Manuel Namuncurá, hijo del temible Calfucurá, valiente y temerario en las peleas, combatió hasta que se vio obligado a someterse al poder de las fuerzas militares.
Influyó en ello la actuación de algunos misioneros salesianos, como el presbítero Domingo Milanesio que ejercería benéfica influencia espiritual sobre el último gran jefe de la dinastía de los Curá (Piedra).
Se rindió a las fuerzas nacionales el 21 de marzo de 1884.
Novedad que le fue informada al Jefe del Estado Mayor del Ejército y por su intermedio al presidente de la Nación, General Julio A. Roca, quien al recibirlo en Buenos Aires le otorgó los despachos de Coronel y la propiedad de 8 leguas de campo para él y las familias de su tribu en Chimpay, Carmen de Patagones, en el Alto Valle, a orillas del Río Negro. .
En ese lugar nació el 26 de agosto de 1886, uno de los siete hijos, Ceferino, como fruto de su unión con una cautiva blanca Rosario Burgos.
Desde niño no tenía rasgos notoriamente indígenas, podía pasar como un muchacho de Santiago del Estero.
En 1887, al año de edad, se salvó de perecer ahogado en el Río Negro, mientras jugaba en sus orillas.
En ese mismo año, el 24 de diciembre, en vísperas de Navidad, fue bautizado por el misionero salesiano mencionado, padre Domingo Milanesio, con el nombre de Ceferino, nieto del caudillo mapuche Calfucurá.
Tal cacique avenido a la civilización, hombre avezado en el manejo de relaciones humanas seguramente pensó: “La educación puede realizar los milagros propuestos y la inteligencia de un niño se modifica, se purifica y se fortalece en la escuela”, por eso al percibir que su nieto tenía aptitudes innatas que lo hacían distinto de sus congéneres, con el objetivo que hablase el lenguaje de los blancos a los 11 años del niño, le pidió a ese salesiano que lo llevara en 1897 a la Capital Federal a estudiar, para luego regresar y así poder enseñar a los de su pueblo.
Ni bien llegó recomendado por el entonces ministro de Guerra y Marina, Luis María Campos, se desempeñó como carpintero en el taller de la Armada Nacional, con asiento en la localidad de Tigre.
Luego por gestiones del Presidente Luis Sáenz Peña fue aceptado en el Colegio Pío IX de la obra de Don Bosco.
En el nivel primario fue compañero de Carlos Gardel. Cantaban juntos en el coro.
Mucho le costó la convivencia con otros alumnos que no dejaban de preguntarle por el modo de vivir de los aborígenes. Más, las tertulias que al iniciarse movían a la chacota, tomaron calor de juventud sana y se saturaron de la melancolía del lirio de la Patagonia.
Pero demostrando en sus estudios contracción y un espíritu sereno se dice que sus superiores y compañeros, no tardaron en reconocerlo n como un niño verdadero modelo de virtudes.
Recibió la Primera Comunión y con su prodigiosa memoria lograría imponerse en los certámenes de catequesis, llamándolo por ello, el “Príncipe de la doctrina cristiana”.
Como su salud se resistiera por el clima de Buenos Aires y ya atraído por su vocación sacerdotal, el Vicario de la Patagonia, Monseñor Juan Cagliaro, lo llevó a Viedma (Río Negro en 1903 para iniciar sus estudios de latín en aquella región.
Dadas sus naturales condiciones religiosas se le confió el oficio de sacriistán en la parroquia de Nuestra Señora de las Mercedes.
Al año siguiente, el mismo Monseñor Cagliaro, pensando que mejoraría su salud lo llevó a Turín.
En la Ciudad Eterna, Rpma, el 27 de setiembre de 1904 fue recibido por San Pío X, a quien obsequió un auténtico quillango tejido con lana de guanaco, obsequio que el Santo padre rettribuyó con una medalla de plata.
En Roma Ceferino visitó las basílicas de San Pedro y San Pablo, Santa María la Mayor y muchos otros monumentos de la antigüedad, como los coliseos, templos paganos y jardines antiguos.
Después de una gira por Florencia, Milán y Turín continuó sus estudios en el Colegio Salesiano de Villa Flora, Frascati, destacándose por los rápidos progresos que hizo hasta que su salud le jugó una mala pasada, quebrantándose aceleradamente por la tuberculosis.
Fue asistido poe el médico del santo Padre en el Hospital de San Bartolomé de la capital de Italia.
Falleció “con fama de santidad” el 11 de mayo de 1905.
Bibliografía:
Noticiario Ceferiniano. Publicación de los padres de la Orden de los Salesianos.
Namuncurá Ceferino Manuel . Calle . Topografía:
Corre de E. a O. entre Av. de Circunvalación y Autopista Rosario _ Santa Fe.
Carece de designación oficial.
Recuerda al “Lirio de la Patagonia”. La Iglesia lo declaró Venerable, es decir, reconoció que practicó las virtudes cristianas en grado heroico. Lo recibió el Papa Pío X y el Papa Benedicto XVI reconoce en el año 2007 que a través de un milagro realizado, puede convertirse en beato.