución al oeste.
San Telmo (por San Pedro González Telmo) es uno de los barrios más antiguos de la ciudad de Buenos Aires.
Junto con el cercano Monserrat se lo conoce como "Barrio Sur", en oposición al "Barrio Norte" de San Nicolás.
Durante los siglos XVII y XVIII Buenos Aires comenzó a expandirse y a poblar este barrio del sur, que comenzaría a ser identificado con el nombre de Alto de San Pedro, a causa de su posición más elevada.
Conocido también como "barrio del puerto", fue testigo en el año 1600 de la aparición del culto a San Pedro González Telmo, designado entonces patrono del viejo convento de Santo Domingo.
Este se encontraba en la manzana de Perú, México, Bolívar y Chile actuales.
En 1734 los jesuitas decidieron fundar una iglesia en la zona, llegando la autorización real para ello sólo en 1748. Año se inició la construcción de la Iglesia de Nuestra Señora de Belén, en el terreno donado por don Ignacio Bustillo y Zeballos.
Junto a ella nacería después una Casa de ejercicios espirituales para hombres. El conjunto adoptó el nombre de "La Residencia", el cual se extendería luego también al barrio y a la plaza del Alto, la que en 1822 sería denominada "del Comercio".
Con la expulsión de los jesuitas en 1767, las obras de construcción de la iglesia quedaron inconclusas y dos años más tarde la zona quedó bajo la dependencia de la parroquia de la Inmaculada Concepción.
En 1785 los padres bethlemitas se hicieron cargo del templo, trasladando a la casa anexa su hospital. La casa de ejercicios comenzó ya por entonces a ser usada como cárcel, función con la cual sobrevivirá hasta nuestros días.
Desde 1861 funcionará en ella el mercado del mismo nombre, hasta que en 1897 la plaza volvió a tomar su fisonomía de tal, recibiendo en 1900 la denominación de Coronel Dorrego que aún ostenta.
Cuando en 1806 se creó la Parroquia de San Pedro González Telmo, la Iglesia de Nuestra Señora de Belén fue elegida como templo provisional, hasta tanto se erigiera el templo cabecera, cosa que nunca se realizó.
.Así, el barrio comenzó a ser llamado Alto de San Pedro. En un hueco situado sobre la calle Defensa, se estableció a fines del siglo XVIII un lugar de parada para los carros que provenían con mercaderías desde el Riachuelo, tal parada era conocida como el Hueco del Alto o el Alto de las Carretas. Allí, los vecinos porteños juraron la independencia argentina respecto a España, firmada en Tucumán en 1816.
La plaza fue nombrada del Comercio en 1822, y en la década de 1860 se estableció en el antiguo hueco el Mercado, que permaneció hasta que en 1897 se inauguró el aún existente Mercado San Telmo. Poco después, la plaza fue llamada Coronel Dorrego que aún ostenta.
Siguiendo la calle Defensa, eje histórico del barrio, llegamos al Parque Lezama. El lugar era conocido como "quinta de los ingleses", ya que desde 1812 estuvo en manos del inglés Daniel Mackinlay, y desde 1845 en las del norteamericano Carlos Ridgely Horne, quien la vendió finalmente a don Gregorio Lezama.
El barrio San Telmo, sufrió una brusca transformación luego de la epidemia de fiebre amarilla de 1871, cuando fue despoblado por sus familias más pudientes; que buscaron mejores condiciones climáticas y sanitarias en el norte o en el oeste porteño, perdiendo de esta manera el barrio sur la importancia de antaño.
En las décadas siguientes, continuó la decadencia.
Mientras la zona norte del casco histórico de Buenos Aires (San Nicolás y Retiro) se transformó en el centro financiero de la ciudad y una importante zona comercial, quedando el viejo Barrio Sur parado en el tiempo, con sus viejas construcciones coloniales aún en pie y manteniendo su función residencial, aunque ya no ocupado por las enriquecidas familias tradicionales, sino por los inmigrantes en los conventillos.
El barrio llegó a un punto de desolación que en 1957, la Municipalidad de Buenos Aires estuvo a punto de considerar una propuesta del arquitecto Antonio Bonet consistente en demoler masivamente todo el lugar para transformándolo en un inmenso barrio al estilo moderno, con monoblocks residenciales y grandes espacios abiertos. El proyecto no prosperó, y el barrio continuó con su estancamiento.
Por esas décadas, a medida que la arquitectura moderna comenzaba a difundirse en la Argentina, comenzaron las demoliciones y modificaciones de numerosas construcciones del barrio, perdiéndose parte de su importante patrimonio, por esos tiempos aún no valorado.
Recién en 1970, gracias a la iniciativa del arquitecto José María Peña, fundador del Museo de la Ciudad, se creó en la Plaza Dorrego la Feria de Cosas Viejas y Antigüedades San Pedro Telmo, dedicada a las antigüedades y con el objetivo de lograr que los porteños valorasen el patrimonio histórico.
Con el paso de los años, se formó un pequeño polo de pintorescos anticuarios que comenzó a atraer turistas y fue la semilla de la actual impronta del barrio.
Entre las atracciones que se pueden visitar, se encuentran algunas iglesias antiguas (como la de San Pedro Telmo), museos, tiendas de antigüedades y de diseño y una feria de antigüedades y artesanías, la Feria de San Telmo que toma lugar en la plaza principal, Plaza Dorrego y en la Calle Defensa cada domingo.
Todavía pueden escucharse ritmos rioplatenses como el tango en sus calles.
También se realizan actividades relacionadas con el tango y el Candombe, destinadas tanto a los habitantes locales como a los numerosos turistas que visitan la zona.
Una curiosidad del barrio es la Casa Mínima, la casa más angosta de la ciudad. Esta casa tiene un frente de 2,50 metros de ancho y 13 de profundidad. Se trata de una propiedad residual de una propiedad mayor, construida entre fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX.
San Telmo es una de las zonas mejor conservadas dentro de la siempre cambiante Buenos Aires, y se caracteriza por sus caserones coloniales y sus calles, muchas de las cuales aún están empedradas con adoquines.