Don Mariano Moreno vivió poco tiempo, sin embargo, su vida fue fecunda, de múltiples aspectos, y su influjo sobre la sociedad argentina en una época llena de acontecimientos notables, produjo importantes efectos. Fue un hombre de acción, un político, un hombre de visión de futuro y un escritor, cuyos escritos serían un instrumento al servicio de Moreno estadista, reformador o revolucionario.
Sus publicaciones eran simples medios para llegar a la realización de una reforma o para conseguir el fin capital de su acción: la organización y la independencia del país.
La ciudad de Buenos Aires, durante los últimos años del siglo XVIII y los primeros del XIX, no era un centro intelectual. Apenas había en ella algunos hombres instruidos, y fuera de los conventos sólo existían dos establecimientos de enseñanza, la Escuela del Rey y el Colegio de San Carlos, fundado por el virrey Vértiz en 1783.
Establecimientos modestos en planes, métodos y cantidad de instrucción correspondientes a las necesidades, aspiraciones y recursos de la pobre colonia, cuya existencia transcurría sin accidentes y, casi diría, feliz.
Moreno nacido en el 23 de setiembre de 1778, poseyó una cultura superior recibida primero en la Escuela del Rey y en el Colegio de Vértiz después, donde aparte de las materias obligatorias se dedicó de lleno al latín, que manejaba como un maestro según su biógrafo.
El joven leía continuamente hasta saciarse. Pasaba horas enfrascado en la lectura de los textos del convento de San Francisco que le posibilitara fray Cayetano Rodríguez, por entonces prelado principal.
Cuando partió a estudiar a la Universidad de Chuquisaca, como sus padres por razones económicas no podían pagar, debió alojarse en lo del poderoso canónigo Terrazas en la ciudad de La Plata, capital de la provincia chuquisaquense del Alto Perú, donde se graduó de doctor en jurisprudencia y en cánones.
Del Potosí con el título de abogado y de flamante esposo regresó a Buenos Aires en setiembre de 1805.
No aceptaba invitaciones para paseos y diversiones, porque no le dejaban tiempo libre para la profesión, la lectura y su familia.
Tanto se ha hablado de este prócer que la esencia de su ideario ha quedado oculto bajo un fárrago de libros.
Hasta 1810 sólo había existido la oratoria sagrada en los púlpitos, la oratoria forense en la Audiencia, la oratoria académica en los claustros universitarios o la oratoria cortesana en alguna que otra recepción de virreyes más a partir de la Revolución de 1810, surgiría la oratoria democrática ejercida en plazas públicas y sociedades patrióticas.
Las arengas de Paso y Castelli fueron célebres en la historia argentina inaugurando la literatura militante de libertad, mientras Moreno lo haría con su pluma realizando un intenso despliegue de decretos, debates parlamentarios, gacetas cívicas, proclamas militares y sermones.
"Y como entre aquellas fuerzas, la más poderosa era la prensa (instrumento vedado hasta entonces a los hijos de la colonia para ventilar las cuestiones públicas y los intereses sociales), el secretario de la Junta se constituiría voluntariamente en redactor en "La Gaceta", diario que fundara el 21 de junio de 1810, colocando al frente de sus escritos uno de aquellos arranques de amor a la libertad que son tan frecuentes en las inmortales páginas de Tácito". Este periódico nació con el nuevo régimen, proclamando los tiempos en que era dado pensar y manifestar sin trabas el pensamiento"- expresa Juan María Gutiérrez en "Los próceres".
Enrique de Gandía clarifica: "La concepción que Mariano Moreno exponía y defendía en "La Gaceta" es la simple y pura expresión de la libertad, de los derechos naturales del hombre, del principio que el pueblo es la fuente del poder y en sus manos está la resolución de su destino".
Nos dice Tomás Guido en su "Reseña histórica de los sucesos de Mayo": "La Junta eligió para sus secretarías a los eminentes jurisconsultos don Mariano Moreno y don Juan José Paso. El primero, encargado del departamento de Gobierno, el segundo, de Hacienda, ambos hombres simpáticos a los promotores de la Revolución, ambos ciudadanos eruditos y dignos de la confianza popular". Principio que movió a Moreno allá por 1810 y que recién se hizo realidad en la anhelada Constitución de 1853, que aún nos rige.
Fue un verdadero visionario... recién 43 años después se sancionaría lo que él que él consideró necesaria en su época.
Encabezó un grupo político liberal enfrentado con la inclinación conservadora de Saavedra, encono que después de la polémica por el decreto de la supresión de los honores, hubo llegado a tales extremos de desconfianza entre ambos que en sus salidas nocturnas se haría acompañar por amigos y nunca por soldados del Cuerpo de Patricios.
