RIVAROLA PANTALEÓN (1754 – 1821)

Asevera Zorraquín Becú : “Antes de crearse el virreinato-1776- sólo un cuarto de la población del Río de la Plata era de origen total o parcialmente blanco. La mitad estaba compuesta por indios sometidos o salvajes, y el resto lo formaban negros esclavos y las demás castas: mestizos, mulatos  y zambos  que provenían de la mezcla de razas”

A pesar de esa inferioridad numérica, la raza blanca siempre fue elemento dominante, conductora  de las actividades políticas, sociales y económicas. La iglesia, como corporación formada  por la jerarquía y las órdenes religiosas, constituía en las Indias  un poder destinado a implantar normas de vida  conformes  a la verdad revelada.

Por lo tanto, las familias de raigambre deseaban fervorosamente que sus hijos fueran sacerdotes y como segunda aspiración: abogados.


Pantaleón Rivarola nació en la ciudad de Buenos Aires el 27 de julio de 1754, hijo de Juan José Rivarola y de Cayetana Villa.


Cursó humanidades en su ciudad natal, pasó luego al Colegio de Monserrat en la provincia de Córdoba y finalmente a Chile para estudiar Derecho y Cánones, graduándose de doctor en ambos derechos en la Universidad de San Felipe en 1774.


Allí fue nombrado catedrático de Leyes y Notario Mayor del Santo Oficio.


Se doctoró en teología en 1776, fue ordenado sacerdote en Charcas y el obispo Francisco Ramos de Herboso lo ordenó presbítero el 20 de octubre de 1778.

Regresó a Buenos Aires a comienzos de 1779 y el 17 de febrero fue nombrado Catedrático de Filosofía del Colegio de San Carlos donde fueron sus alumnos Melchor Fernández, Alejo Castex y Juan José Castelli entre otros.


En 1783 el Virrey Juan José de Vértiz y Salcedo lo designó Prefecto de Estudios y catedrático de Sagradas Escrituras en ese establecimiento educativo.


De su actividad como catedrático se conserva una Metafísica basada en apuntes dictados por Rivarola alrededor del año 1780 y recogidos por su alumno José Julián Guerra.


 Dichos apuntes revelan que Rivarola no sólo estaba al tanto de los principales descubrimientos científicos de su época, sino que prefería y era capaz de aplicar a los problemas físicos las tesis de René Descartes, Isaac Newton y  Christian Wolff.

En 1788 Rivarola renunció a su cátedra y obtuvo por concurso el cargo de capellán del 3° Batallón del Regimiento de Infantería de Buenos Aires, el llamado "Fijo".
En 1790 compuso y publicó una Novena del glorioso San Martín Obispo, Patrón Principal de la muy Ilustre y Noble Ciudad de la Santísima Trinidad.

En 1805 renunció a su capellanía. Tras las invasiones inglesas de 1806 y 1807 escribió su famoso Romance, dedicado a la ciudad y al Cabildo de Buenos Aires, y La gloriosa defensa, dedicada a Santiago de Liniers, ambas publicadas bajo seudónimo e impresas en la Imprenta de los Niños Expósitos en 1807.

También se le atribuye un Breve recuerdo del formidable ataque del ejército inglés a la ciudad de Buenos Aires y una Suscinta memoria sobre la segunda invasión de Buenos Aires en el mes de julio de 1807.

El historiador jesuita Guillermo Furlong juzgaría a Rivarola como un pensador de valía aunque le negaría talento de poeta y lo calificaría de pésimo versificador.

Su Romance sobre la Reconquista de Buenos Aires, aunque fuere un mal poema, resultó  un útil relato histórico de las jornadas de la defensa y la reconquista de la ciudad de Buenos Aires.
Lo escribió en romance octosilábico, con el propósito confeso de hacerlos más agradables al gusto popular y más fáciles de ser recordados. Según  sus propias palabras "cantables para los labradores, para los artesanos, para las mujeres, en los campos, en los talleres y hasta en las plazas públicas".

En 1808 fue designado teólogo asistente real agregado al Estado Mayor de Buenos Aires y en ese carácter participó del Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810. Su voto fue en extremo ambiguo: "Que respecto a no estar instruido en los datos suficientes para votar en materia tan ardua, obedece y obedecerá como siempre lo ha practicado a quien represente la autoridad de nuestro legítimo soberano, el señor don Fernando VII".

Adhirió a la Revolución de Mayo y contribuyó a la formación del ejército auxiliar patriota.


Tras la muerte del obispo Benito Lué y Riega en 1812 fue designado vocal de la Junta Conservadora de la Libertad de Imprenta, fue rector del Seminario y contribuyó también al sostenimiento de la Biblioteca Pública.


No obstante, en 1816 se le privó de las licencias de confesar, por considerárselo enemigo de la libertad o cuando menos indiferente a su suerte.


 Falleció en Buenos Aires el 24 de septiembre de 1821 y fue sepultado en la iglesia de San Ignacio (Buenos Aires).

 

Bibliografía:

Mitre, Bartolomé, Obras Completas, Vol. IV, Historia, Congreso de la Nación.

Cutolo, Vicente Osvaldo:”Nuevo diccionario biográfico argentino (1750-1930)”. Buenos Aires. Editorial Elche, 1968.

Yaben, Jacinto R.: Biografías argentinas y sudamericanas. Buenos Aires: Ediciones Históricas Argentinas. 1952.

Roberts, Carlos, Las invasiones inglesas del Río de la Plata (1806-1807), Emecé Editores, 2000.

 

Rivarola Pantaleón. Cortada .Topografía:

Corre de N. a S. desde 4800 hasta 4899, a la altura  de Av. Grandoli 4800.

Se le impuso ese nombre por D. 4675 del año 1977.

Recuerda  a Pantaleón Rivarola al  sacerdote argentino, autor del Romance sobre la Reconquista de Buenos Aires en memoria y homenaje a la lucha contra las Invasiones Inglesas al Río de la Plata y uno de los precursores de la enseñanza de la filosofía en Argentina.