Miguel ÁnGel De Marco (h) nos brinda una explicación referida a la significación del 7 de octubre. Art. de la revista "Rosario, la fuerza de su historia". N°18. Octubre 2003:
"El 7 de octubre, Día del Rosario, excede la significativa connotación que, en su carácter de fiesta patronal, tiene para la Iglesia y sus feligreses. Es la conmemoración más antigua y tradicional que se celebra en estas tierras, y por lo tanto sugiere una preferente atención.
La religiosidad compartida del pueblo a través de la devoción por la Virgen del Rosario, tan definitoria en la sociedad hispano colonial, funcionó como germen urbanizador, por haber convocado y agrupado a los pobladores del Pago de los Arroyos en un caserío en torno a la modesta capilla donde se veneraba su imagen.
Por eso la iglesia y la legislatura provincial de Santa Fe dieron a la Virgen el título de "Fundadora", doscientos setenta y ocho años atrás (1725.) Desde 1731 los rosarinos festejaron como su día el de la Virgen, todos los primeros domingos de octubre.
Las dos ciudades, Cádiz y Rosario, comparten la misma devoción secular porque la victoria conseguida por los cristianos sobre los musulmanes en el combate naval de Lepanto, en el año 1571 se le atribuyó a la Virgen del Rosario.
El Papa instituyó por entonces "el 7 de octubre como el de la Virgen del Rosario" por considerarla la protectora de la fe en tan decisivo combate.
Aparte que su imagen siempre había sido embarcada en la nao capitana de los galeones españoles que partían de Cádiz hacia tierras americanas.
El senador provincial por nuestra ciudad, Francisco N. Casiello, presentó un proyecto de ley declarando el 7 de octubre como "Día del Rosario", el que fuera convertido en ley el 28 de junio de 1940 y promulgado por el gobernador de Santa Fe, Manuel de Iriondo, el 10 de julio de ese año".
¿SABÍA USTED ROSARINO, QUE ROSARIO PUDO SER LA CAPITAL DEL PAÍS?
Alfonsina Storni en uno de sus versos dice:
Buenos Aires es un hombre
que tiene grande las piernas,
grandes los pies y las manos
y pequeña la cabeza.
Esa cabeza de la que habla Alfonsina, es Buenos Aires. Sin embargo, la capital anhelada y perteneciente al interior del país, hubiera podido ser Rosario.
Urquiza, trató de iniciar el camino, cuando al separarse Buenos Aires del resto de las provincias fijó en Paraná la capital de la Confederación, nombre que había adquirido el país en ese momento, haciendo de Rosario su puerto más importante y activo, porque veía en esta ciudad brillante futuro que la haría como el primer centro urbano demográfico y económico del país.
Entonces, Ovidio Lagos identificado con el pensamiento de Urquiza, que Rosario por su situación geográfica y su puerto podría ser ideal para ser nombrada capital del país decidió fundar el 15 de noviembre de 1867 el periódico tradicional de la ciudad, poniéndole como nombre “La Capital”, no dudando que pronto se concretaría la medida anhelada por gran parte de la opinión nacional.
En 1867 el Diputado Nacional por Buenos Aires, Manuel Quintana, presentó un proyecto al Congreso declarando a Rosario capital de la república.
Los rosarinos recibieron con euforia la noticia y don Nicasio Oroño, que en esos momentos había sido electo gobernador de Santa Fe, ofreció los terrenos ubicados entre los arroyos Saladillo y Ludeña a fin de que se instalasen las autoridades y fuese ese lugar la Capital Federal.
Después de largos debates y pese a la cerrada oposición de varios legisladores porteños la ley se sancionó disponiéndose que el 1º de enero de 1870 debiera trasladarse a ese lugar la sede del gobierno nacional.
Conocida la noticia de que ya era ley, salieron los rosarinos a la calle creándose un clima de jolgorio en toda la ciudad triunfando el interior sobre el mundo porteño.
Mitre a pocos días de abandonar el poder ejecutivo, el 25 de septiembre de 1868, ejerció el derecho de veto que le confería la Constitución.
Don Nicasio Oroño indignado emitió un documento expresando que ese veto ha sido calculado para frustrar las legítimas aspiraciones de los que piensan que solo Buenos Aires tiene la capacidad de ser capital del país.