En aquellos días cuando la Junta estaba por enviar a Londres a Vieytes para cimentar relaciones estables entre ambos países, Moreno sin mediar palabras solicitaría a su adversario político tal gestión, quien sin duda alguna lo destinó el 24 de diciembre de ese año como diplomático del Gobierno ante Inglaterra. Partió al día siguiente en la fragata La Fama, la que sería su tumba.
La travesía fue lenta y terrorífica, parecía asociarse al lento deterioro de la salud de Moreno, tanto que durante días enteros no pudo abandonar la cama, pese a los esfuerzos de su hermano Manuel y de un joven militar que sería después el consagrado general Tomás Guido. En medio de una descompensación el capitán del barco en calidad de médico, le suministró una buena porción de emético que le produjo la muerte.
Enrique de Gandía, al hacer un estudio exhaustivo de los papeles de la época, pudo descubrir una extraña resolución de la Junta que establecía un doble nombramiento diplomático, “a un tal Mr. Curtis que debía reemplazar a Moreno en caso que falleciera”. Hecho que origina un capítulo oscuro y dudoso de nuestra historia.
Su cuerpo sería arrojado al mar envuelto en la bandera inglesa. Dicen que Saavedra, al conocer la infausta noticia, exclamó: “Era necesaria tanta agua, para apagar tanto fuego”.
Bibliografía:
De Gandía Enrique: "Mariano Moreno. Su pensamiento político". Buenos Aires, 1969.
Gónzalez Arrili Bernardo: "Mariano Moreno". Historia de la Argentina, según las biografías de sus hombres y mujeres". Editorial Nobis. Buenos Aires.1964.
Moreno. Calle .Topografía:
Corre de N. a S. desde 100 Bis hasta 6700, a la altura de San Luis 1900; Bv. Seguí 1900; Av. Battle y Ordoñez 1900; Av. Pellegrini 1900.
Se le impuso ese nombre por Ord. 3 de 1905.
Recuerda al patriota Mariano Moreno (1778-1811) una de las figuras más descollantes de la Revolución de Mayo y fundador del diario La Gaceta en 1810.
El antiguo Palacio de Tribunales se halla emplazado sobre calle Moreno, entre Córdoba y Santa Fe:
Palacio de Tribunales: Año 1889
El área de la plaza San Martín se vio conmovida por la cesión que la Municipalidad hizo a la provincia en 1888, como parte de los terrenos del descampado para que el empresario catalán
Juan Canals construyera allí el Palacio de Tribunales y Justicia. La apertura de la calle Moreno fijó el límite oeste de la plaza.
El edificio, que comenzó a construirse en 1889 bajo la dirección del arquitecto inglés Boyd Walker, además de albergar la Justicia debía brindar una renta por el alquiler de oficinas para abogados y escribanos, tenía forma de U.
En 1892 con el edificio inconcluso se instalan los tribunales. Un año más tarde se ubica la Escuela Normal de Maestros.
Al bloque centrado por el pórtico de acceso se le oponía la proporción vertical de la torre. El conjunto debió parecer imponente en medio de la llanura circundante.
El reloj, símbolo del edificio fue comprado por Juan Canals. Fabricado en París junto a otros tres del mismo tipo que se destinaron a edificios públicos de Berlín, Moscú y París. Fueron colocadas sólo 3 de las 10 campanadas porque el P.E. provincial se desentendió de las obras.
La instalación la realizó Luis Verstraeten, quien dejó años después la capital francesa y se instaló en Rosario.
Aquí le compra el reloj ubicado en la casa a la viuda de Tixier - relojero que había sido representante de la firma constructora - En 1924 el intendente Cardarelli logra del gobierno provincial, los fondos para adquirir el aparato.
Finalmente se instala y se inaugura el 1° de enero de 1825.
La desidia y el abandono hicieron del palacio, una estructura en decadencia. Hoy, luego de fallidos intentos, su refacción está en marcha, diría concluida.
Actualmente funciona la facultad de Ciencias Agrarias y el Museo de Historia Natural.
Algo más de historia sobre calle Moreno:
La Maternidad se inauguró el 8 de julio de 1939 en un edificio ubicado en Moreno 960, donado por la Sra. Angela Joostens, viuda de Martin, a la Municipalidad de Rosario, en agradecimiento a Dios por haber salvado la vida de su hijo, quien había sido secuestrado por la mafia, mientras el amigo Abel Ayerza fue ejecutado pese al pago del rescate.
La construcción del edificio fue hecha con características similares al Saint Mary Hospital de los hermanos Mayo de la ciudad de Nueva York.
La Maternidad Martin realiza dentro de la red de salud, atención de las mujeres embarazadas con patologías, control y atención del parto, post-parto y cuidado del recién nacido.
1996
Fue declarada por UNICEF "Hospital Amigo de la Madre y el Niño", debido a su compromiso y participación en políticas de lactancia materna exclusiva.
2006
El 28 de noviembre se inauguró la nueva Maternidad, emplazada en el 5º y 6º piso del CEMAR, convirtiéndose en una de las maternidades modelo del país.