El 23 de octubre de 1730 el Cabildo Eclesiástico de Buenos Aires, a insistencia del gobernador y capitán general del Río de la Plata don Bruno Mauricio de Zabala, creó el Curato de los Arroyos, dándole como asiento el Pago de los Arroyos – tiempos cuando las calles de tierra ganaban la imagen del poblado; en verano el viento norte soplaba con toda fuerza o en los días de lluvia, el barro se desprendía de las ruedas de los carros.
El Capitán Domingo Recio, administrador de su madre, Juana Romero de Pineda, construyó un oratorio en la misma estancia de su propiedad llamada "de la Concepción" heredada de su padre, don Luis Romero de Pineda, primer poblador del espacio que hoy ocupa nuestra ciudad de Rosario.
La imagen venerada en dicho oratorio tuvo el mismo nombre de la estancia, Inmaculada Concepción, y fue sin duda la que presidió los actos del culto en el Pago de los Arroyos.
Seguramente sería una imagen de rudimentario valor artístico, puesto que el Cabildo Eclesiástico porteño juzgó conveniente prestar a dicha parroquia una imagen más importante para la devoción pública.
En la iglesia matriz de Santa Fe existían elementos religiosos de templos que los indios obligaron a cerrar. Entre ellos figuraba una imagen de la Virgen del Rosario con su vestido bordado y corona tallada en plata, la que ordenara el Cabildo ser entregada en préstamo a la Parroquia del Pago de los Arroyos.
Dicha imagen hoy está instaurada en el pequeño recinto a la izquierda de la estructura principal de la Basílica.
Apenas hubo tomado posesión del nuevo curato, en 1731, el padre Ambrosio Alzugaray, sacerdote joven, ilustrado y meritorio (bisnieto de Romero de Pineda) luchó denodadamente por la entrega de lo acordado por sus superiores.
No le resultó fácil la empresa hasta que por fin le fue asignada la "segunda imagen" que presidiría por cuarenta años la vida religiosa del Curato.
De la virgen tomaría su nombre la pequeña iglesia que se llamó desde entonces "Capilla del Rosario del Pago de los Arroyos", el lugar y la población que se formó en torno, hasta constituir lo que hoy es la gran ciudad de Rosario.
El cura que sucedió al padre Alzugaray, el Dr. Francisco de Cosio y Terán, considerando la imagen de la virgen que tenia en su iglesia, era prestada encargó una tercera en España.
Esta "tercera imagen" partió de Cádiz y fue recibida a pleno por toda la feligresía rosarina el 3 de mayo de 1773 entronizándola en la parroquia "propia" que dieciséis años antes (1757) había donado el Capitán Santiago Montenegro en el mismo solar que hoy ocupa nuestra Catedral Metropolitana.
Explicita el historiador Miguel Angel De Marco en De Lepanto a la pampa húmeda: ”La relación con la batalla de Lepanto librada el 7 de octubre de 1571 entre la escuadra al mando de Juan Austria y los bajeles del Gran Turco – “la ocasión más grande que vieron los siglos” - según Miguel de Cervantes Saavedra, que perdió en la lucha la movilidad de su brazo - venía porque entonces se atribuyó la victoria a la Virgen del Rosario, cuya devoción aumentó de inmediato en la marina española, a tal punto que su imagen era embarcada anualmente en la nao capitana de galeones que partían hacia las nuevas tierras, desde ese puerto en los siglos XVI y XVII”.
Cádiz que había sido puerto militar y mercantil para América sería el lugar de origen nuestra Santísima Virgen del Rosario, Fundadora y Patrona Jurada de nuestra ciudad y Arquidiócesis, a la que prolongamos nuestra acción de gracias mediante el compromiso de valorar nuestro pasado, para vivir el presente y rogar por el futuro de nuestra comunidad y nuestro entorno más próximo.
Coronada solemnemente en 1941, la célebre Galeona que protegió a los bajeles españoles, se la venera en el camarín de nuestra Iglesia Mayor.
Se trata de una pequeña imagen vestida con cabello natural, que sostiene en su brazo izquierdo un minúsculo Niño Jesús y desde su mano derecha sujeta el Santo Rosario. Diversos vestidos, fruto de delicadas manos, han cubierto su silueta a lo largo de muchas generaciones de rosarinos. En efecto, el 7 de octubre de 2003, al cumplirse 230 años de su llegada a nuestra ciudad, estrenó nuevo vestido bordado por las Hermanas del Buen Pastor.
Bibliografía:
Monseñor Francisco Núñez: "Rosario y su Virgen Fundadora." Rosario, 1941.
Benítez Martín Pedro A: "La imagen de la Virgen del Rosario". Artículo de la revista "Rosario, la fuerza de su historia". N°18. Setiembre - octubre de 2003.
Nuestra Señora del Rosario. Avenida. Topografía:
Corre de E. a O. desde 100 Bis al 3699, a la altura de Ayacucho 5300; Ovidio Lagos 5300 y San Martín 5300.
Se le impuso ese nombre por O. 1232 del 30 de noviembre de 1953.
Por D. 19.668 del 23 de enero de 1957, se restituyó el nombre de Dr. Manuel Lucero a la Avenida Nuestra Señora del Rosario y se denominó Caseros; asignación derogada por Ord. 1518 del año 1960, tomando otra vez el nombre de nuestra Virgen patrona de la ciudad.