MORRISON CHARLES

¿Quién fue Morrison? Charles Morrison  fue el ingeniero Inglés, constructor y  director del Ferrocarril Mitre, línea ferroviaria que tuvo su origen en el Ferrocarril Central Argentino.


La localidad de Morrison Córdoba cuenta con 3300 habitantes y se encuentra a 186 km de Córdoba Capital. En el Siglo XIX, allá por la década del ´60, cuando una cuadrilla de obreros construía el terraplén para el tendido de las vías férreas, se encontró con un pequeño conglomerado de ranchos, gente indígena y criolla, a una distancia aproximada de 14 Km. de Fraile Muerto Bell Ville por lo que lo denominaron Km. 14.


El 1° de septiembre de 1867 se construyó  el edificio de la Estación y comenzaron a llegar pobladores de otros lugares a instalarse allí. Las familias de colonos empezaron  a poblar la comarca que esperaba  impaciente las fecundas semillas.


Pueblo y campiña pugnaban  al unísono en el incontenido afán de actividad y de vida, pareciera que estaban  empeñados en la misma tarea común de trabajar en bien del progreso. Poco a poco empezó la edificación en el pueblo.


 Don José Pavón estableció  el primer horno de ladrillos; Juan Herrera instaló una carnicería. En 1870 llegó el Ferrocarril a Córdoba. El entonces Presidente, Domingo F. Sarmiento, designó a Dalmacio Vélez Sarsfield para que viajara a la inauguración de las nuevas líneas férreas.


En ese acto decidió  asignarle a la estación siguiente a Fraile Muerto el nombre de Fenelón Zuviría, en homenaje a ese gran colaborador de esta obra tan importante para la época.


A comienzos de ese año llegaron nuevos pobladores del extranjero, principalmente italianos y españoles y en 1880 se incrementaría notablemente el arribo de inmigrantes, atraídos por la promesa de buenas tierras.


Se establecieron entonces Ribotte y Maza, comercio de Ramos Generales; Juan Fieck con una gran panadería; Pedro Duarte, Rosalino Moreno, Abraham Juárez, agricultores de la época, junto a otros que se fueron sumando con el correr de los años.


En el año 1907, fallecía en Londres (Inglaterra), el Ing. Charles Morrison, Director del Ferrocarril Bartolomé Mitre en nuestro país. A pedido de la Empresa y del Gobierno Británico, el Presidente Dr. Figueroa Alcorta, designó  por decreto a ese paraje, con el nombre de Morrison.
 Los pobladores se resistían al cambio de denominación  y recién en 1911, lo adoptaron  definitivamente.

Morrison no es solamente un punto en el vasto territorio cordobés, sino una palpable realidad con pujanza y crecimiento en sus diferentes actividades: agricultura, ganadería, industria, cultura, deporte; configurando todo ello galones positivos en la marcha ascendente hacia un mejor destino.

Sus habitantes  afirman: “Somos un pueblo de ‘la Pampa Gringa’, y lo seremos siempre. El apogeo de Morrison estuvo marcado por el crecimiento del campo y la industria de implementos agrícolas. Las pequeñas fábricas de sillas fueron, también, sostén de innumerables familias. Esto demuestra que el trabajo y el esfuerzo conjunto son el único camino posible de crecimiento”

 

Bibliografía :
La expuesta en el texto.

Morrison. Avenida. Topografía:
Corre de E. a O. desde Alvarez Condarco 100Bis hasta Sarratea 400Bis.
Carece de designación oficial.
Recuerda al ingeniero inglés director del ex –Ferrocarril Mitre.

 

En nuestra ciudad a la altura de  Morrison 8100, en la intersección con calle Wilde, hallamos la emblemática ESTACION ANTÁRTIDA ARGENTINA.


Reatti  Atilio en artículo del diario La Capital, 16 de setiembre de 1995, expresa:“Situación de las principales estaciones ferroviarias de Rosario.”
La observación de las viejas estaciones  de nuestra ciudad puede convertirse en una interesante actividad auxiliar en el  estudio de la historia ferroviaria; aparte de considerárselas testigos irreverentes de un tiempo pasado.

Es increíble su estado de pureza si se tiene en cuenta su antigüedad de más de cien años y su escaso mantenimiento.

