MISTRAL GABRIELA (1889 - 1957)

 


Una noche,  al comienzo del verano de 1914, una muchacha de veinticinco años llamada Lucila Godoy Alcayaga  viajó hasta la capital de Chile, para  asistir  en el teatro Santiago, a los primeros Juegos florales de la ciudad.


Nadie la conocía, a nadie se presentó. Se ocultó en las galerías anónimas, algo ansiosa, y junto al público escuchó recitar de un modo algo enfático para su gusto, los poemas premiados.  Eran los "Sonetos de la muerte" de Gabriela Mistral.


La reunión lucía fastuosa con la presencia del Presidente de la República, el Alcalde  y todos los miembros de la Sociedad de artistas y escritores, donde  los aplausos fervientes todavía ignoraban que Lucila, esa maestra de provincias, nacida en el valle de Elqui  allá por 1989, era la autora  de esos y  cuyo único propósito era buscar callada  a un sólo hombre en el escenario, el poeta Manuel Magallanes Moure, destinatario ignorante de ese poema.


Pensar que sería de ahí en más una de las más consagradas escritoras americanas, dueña de un espíritu contemplativo, manifiesto desde niña cuando absorta murmuraba con la naturaleza, virgen y en flor.


Al mantener correspondencia durante siete años, desde 1814 a 1921 ambos líricos, Gabriela y Manuel Magallanes, ella usaría un lenguaje rico, metafórico, místico y exuberante, usando giros propios por momentos con matices apasionados.


Sergio Fernández Larraín habiendo hallado treinta y ocho cartas editó en 1999,  "Cartas de amor y desamor de Gabriela Mistral” , con el seudónimo de Andrés Bello".


 Lo más notorio de ese vínculo amoroso sería que los protagonistas no  llegaron a verse nunca, o si pudo existir un encuentro  fue para excusarse por no poder corresponder a ese frenético amor convertido en  un solo fantasma de la escritura.


Gabriela en 1922  ante ese revés del destino sacaría  estrellas y soles para los pequeños indígenas de su patria, donando los derechos de autor de su libro "Antología" para los escolares de su aldea.


Ese mismo año fue invitada por el gobierno de  Méjico a colaborar en la reforma educativa de ese país y terminada esa misión recorrió Estados Unidos y Europa en función docente,  publicando por entonces un pequeño volumen poético llamado "Ternuras".


"Desolación", su segundo libro, vendría a fijar nítidamente los valores subjetivos y los lineamientos formales de su creación literaria, afirmados después con la aparición de "Tala" y" Lagar".


En mayo de 1938 dirigió un mensaje a los niños del litoral argentino, del cual transcribiré un breve pasaje:


"Ayer yo navegué vuestro río, bajé mi mano a vuestra agua fluvial y el río bueno tomó mi cuerpo  y me llevó consigo...


"Ayer yo vi los elevadores rosarinos de granos, los medí los gocé y los bendije pasando... Las mujeres amamos las cosechas de Canaán,  porque nosotras somos las proveedoras de las mesas y a nosotras nos toca distribuir el pan"


"Los graneros parecían a la luz de la mañana, torres de Cibeles o el talle mismo de Ceres, galoneando en la luz argentina, los graneros parecían también los mástiles de la abundancia, los palos mayores de la grande patria agraria".


"Yo nunca olvidaré, niños argentinos esos graneros rosarinos, empinados como aleluyas del trigo; siempre llevaré en mis ojos su signo blanco, su raya vertical y  su dedo afirmador de la abundancia feliz".


"Lindo destino os regaló la Providencia, niños del Paraná.

Su consagración internacional llegaría en 1945 con la obtención del Premio Nobel de literatura, amén de otras distinciones y doctorados honoris causa que le fueran otorgados para gloria de su país y de América toda.


 A su vez sería convocada para desempeñar el cargo de Secretaria de Naciones Unidas y tareas consulares.


