NERVO AMADO (1870 –1919)

Al morir su padre, su madre Juana Ordaz y Núñez lo mand a estudiar Leyes y Teología en el seminario de Zamora,éntre 1886 y 1889.


Esos problemas económicos que atenazaron a su familia, un hogar de clase media venido a menos, le forzaron a dejar inconclusos sus estudios eclesiásticos, sin que pueda descartarse por completo la idea de que su decisión fuera también influida por sus propias inclinaciones.


Profesión que desarrolló primero en Mazatlán, en el Estado de Sinaloa, y más tarde en la propia Ciudad de México, adonde se trasladó temporalmente en 1894.


Atrás, en su ciudad natal Tepic, capital del antiguo territorio (hoy Estado) de Nayarit, sobre la costa del Pacífico había dejado gacetillas, algunos poemas y reseñas de los bailes de la provincia, en las que el uso de la época imponía para cada linda joven, una dedicatoria romántica.

Cuando Amado Nervo partió de Mazatlán, era un poeta hecho y derecho. No tenía más que echar a volar, remontarse a las regiones excelsas para los cuales había sido creado. Su poesía era apenas una leve materia, sus versos se elevaban, más allá de lo terrenal, primorosamente cincelados por los ángeles.

En cualquier caso, siguió alentando en su interior una espiritualidad mística, nacida sin duda en estos primeros años y que empapó su producción lírica en una primera etapa; en ella meditó fundamentalmente sobre la existencia humana, sus problemas, sus conflictos y sus misterios, y sobre el eterno dilema de la vida y la muerte.

Abandonados los estudios, Amado Nervo empezó a ejercer el periodismo.


Sus colaboraciones aparecieron en la Revista Azul. Junto a su amigo Jesús E. Valenzuela, fundó la Revista Moderna. Estas dos publicaciones fueron el resultado de las ansias e impulsos modernistas que aparecieron, en aquella época, en todos los rincones de la Latinoamérica literaria y artística. También colaboró en los periódicos de la época, en “El Nacional” publicó numerosos artículos, cuentos y crónicas, la mayoría firmados con el seudónimo de “Rip – Rip” derivado del título de un cuento de Gutiérrez Nájera.


En 1900, el diario El Imparcial lo envió como corresponsal a la Exposición Universal de París, donde residiría durante dos años. Entabló allí conocimiento y amistad con el gran poeta nicaragüense Rubén Darío, quien más tarde diría de Nervo: "se relacionó también con el grupo de literatos y artistas parnasianos y modernistas, completando de ese modo su formación literaria”.


Más la bonanza de la literatura se terminó y se vio obligado a vivir de bohemio como Rubén Darío, Gómez Carrillo y otros escritores hispanoamericanos radicados en París.


En París conoció a la que iba a ser la mujer de su vida, Ana Cecilia Luisa Dailliez, con la que compartió su vida más de diez años, entre 1901 y 1912, y cuyo prematuro fallecimiento fue el doloroso manantial del que emanan los versos de La amada inmóvil, que no vio la luz pública hasta después de la muerte del poeta, prueba de que éste consideraba su obra como parte imprescindible de su más dolorosa intimidad.

Su Ofertorio supone, sin ningún género de duda, uno de los momentos líricos de mayor emoción, una de las joyas líricas más importantes de toda su producción poética.

Cuando regresó a México, tras aquellos años decisivos para su vida y su formación literaria y artística, ejerció como profesor en la Escuela Nacional Preparatoria, hasta que fue nombrado inspector de enseñanza de la literatura.


En 1906, por fin, ingresó en el servicio diplomático mexicano y se le confiaron distintas tareas en Argentina y Uruguay, para ser finalmente designado secretario segundo de la Legación de México en España.


Sin embargo, él estaba destinado a otras cosas. Entregarse con entera pasión a las letras. Bajo el hábito del silencio y la discreción, imprimiría a su poesía finísima susceptibilidad.


Todos los estudiosos parecen estar de acuerdo en afirmar que adoptó los principios y la filosofía del Parnaso, grupo de creadores franceses que intentaba reaccionar contra la poesía utilitaria y declamatoria tan en boga por aquel entonces, rechazando también un romanticismo lírico en el que los sentimientos, las encendidas pasiones y las convicciones íntimas de los autores, interfiriendo en su producción literaria, impedían, a su entender, el florecimiento de la belleza artística pura.


Lo dijo todo en voz baja, pero ardiente de seguridad, inspirado por la pasión inequívoca de los místicos.


En 1894 al radicarse en la capital publicó la novela corta “El Bachiller” que lo lanzaría al mundo de los círculos literarios, dominados por el modernismo.


“No he tenido ni tengo - declaraba - tendencia alguna especial.”. En efecto a pesar de haber surgido el modernismo hispanoamericano, Nervo  sólo atendía a su propia manera de expresarse, ya que si bien aprendió del modernismo algunas formas verbales y cierta severa concepción de la literatura, fue dueño de una poesía auténtica, directa como una plegaria.


Su primer libro de poesías “Perlas Negras” apareció en 1898 , publicando ese mismo año “Místicas”.


Más Nervo no daba descanso a su pluma y compuso alguna composición paisajista como “Los cantos de la naturaleza” y otra costumbrista “La raza de bronce" y “Guadalupe, la Chicana”.


A pesar de sentir la religión como los místicos cuando escribió “El milagro” y “Elevación” ingresaría en el mundo materialista al ingresar en el servicio diplomático, como segundo secretario de la Legación Mexicana en Madrid.


Los años en España fueron de gran caudal literario pues produjo “Almas que pasan”, “En voz baja”, “Juana de Asbaje” o “Biografía de Sor María Inés de la Cruz”, “Mis filosofías”, “Serenidad” ,; “Elevación” y “Plenitud”.


En el año 1918 al ser llamado por el gobierno revolucionario de su país, regresó más no permaneció mucho tiempo porque ya era otro su destino.


Fue designado ministro plenipotenciario en Argentina y Uruguay, adonde llegó en 1919 y donde fallecería dos meses después.


Duerme, en paz definitiva, en el cementerio mexicano de Dolores.

 

Bibliografía:
Durán M.:”Genio y figura de Amado Nervo”. Buenos Aires 1968.
Gran Enciclopedia Rialp. Tomo XVI.Madrid,1981.

Nervo. Pasaje. Topografía:
Corre de E. a O. desde1600 hasta 1899, a la altura de Bahía Blanca 300Bis.
Se le impuso ese nombre por D. 22013 del año 1958.
Recuerda al consagrado poeta mejicano Amado Nervo (1870 – 1919).