Las más grandes  como Rosario Norte; la Belgrano situada en 27 de Febrero y Juan Manuel de Rosas que tomó el nombre de la Compañía que administraba y la Rosario Oeste más modesta en un principio fue un apeadero donde se detenían los trenes locales del Ferrocarril Central Córdoba, está ubicada entre las calles Mendoza y Montevideo y que corre paralela a la calle Paraná.
 
La Rosario Norte perdió su funcionalidad al convertirse en una dependencia del Estado Municipal.

En la geografía de nuestra ciudad se destacan otras de menor envergadura, la   del Ferrocarril Oeste Santafesino,  la cual tenía como cabecera del parque Urquiza y que pertenecía al cuyo creador y dueño fuera  don Carlos Casado del Alisal , fundador también del actual Nuevo Banco Provincia de Santa Fe.

Otra suburbana es la Estación Antártida Argentina  una estación de ferrocarril ubicada, en el barrio Fisherton, en el oeste de la ciudad levantada en 1890 por el Ferrocarril  Central Argentino, el más antiguo de la ciudad.
¿Quién fue Fisher? Mister Henry Fisher como ingeniero y director financiero y jurídico de la Empresa Central Argentino dispuso la venta en remate de 64 manzanas aledañas a las vías.

La estación era una parada intermedia de la línea que comenzaba en la Estación Rosario Central. El viaje entre la Estación terminal hasta Fisherton demandaba 15 minutos (un viaje similar en ómnibus actualmente requiere 45 minutos).
Luego de abandonar Fisherton, en la periferia del área urbana de Rosario, la línea seguía hacia el oeste con destino a la ciudad de Córdoba. En el período 1935–1940, inmediatamente después de la "época dorada" de los ferrocarriles argentinos, por esta estación pasaban 100.000 pasajeros por día.

 

La estación se encuentra en la intersección de la Avenida Morrison y la calle Wilde. El ferrocarril y la estación, originalmente llamada Estación Fisherton, fue construida por la compañía Ferrocarril Central Argentino de capitales británicos, en la década de 1890. El vecindario, originalmente construido para alojar a los trabajadores de la compañía ferroviaria, creció alrededor de la estación.

 

En 1948 el gobierno de Juan Domingo Perón nacionalizó la red de ferrocarriles, fusionando varias líneas. La estación cambió su nombre a Estación Antártida Argentina, y quedó bajo el control del Ferrocarril General Bartolomé Mitre.

En 1977 se eliminó la mayoría de los servicios de trenes de pasajeros del país, clausurándose esta estación. El edificio quedó abandonado.

La estación se restauró en la década de 1990, con modificaciones que fueron criticadas, por ejemplo la remoción de una capa de ladrillos protectora, que podría reducir drásticamente la vida útil del edificio.3 Las instalaciones quedaron a cargo de la empresa Nuevo Central Argentino. En 2007, el edificio funciona como centro cultural vecinal.
A pesar de que en 1998 fue totalmente reacondicionada para realizar actividades culturales y de promoción comunitaria, Hoy conserva su estructura exterior de ladrillos expuesto con argamasa  al ras, de una consistencia que no se repetirá.
El edificio exhibe techo de tejas deprimidas entre las paredes laterales, lo que acentúa su baja estatura.

 

La altura de las paredes laterales se sostiene con un aro con clave y una viga ubicada a media altura, las que distribuyen el peso en cuatro columnas  que recorren la mitad inferior y concluyen en una base reforzada. Este conjunto implica nervaduras  de apropiado efecto decorativo.

Toda esta descripción arquitectónica responde a antes de1998, cuando  fue totalmente reacondicionada para realizar actividades culturales y de promoción comunitaria.

Juan Aguzzi en la revista Multicanal de Rosario, 1998 expresa:”Algunas estaciones  desaparecieron definitivamente, otras fueron clausuradas como la Terminal Rosario Central en 1977, y muchas otras, un poco después, cesaron su atención al público, como Rosario norte o Sunchales, respondiendo a un plan premeditado y detallado del Gobierno de turno que tenía como objetivo la eliminación total de ese medio de transporte. Pero hoy, cuando se transitan las inmediaciones o los mismos edificios que persisten mudos desde afuera y con un bullicio latente en su interior, hoy, cuando la nostalgia es un sentimiento erróneo, no puede menos que apresarnos el recuerdo del sitio ideal del movimiento, adonde se partía o se llegaba, adonde e empezaba o se terminaba.”
La Capital, 10 de abril de 2005. Rieles que corren sobre la memoria y el porvenir.