MOZART AMADEUS (1756-1791)
Su vida se confunde entre la historia y la leyenda, la exclamación y la paradoja.
Vivió tan sólo 35 años, pero los vivió intensamente entre el odio y el amor, en contradicción con las apetencias paternas que ansiaban para su hijo, una vida ordenada y metódica.
Su padre era el respetado compositor y violinista Leolpoldo Mozart y él nacido el 27 de enero de 1756 en Salzburgo, se llamó Wolfgang Amadeus.
En su niñez más temprana en su ciudad natal, mostró una capacidad colosal en el dominio de instrumentos de teclado y del violín.
A los cuatro años era ya un niño prodigio porque tocaba el piano maravillosamente y a los cinco ya sería compositor.
Fue entonces que bajo la dirección paterna perfeccionó sus estudios de contrapunto y armonía.
Los auditorios más heterogéneos le predijeron a temprana edad un porvenir brillantísimo en la música.
A los diecisiete años fue contratado como músico en la corte de Salzburgo, pero su inquietud le llevó a viajar en busca de una mejor posición, siempre componiendo de forma prolífica.
No tardaría en escribir composiciones vocales, como oratorios y óperas y por encargo del emperador José compuso “La finta simplice”, obra que le causó disgusto porque al viajar Viena no se representó por intrigas de ciertos artistas reputadísimos.
Afectado por enredos agobiantes, pensaba regresar a su tierra más el Obispo de Salzburgo, convertido en su mecenas lo envió a Italia.
Allí desató su esplendor musical dando conciertos y componiendo óperas, entre ellas “Mitríades” que fue representada en la Nochebuena de 1770.
Entre aplausos, recorrió cortes alemanas, maravillando a París como pianista, organista y compositor de bellísimas melodías.
De allí a Viena, donde contrajo enlace componiendo febrilmente obras de variados géneros, como “Las bodas de Fígaro” entre otras.
Durante su visita a Viena en 1781, tras ser despedido de su puesto en la corte, decidió instalarse en esta ciudad, donde alcanzó la fama que mantuvo el resto de su vida, a pesar de pasar por situaciones financieras difícil.
En 1789 produjo tres famosas sinfonías en mi bemol mayor, en sol menor y en do menor.
Familiarizado con la música de Bach y Hendel, hasta entonces desconocida por él, visitó Berlín.
En Londres produjo sonatas a cuatro manos inaugurando esta forma de ejecución musical.
Reyes, príncipes y potentados le prodigaban sus mejores elogios y aplausos.
Así cargado de palmas y obsequios regresó tempranamente a su ciudad natal.
En sus años finales, compuso muchas de sus sinfonías, conciertos y óperas más conocidas, así como su Réquiem.
Las circunstancias de su temprana muerte han sido objeto de numerosas especulaciones y elevadas a la categoría de mito.
La obra mozartiana abarca todos los géneros musicales de su época e incluye más de seiscientas creaciones, en su mayoría reconocidas como obras maestras de la música sinfónica, concertante, de cámara, para fortepiano, operística y coral, logrando una popularidad y difusión internacional.
Según críticos de música como Nicholas Till, Mozart siempre aprendía vorazmente de otros músicos desarrollando un esplendor y una madurez de estilo que abarcó desde la luz y la elegancia, a la oscuridad y la pasión, toda bien fundada por una visión de la humanidad “redimida por el arte, perdonada y reconciliada con la naturaleza y lo absoluto”. Lástima que fue incomprendido.
Su influencia en toda la música occidental posterior es profunda; Ludwig van Beethoven escribió sus primeras composiciones a la sombra de Mozart, de quien Joseph Haydn escribió que “la posteridad no verá tal talento otra vez en cien años”.
Mozart vivió a su manera convertido en un hombre complicado, impulsivo, irreverente, con una historia de amor profundo, pero aparentemente indiferente y secreto.
1791…sería el año de la fecundidad de su arte pues daría vida a “La flauta mágica”; “el Ave Verum”; y el famoso Réquiem.
Fue justo el año en que acaeció su muerte, el 15 de noviembre.
¡Qué misterio fue su defunción! Tres certificados médicos divergentes al mismo tiempo: uno fallecido por hidropesía, otro por ataque cerebral y un tercero por tifus exantemático.
Su música a dos siglos y años de su desaparición resplandece en el tiempo, siendo así, destino de la eternidad.
Bibliografía:
“Vidas paralelas: F. J. Hayden - W. A. Mozart”. Colección Universitas. Tomo VIII.
Mozart. Pasaje. Topografía:
Corre de E. a O. desde 1000 hasta 1599, a la altura de Corrientes 3700.
Se le impuso ese nombre por D. 24464 del año 1960.
Recuerda a Amadeus Mozart (1756-1791) autor de las expresiones más acabadas de la música.