Su vida se apagó el 10 de enero de 1957, en New York, pero su voz, su ternura y su poesía siguen presentes y resonarán en forma imborrable a lo largo del tiempo.

Bibliografía:
Monteleone Jorge:"Enamorada de un fantasma". Artículo de "La Nación" en su edición de Junio 1999.
"Gabriela Mistral dirigió un mensaje a los niños del litoral argentino". Diario La Capital en su edición del 20 de mayo de 1938.

 

Mistral. Calle. Topografía:
Corre de N. a S. desde 2800 hasta 3099 a la altura de Homero Manzi 2500. Barrio 1° de Mayo.
Se le impuso ese nombre por D. 4672 del año 1977.
Con anterioridad se denominó N°8.
Recuerda a Lucila Godoy Alcayaga, conocida por el seudónimo de Gabriela Mistral (1889 - 1957) consagrada poetisa chilena, quien desde muy joven por vocación y con pasión abrazó la docencia.

 

Archivo Diario La Capital. 07 de Abril de 2021 nos informa:
Qué hizo y de qué habló Gabriela Mistral


En su paso por Rosario, en el cumpleaños de la poetisa chilena, detalles de su paso por la ciudad y de la entrevista que le dio a La Capital en 1938.
Gabriela Mistral en la Biblioteca Argentina junto a su director y al presidente del Instituto Social de la UNL.


El Diario La Capital la consideró “huésped de la ciudad” y “una de las primeras figuras de la intelectualidad sudamericana” debido a “la profundidad y belleza de sus pensamientos, por el hondo sentido humano de sus poemas y, sobre todo, por la manera resuelta con que siempre ha encarado los problemas políticos y sociales de América”. Por todo eso, se animó a valorarla como “la escritora más grande de América”.


Lucila Godoy, tal su nombre civil, o Gabriela Mistral, ganadora del premio Nobel 1945 de Literatura, visitó Rosario la primera semana de abril de 1938.


El sábado 2, el domingo 3 y el lunes 4, y a tres días de su cumpleaños número 49, la escritora y poetisa chilena ofreció dos conferencias, en la Biblioteca Argentina y en el Normal 2°, concedió una entrevista al Diario La Capital, conoció a Olga Cossettini y se maravilló con su Escuela Serena, y hasta paseó por el río.


Las actividades de la poetisa comenzaron el sábado 2 de abril en la Biblioteca Argentina con una disertación anunciada como “Poemas inéditos comentados” con el subtítulo “Poemas americanos, poemas del destierro, poemas maternales”. Si bien el encuentro organizado por el Instituto Social de la Universidad Nacional del Litoral estaba programado para las 18, desde temprano se había colmado la sala de lectura frente a la plaza Pringles.


Mistral hizo referencia a sus vivencias dentro y fuera de Chile y a la juventud “que es mantener latente en el alma” las experiencias vitales, y luego recitó el poema “Memoria divina”. Al finalizar, “la contenida emoción del público se exteriorizó” con “una prolongada salva de aplausos”.


Explicó que la poesía “debe ser íntima y estar ligada a los más altos estados emocionales del alma”. Leyó también los poemas “Pan” y “Doble tesoro”.


La visitante habló seguidamente del mar, “inconmensurable y lleno de horizontes”, y al reverenciar “su grandeza y misterio” recordó que “en el inquieto dorso de las olas vienen los recuerdos, los ensueños y la esperanza”. Además se remitió a su infancia a través de los poemas “Cosas” y “Beber”, a su madre y a los niños con escritos que, “no obstante su simplicidad, encierran profundos pensamientos”.


Al final de la conferencia la devoción por la poetisa se salió de control y cuenta La Capital que fue “asediada” por “numerosos admiradores” que le pedían autógrafos o simplemente estrechar su mano.


La poetisa tuvo una deferencia con el Diario La Capital y le regaló el poema "Gestos - La copa" que puede leerse aquí debajo. El texto fue publicado por el Decano de la Prensa Argentina el 3 de abril de 1938 en la página 14 de la segunda sección.

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