Es así como el problema no tuvo solución definida para la declaración de Mitre y en 1868 al realizarse elecciones presidenciales del que resultó triunfante la fórmula Sarmiento-Alsina.
El sanjuanino enfocó la cuestión capital declarando el primer veto en 1869, cuando nuevamente se votó por nuestra ciudad.
Sarmiento envió con su negativa un mensaje en el que expresaba que no creía conveniente el momento de resolver tal problema y agregaba: “Sin la residencia del gobierno nacional en Buenos Aires, la más rica, inteligente y la más poblada de la República, sería imposible mantener el crédito exterior en las ventajosas condiciones en la que hoy se encuentra”.
A pesar de los dos vetos anteriores, el Senador Granel volvió a presentar un proyecto para que instale la Capital Federal en Rosario, generando nuevos debates y discusiones, hasta que el 16 de septiembre de 1873 se ordenó la instalación, aunque cuatro días después reiteró un nuevo veto dando marcha atrás el proyecto del Congreso.
A causa de ello, Rosario recibió como un síntoma de enemistad la decisión del presidente sanjuanino decidiéndose a progresar de forma brillante como ciudad del interior.
ROSARINO ¿TENÍA UD. CONOCIMIENTO SOBRE LOS PRIMEROS REGISTROS FOTOGRÁFICOS DE LA CIUDAD DE ROSARIO EN LA SEGUNDA DÉCADA DEL SIGLO XIX?
Miguel Angel De Marco(h) nos brinda un relato sobre la evolución de Rosario a través de un lente fotográfico. Art. de la revista "Rosario, la fuerza de su historia" N° Año 1. Número 2. Noviembre 2000.
La arquitecta Carmen Delgado en su artículo: "George Heinrich Alfeld y sus tempranas fotografías de Rosario" nos ilustra sobre la evolución de la ciudad a través del lente de un inmigrante allá por 1866.
"Uno de los más antiguos registros fotográficos de la ciudad de Rosario de que se tiene conocimiento lo constituye el álbum "Recuerdos del Rosario de Santa Fe de G. H. Alfeld."
Este fotógrafo alemán establecido en la ciudad en la segunda década del siglo XIX realizó un registro de los espacios urbanos más significativos de entonces.
Las calles con sus construcciones bajas y armoniosas y el puerto con una actividad incipiente, dan muestras de que la mirada de un extranjero podía expresar en imágenes lo que era una ciudad americana para ser contemplada en el viejo continente. La actividad de Alfeld fue muy intensa y publicitada en los periódicos con mucha frecuencia. Uno de los asentamientos de su estudio se hallaba junto a la Plaza de mayo, que era el foco vital de la ciudad".
Sus obras aparecieron ilustrando las páginas de la obra "Anales del Rosario de Santa Fe" de Eudoro y Gabriel Carrasco de 1897 y la "Historia de Rosario" de Juan Alvarez publicada en 1943.
Alfeld dejó testimonio además de importantes hechos como la guerra del Paraguay, retratando a oficiales que partían hacia el centro de operaciones.
Culmina su exposición la arquitecta Delgado expresando: "Nos queda aún por demostrar la continuidad de su actividad fotográfica en Rosario. Simultáneamente nos planteamos un interrogante acerca de la importancia de la imagen, el fotógrafo, su técnica y la investigación que aúna la totalidad, para demostrar la trascendencia de la documentación fotográfica y las innumerables vías que abre hacia el conocimiento de la evolución de los pueblos ya que se trata de testimonios fehacientes de una realidad.
La incógnita seguirá abierta y las mentalidades irán cambiando pero el testigo indiscutible que representa una fotografía deberá estar presente cuando se quiera evidenciar la veracidad de un relato.
De modo que el álbum permanece silencioso en el Archivo del "Museo Histórico Provincial de Rosario Dr. Julio Marc" estará siempre presto a abrir sus hojas amarillentas para decirnos: Así era Rosario en 1866 y no podremos discutirlo porque así lo vio Alfeld a través de su objetivo, y allí estuvo él."
Ramos, Maria Luisa. En "Rosario pudo ser capital del país".