Eduardo Pérez Bulnes nació en la capital cordobesa, el 12 de octubre de 1786.
Hijo de un funcionario real, se educó en el Real Colegio Convictorio de Nuestra Señora de Monserrat donde despertó la admiración de sus condiscípulos, la tenacidad de sus principios inconmovibles y justos.
Después fue alumno de la Universidad Nacional de Córdoba, donde se recibió de abogado.
Se ganó a partir de los claustros, un lugar en nuestra historia nacional, el que consolidaría en su incesante bregar patriótico.
En su juventud, mientras estudiaba, se dedicó al comercio en la ruta al Alto Perú y hasta Lima.
Desde fecha temprana fue federal a destajo, como uno de los líderes del grupo autonomista, opuesto al unitarismo de los Triunviratos y del Director.
Fue primero jefe del Cuerpo de artillería de las milicias de la ciudad de Córdoba, para luego ser el comandante de todas las milicias de la ciudad.
Debió su nombramiento a ser yerno del influyente doctor Ambrosio Funes, jefe del partido autonomista cordobés y hermano del Deán Funes.
Al producirse la Revolución de Mayo se enroló como oficial de las milicias urbanas de Córdoba, dedicadas a la policía de la ciudad. Fue regidor del Cabildo de Córdoba en 1811.
En 1815 apoyó la elección del gobernador federal José Javier Díaz, que lo nombró jefe de la policía de la provincia. También fue miembro de la legislatura local.
En febrero de 1815 fue enviado por los federales de Córdoba ante Artigas, para pedirle que interviniera en la provincia, con la idea de lograr la autonomía.
Más tarde, ese mismo año, al recibir la noticia de la invasión de Díaz Vélez contra Santa Fe, se sublevó contra dicho gobernador federal y marchó a ayudar a Santa Fe.
No llegó a hacerlo: los porteños fueron derrotados sin su ayuda, de modo que emprendió el regreso a Córdoba.
Díaz le salió al cruce, intentando evitar que tomara la capital provincia, pero Bulnes lo derrotó en las afueras de la ciudad; el gobernador se retiró y renunció pocos días más tarde.
De nuevo viajó a Santa Fe en marzo de 1816, para asistir a la toma de la ciudad por las fuerzas de Artigas y los santafesinos de Mariano Vera.
Al año siguiente sería Regidor y después intendente general de policía.
Varón de palabra amena e inteligencia despejada - al decir de Mitre y llamado "doctor de Córdoba" por ser uno de los más ilustrados de su época, entre los más notables con que contaba la provincia.
Se identificó con la buena parte de los diputados al Congreso de Tucumán que no conocían "la capital del antiguo virreinato" y sin haber salido del interior del país, más permanecido extraños a la influencia que llegaban de afuera ni conocían los libros con que la Francia había removido los espíritus – según Nicolás Avellaneda.
En dicha Asamblea, Pérez Bulnes integró el cuerpo de los partidarios del artiguismo y se alineó entre aquellos que proponían a Moldes como Director Supremo, proyecto que no prosperó.
Muchos rumores circularon, traídos y llevados por distintos interesados en confundir y equivocar. El rumor de las dudas y los temores de los caudillos llegó hasta el recinto y acongojó el ánimo de los representantes.
El cordobés como hombre apegado al interior, contrario al centralismo porteño, se puso al traslado del Congreso a Buenos Aires, lo que significó su erradicación del mismo.
Cuando Facundo Quiroga invadió su provincia por segunda vez, a comienzos de 1830, Pérez Bulnes y el mayor Wenceslao Paunero serían los emisarios de Paz ante el caudillo riojano con la propuesta de un armisticio si Quiroga abandonaba el territorio ocupado.
Esas negociaciones fracasaron porque el Tigre de los Llanos ganaría tiempo acercándose a la capital al mes siguiente donde se produjo la batalla de Oncativo.
El caudillo fue derrotado completamente por el ilustre vencedor de La Tablada.
También sería un efectivo colaborador durante el gobierno de Paz, tras el derrocamiento de Juan Bautista Bustos.
Alejados del poder los seguidores de aquél y declarada la guerra con Rosas, no retornó más a la función pública.
Con su conciencia tranquila de haber cumplido con honestidad e hidalguía sus servicios a la Patria, esperó su muerte ocurrida el 3 de mayo de 1851.
Bibliografía:
Furlong Guillermo y otros autores: "El Congreso de Tucumán" Edit. Theoría. Biblioteca de Estudios históricos. 1966.
Canido Borges, Jorge (2003). Buenos Aires, esa desconocida; sus calles, plazas y monumentos. Corregidor.
Cutolo, Vicente (1968). Nuevo diccionario biográfico argentino. Elche.
Ferrero, Roberto A. La saga del artiguismo mediterráneo. Ed.Alción. (1996).
Pérez Bulnes, Eduardo. Calle. Topografía:
Corre de E. a O. entre las calles White y Forest, desde la calle Agneta a la Av. de Circunvalación 25 de Mayo.
Al ser abierta se le impuso el nombre de Roca, sustituyéndolo por el actual por Ord. 25 del año 1920.
Recuerda a Eduardo Manuel Pérez de Bulnes (1785 – 1851), ceremonioso diputado del Congreso de Tucumán.