Hay espíritus especiales en quienes el talento aparece en la aurora de la vida. José León Pagano fue un caso, porque en su tierna fantasía con sólo siete años recurrió a su criado expresándole: “Puesto que tú sabes escribir y yo no todavía, te dictaré una comedia que tengo pensada y luego nos divertiremos en representarla.”
Había en ese niño un artista congénito, con un futuro promisorio, un dramaturgo, un ensayista y un historiador de arte.
Adolescente se inició en Italia a severas prácticas de iniciación literaria y noviciado artístico. En la Academia Real de Milán recibió su premiomayor al exponer un viviente autorretrato.
Sabía que el arte es tan vasto, tan multiforme y diverso como la vida misma que por eso viajó como peregrino apasionado por el arte de Roma, Florencia y otros lugares de historiado linaje artístico.
De regreso en Buenos Aires publicó La balada de los sueños, mientras era columnista de un diario florentino “La reseña nacional”, donde hizo gala de brillantes crónicas europeas.
La facultad de ser crítico lo hicieron dramaturgo. Estrenó en Barcelona Más allá de la vida, y en Roma “El dominador:”
Volvió en 1914 a tentar la escena, siguiendo inquebrantable la conducta de respetarse primero a sí mismo como autor, y luego al teatro, arte de sus amores y troquel de sus sueños – afirma Juan Pablo Echagüe en “Vida literaria” Editorial Sopena, 1941.
También fue catedrático adjunto de estética en la Universidad de Buenos Aires, perteneció a la Academia Argentina de Letras, a la Nacional de la Historia, a la de Bellas Artes, a la Real Academia de la Historia de Madrid, a la Real Academia de Florencia, etc.
Colaboró asiduamente en el diario La Nación de Buenos Aires, realizando dos meritorias antologías, una de poetas argentinos y otra de poetas mexicanos.
Escribió también: A través de España literaria, El santo, el filósofo y el artista, La bola de los sueños, Cómo estrenan los autores, El hombre que volvió a la vida, El arte de los argentinos y Formas de vida.
Y desde su primer drama ”Más allá de la vida” las carteleras teatrales registraron su nombre, en múltiples obras: Nirvana, Almas que luchan, Los astros, El sobrino de Malbrán, Cartas de amor, El secreto de los otros, El inglés de anoche se llama Aguirre, entre otras tantas.
EL Lasalle lo gestó largamente y en el cual retrató con cálidos tonos al famoso socialista alemán, cuya romancesca existencia se quebrara en doliente tragedia de amor, también fue uno de sus logros.
Decía Pagano: “Necesito vivir mis producciones, vivirlas con pasión omnímoda, hasta lograrlas en su detalle último.”
Se le reprochaba su preferencia por temas exóticos y ambientes forasteros pero era el mismo quien al desarrollar sus diversos ensayos expresaba fervorosamente que “La manera de construir el arte nacional es adoptarlo que nos llega a nosotros por la inteligencia, infundiéndole nuestra alma.”
Multifacético Pagano: crítico, actor, escritor, historiador y dramaturgo varias veces premiado dentro y fuera del país, a quien saludaban con excelsa valoración D´Annunzio, la Pardo Bazán y otras cumbres del viejo mundo, no olvidando a quien le ayudó cuando inició su proeza, al reiterar públicamente: ”Digan ustedes que soy obra de Payró”
Nació y murió en Buenos Aires a la edad de 89 años.