¿SABÍA UD. SOBRE EL “ROSARIAZO” EN NUESTRA CIUDAD”?
El rosariazo fue una serie de movimientos de protesta, incluyendo manifestaciones y huelgas, realizadas en la ciudad de Rosario y Santa Fe, entre los meses de mayo y septiembre de 1969 y contra la dictadura de Juan Carlos Onganía.
Se produjo en un clima de tensión generalizada contra la dictadura militar, como culminación de una escalada comenzada pocos días antes, el 13 de mayo en la provincia de Tucumán, donde los trabajadores del ingenio azucarero Amalia habían tomado las instalaciones en protesta por el impago de sus salarios. Al día siguiente, manifestaciones en la ciudad de Córdoba tomaron la calle contra la supresión del descanso dominical (el sábado inglés, vigente desde la década de 1920). 3500 obreros reunidos en asamblea para fijar la posición de su gremio se enfrentaron con la policía, lo que desembocó en un total de 11 heridos y 26 detenidos.
Al mismo tiempo, en la provincia de Corrientes, los estudiantes universitarios protestaron contra el anuncio de un aumento del 500 % en los precios del comedor universitario en un acto masivo conocido como el Correntinazo; durante el mismo la policía reprimió la marcha contra el rector Carlos Walker, matando al estudiante correntino Juan José Cabral. Los estudiantes rosarinos protestaron contra esas acciones, llevando a que la dictadura militar declarara la zona en emergencia y ordenara la imposición de la jurisdicción militar.
El 16 de mayo, a causa de la inquietud producida por el repudio a los sucesos de Corrientes en la Facultad de Medicina, el rector de la Universidad Nacional de Rosario decidió la suspensión de las actividades durante tres días.
Los estudiantes se congregaron en el Comedor Universitario, desde donde marcharon por el centro de la ciudad.2 Mientras tanto, desde la Capital Federal se anunció que se habían despachado refuerzos policiales a Corrientes y que la Gendarmería Nacional de Formosa estaba acuartelada en previsión de acontecimientos similares.
Agrega en Reynaldo Sietecase, citado en Ceruti & Sellares 2002 :
En medio de la confusión suena un disparo. Cuando la policía se repliega queda en el suelo, junto a la escalera que lleva a los pisos superiores, el cuerpo de Adolfo Bello con la cara ensangrentada.
El estudiante Adolfo Bello murió pocas horas más tarde. El ministro del Interior, Guillermo Borda, atribuyó la responsabilidad de los hechos a la actividad política y gremial de la izquierda. La Confederación General del Trabajo de los Argentinos decretó el estado de alerta y citó a un plenario para el 20; mientras tanto, organizaba una olla popular para suplir el comedor, que había sido cerrado por orden de la autoridad. Las manifestaciones cobrarían cada vez más intensidad en los días siguientes.
El 20 de mayo, los estudiantes rosarinos anunciaron un paro nacional.
Sucedió cuando en 1969, la ciudad se vistió de rojo por la muerte de dos jóvenes, un estudiante y un obrero, casi niños que la Nomenclatura Municipal no recuerda sus nombres, ni en el más mínimo pasaje.
Todo comenzó en calle Corrientes a raíz de la protesta de los estudiantes por el aumento de las tarifas del comedor universitario - ubicado en Corrientes a la altura del 700 – y sin mediar palabra, la policía, mató a uno de ellos, llamado Juan Cabral.
Ante tal represión convertida en delito, el repudio se tornó incontenible tanto que el 16 de mayo, el Rector José Luis Cantini, decidió un cese de actividades.
Cerrada la casa de estudios, el estudiantado se congregaron en el frente del comedor universitario, y ante gritos de repudio, la policía comenzó otra vez, una represión desmedida, exacerbando a los muchachos que se dispersaron tirando piedras y palos contra los edificios, hasta contra la Bolsa de Comercio.
La acción policial originó el desbande de los jóvenes, que huyeron en distintas direcciones.
Un grupo fue acorralado en la galería Melipal, (calle Córdoba casi Corrientes) donde resultó herido mortalmente el estudiante Adolfo Bello, de 22 años, quien falleció enseguida en la Asistencia Pública.
La indignación fue la unánime respuesta.
Encabezado por los estudiantes, se gestó un movimiento de rechazo a la acción policial.
La muerte de Bello generó un encendido clima colectivo y se gestó “La marcha del silencio”.
Al arribar a la esquina donde se había producido el crimen, la policía primero se retiró mientras los manifestantes en silencio czminaban hasta escuchar las palabras de un testigo presencial.
El lugar se volvió dantesco entre gases y aguas hidrantes de color rojo para identificarlos.
Al quedar vacío el lugar, parecía el piso parecía - una mezcla de sangre y sembrado - además de los proyectiles que se habían arrojado.
Más, las columnas estudiantiles nuevamente en otra calle se enfrentaron con otros grupos policiales, resultando herido de un balazo un joven obrero de quince años, Luis Blanco, quien falleció en el Sanatorio Belgrano.
Tales oscuros episodios lo narra el señor Hugo Diz en su poema “Secuencias de Mayo” y Jorge Riestra, en su relato “El fluir del tiempo”.
El 21 de mayo, las agrupaciones estudiantiles universitarias y de enseñanzas secundarias de Rosario y la CGTA convocaron a una nueva marcha de protesta, que partiría desde la olla popular instalada frente al local de la CGTA.
Raimundo Ongaro fue uno de los oradores en la asamblea previa. Las fuerzas de seguridad, mientras tanto, acordonaron la zona con fuerzas de infantería, caballería y vehículos blindados, instando a los manifestantes a disolver la concentración.
Pese al operativo de seguridad se congregaron más de 4000 personas. Cuando iniciaron la movilización fueron reprimidos con gases lacrimógenos y fuerza física por la policía. El enfrentamiento devino campal, montándose barricadas en las calles y encendiéndose hogueras.
Durante horas la policía intentó contener a los manifestantes, pero finalmente debió retirarse. Los manifestantes intentaron brevemente tomar la Jefatura de Policía, pero renunciaron a la idea y ocuparon el rectorado de la Universidad y la sede de transmisión de LT8 Radio Rosario en la cual participó el "trucha" Vanrell.
Un balazo policial abatió al obrero y estudiante Luis Norberto Blanco, de 15 años. Las fuerzas de seguridad atacaron también al médico que lo asistía y el joven murió pocos minutos más tarde.
Desde la madrugada del 22, Rosario fue declarada zona de emergencia bajo jurisdicción militar. El general Roberto Fonseca quedó al frente del gobierno. Entre patrullas de gendarmería, 89 personas fueron detenidas como consecuencia de la marcha. El 23, un grupo de 38 sindicatos dispuso la realización de un masivo paro industrial.
Junto con una declaración de los sectores de la Iglesia más afines a los grupos obreros, la huelga fue un duro revés para el gobierno. Más de 7000 personas acompañaron al féretro de Blanco en su procesión hacia el cementerio y los obreros de la Unión Ferroviaria, que había adherido al paro, se manifestaron contra la suspensión de los delegados que tomaron la medida. El conflicto en los ferrocarriles sería agudo y desembocaría directamente en el Segundo Rosariazo pocos meses más tarde.
Mientras tanto, la oposición al gobierno se materializaba en la negativa de numerosos eclesiásticos a celebrar el Te Deum del 25 de mayo y pocos días más tarde en la insurrección del Cordobazo, seguido de un paro nacional.
Cuando el 20 de junio el general Onganía visitó el rosarino Monumento a la Bandera, la CGT lo declaró persona non grata.