Samuel Finley Breese Morse nació en Boston, el 27 de abril de 1791-Nueva York.
Hijo de un clérigo de Connectitud, comenzó su carrera pintando por pocas monedas los retratos de sus compañeros de estudio.
A los treinta años se había convertido en un pintor de renombre.
Muchas de esas obras históricas, como el retrato del presidente Monroe y el del general Lafayette pueden verse hoy en New York y Washington.
Pero cuando Morse perdió a su joven esposa su depresión le hizo abandonar la pintura y lanzarse hacia Europa.
En el otoño de 1832, pasados los 40 años, su suerte estaba echada, cuando durante la travesía de regreso a los Estados Unidos, uno de los pasajeros como entretenimiento hacía pruebas de magia, basadas en ensayos que había visto en París con alambres y una pila de Volta mostrando al pasaje, como un trozo de hierro dulce podía transformarse temporalmente en un imán haciendo pasar una corriente eléctrica por el alambre que lo envolvía.
Samuel Morse de inteligencia rápida se interesó profundamente por la demostración que hiciera el médico, se le ocurrió una idea, que formuló con sus propias palabras: "Si se puede se pudiese hacer visible la presencia de la corriente en cualquier lugar de un circuito cerrado por un electroimán, no habría ningún motivo que impidiese la transmisión rápida como un rayo de noticias mediante la electricidad".
Empezó utilizando como soporte un caballete viejo, al cual agregó un primitivo electroimán, fabricado por él, las ruedas de un viejo reloj en desuso, una pila galvánica y otros accesorios baratos.
Durante dos años trató de mejorarlo, casi infructuosamente. Estaba convencido que el principio de funcionamiento era correcto pero no conseguía, aún con una batería más potente trasmitir los impulsos a distancias mayores de 30 ó 40 metros.
Ocurría que si se alargaba el alambre, la corriente llegaba al extremo de éste sin la intensidad suficiente para activar el imán.
Luego de muchos intentos halló la solución en una idea que iba a desempeñar un papel brillante en el futuro desarrollo de la electrotécnica.
El 4 de setiembre de 1837 Morse ayudado por un alumno Alfred Vail invitó a toda la universidad de New York a presenciar la primera demostración del nuevo modelo que habían construido, provisto de un nuevo implemento: se trataba un interruptor práctico que permitía emitir los signos en forma sencilla. Lo denominaron manipulador Morse.
Al cabo de varias semanas el aparato quedó construido, cuando Morse cerraba el circuito entre el electroimán y la pila, el imán atraía un pequeño trozo de hierro: la armadura, que estaba unida a una cinta de papel movida por una pesa y un engranaje de reloj, y el lápiz trazaba rayitas sobre el papel. Mas el aparato no trabajaba como él aspiraba, sólo trabajaba sobre pequeñas distancias.
Morse desconocía los numerosos ensayos realizados en este terreno por otros inventores, pero estaba convencido de que el mundo necesitaba urgentemente un medio de transmisión y comunicación a distancia de gran eficiencia, particularmente Inglaterra donde habían se producido cambios estructurales como consecuencia de la revolución industrial y Estados Unidos que estaba en los umbrales de un cambio análogo.
Morse de ideas claras sabiendo muy bien que la fuerza del vapor había empezado a reemplazar al caballo en el tránsito y a la vela en la navegación, que la mecanización creciente a la lentitud de la mano de obra y que a su vez progresivamente la inversión contundente de capitales en la industria hacía movilizar al trabajo, estaba empeñado en desarrollar la idea del telégrafo.
En ese año lo presentó al Congreso de su país, pero tuvo que esperar seis años para ser recibido. Fue una ventaja , pues mientras tanto elaboró el código - una combinación de puntos y rayas - que hoy lleva su nombre. En 1844, cuando fue recibido la transmisión se hizo entre Washington y Baltimore, a sesenta y cinco kilómetros de distancia.
El 1º de enero de 1845, Morse y Vail inauguraron la primera línea telegráfica de Estados Unidos entre Washington y Baltimore, que utilizaba su sistema de telegrafía.
Ambos científicos estaban de acuerdo y convencidos que, sí se deseaba una difusión general del telégrafo eléctrico, debía crearse un código sencillo y adecuado al movimiento de la armadura.
Morse no fue un científico ni un técnico sino un artista que perfeccionó el telégrafo y lo lanzó triunfalmente por todo el mundo.
Exitoso ensayo ccuya instalación de la línea había costado treinta mil dólares, que morse consiguió mediante un crédito. Prontamente sería utilizado por la marina norteamericana y en 1851 el sistema fue adoptado por Alemania y seis años después por Francia, hasta que pocos años después el tendido eléctricopara enviar y recibir mensajes cubrió el planeta y atravesó océanos.
Morse murió el 2 de abril de 1872.
En 1896 otro científico Guillermo Marconi perfeccionaría la gran creación de Morse logrando la comunicación inhalámbrica (sin hilos9 mediante las ondas de radio descubiertas por Hertz.
Los progresos de la electricidad en la primera mitad del siglo XIX centuplicaron la capacidad de logros prácticos del hombre. Ninguno de ellos fue más espectacular que el invento del telégrafo.
Bibliografía:
Artículo de la revista Postas argentinas de la empresa nacional de Correos y Telégrafos. Rep. Argentina. Año 1961.
Morse. Pasaje. Topografía:
Corre de N. a S. desde 1900 hasta 2199 en las manzanas rodeadas por las calles Pasco, Larrea, Riobamba y Liniers.
Se le impuso ese nombre por D. 21705 del año 1961.
Recuerda a Samuel Morse (1791 – 1872) norteamericano inventor del telégrafo eléctrico.