MONTENEGRO

En lo que coinciden prácticamente todos los investigadores de nuestra historia, es que hay un conjunto de fechas que hacen que Rosario nazca.


Manifiesta el Profesor Conrado Ugarte, del Centro de Estudios Urbanos de Rosario, que “ningún historiador pone en duda que el 27 de diciembre de 1689 es una fecha primigenia. Sin embargo, no es la fecha de origen. Se diría que hay muchas. “


Así en 1725 se produjo el nombramiento del primer Alcalde de la Santa Hermandad. Luego, en el año 1730 se concretó el establecimiento del Curato de los Arroyos.


El 12 de noviembre de 1757, Don Santiago Montenegro donó tierras para levantar la nueva capilla y trazar la plaza, es decir cuando comienza a concretarse la planta urbana.


Esta donación de Montenegro, no resultó una simple donación de solares, sino que se establecieron los lineamientos para la traza de futuras calles y, desde luego, la instalación de la capilla.


Vale decir, que al poblamiento espontáneo de la que con el transcurso del tiempo sería la ciudad de Rosario, hay que adicionarle un elemento que estimo sustantivo: el de la intencionalidad de urbanización de Don Santiago Montenegro, que se perfila en toda su conducta pública, que bien podríamos caracterizar como auténtica conducta cívica, por la importancia de los servicios que prestó al villorio durante toda su vida, desde que se afincó en el Pago de los Arroyos.


Se cree que Don Santiago Montenegro nació en Santiago del Estero hacia 1696 y se radica en el Pago de los Arroyos en el año 1724, cuando contaba unos 28 años.
Se instala en un predio que abarcaría desde las actuales calles Laprida y Urquiza hasta más o menos 1º de Mayo y Córdoba.


Su actividad laboral fue la de fletero, dedicándose además a la cría de ganado y a usufructuar un negocio de pulpería, ubicado en las proximidades de lo que es hoy el Palacio Vasallo, sede del Honorable Concejo Municipal.


En 1730, la importancia del poblado, hace que el Cabildo Metropolitano y el Gobernador de Buenos Aires decidan crear el Curato del Pago de los Arroyos, ordenándose al cura de Santa Fe, entregar a la nueva parroquia todos los ornamentos de la Capilla de Nuestra Señora del Rosario de la reducción calchaquí que se había desalojado de la zona del Salado.
El párroco, Padre Alzugaray, cambió la imagen de Nuestra Señora de la Concepción que hasta entonces se veneraba, por la que habían traído del Salado, pasando entonces a llamarse el villorrio Capilla del Rosario.
En 1746, los vecinos del Pago se reunieron y designaron al Capitán Santiago Montenegro, encargado de la Fábrica de la Capilla del Rosario, lo que demuestra el respeto y la confianza que inspiraba su conducta pública, ya que dicho cargo tenía como misión principal administrar los fondos provenientes de las limosnas con la que contribuían los feligreses para atender los gastos del culto y los que demandaban los elementos y enseres necesarios para el aseo y adorno del templo.


Posteriormente, en 1751, Don Santiago Montenegro es nombrado Alcalde de la Santa Hermandad, que era por entonces, el funcionario cuyas responsabilidades en administrar justicia y ejercer el poder de policía con jurisdicción no sólo en el poblado sino también en la campaña.


En el año 1757, es nombrado nuevamente Alcalde y el 12 de noviembre de ese mismo año, por Acta hace donación del terreno para la Iglesia, precisamente en el lugar donde se estaba construyendo la nueva Capilla, que se entrega concluida en 1762.


Fallece en 1771 y sus restos fueron sepultados en la Capilla.


Según manifiestan los investigadores en sus estudios sobre los orígenes de Rosario y sobre la vida y obra de Don Santiago Montenegro, la documentación existente contiene suficientes elementos que probarían, que el entonces Alcalde de la Santa Hermandad, tuvo siempre en su accionar voluntad y preocupación por la que hoy podríamos conceptuar como urbanizadora, en razón de su constante organización del espacio con vistas al futuro crecimiento y desarrollo del incipiente poblado.


Así se puede asimismo constatar que, al subdividir su propiedad, Montenegro lo hizo mediante parcelas que tomaban en cuenta la reserva para la plaza pública, con emplazamiento frente al terreno para la Iglesia.


Por otra parte, en el párrafo de su testamento, por el cual dona a su hija Ana Josefa un terreno de 133 varas, menciona que el mismo está ubicado “de frente a la calle que corre a la plaza”.


En la escritura de donación del terreno para la Iglesia, que se menciona más arriba, Montenegro toma la previsión de donar, además, “12 varas para calles principales”.
Esta concurrencia de factores interrelacionados, posibilitan configurar una verdadera ideología de Don Santiago Montenegro.


En efecto, y tal como expresa el último párrafo de las conclusiones de la tesis del Simposio organizado por el Centro de Estudios Urbanos del Rosario en diciembre de 1981, “al ser designado mayordomo y a la vez, atender la fábrica de la Capilla, debe haber germinado progresivamente en la imaginación de Don Santiago Montenegro, un objetivo rector que hoy conceptuamos de organización del espacio, o bien de urbanización”.


Dentro del predio donado está la Iglesia Catedral. Donde hoy se encuentra la Catedral, desde 1731 existió la humilde capilla dedicada a Nuestra Señora del Rosario, origen de esta ciudad y testimonio del tiempo en que se creó nuestra bandera.


 Allí oró el general Belgrano cuando visitó la población, en 1810, 1811, 1812 y 1819. Corresponde a la Catedral de Rosario.

 

Bibliografía:

Revista de Historia de Rosario. Publicación anual de la Junta de Historia de Rosario. Año 1999.