MÉDICI

Los Médici (pronunciación médichi) fueron una poderosa einfluyente familia del Renacimiento, donde Cosme de Médici, apodado “el Viejo” (1389–1464), sería el fundador de la dinastía, compuesta por Cosme de Médici,‎ Juan Gastón de Médici, y Lorenzo de Médici.


 Entre cuyos miembros se destacaron cuatro Papas: León X, Clemente VII, Pío IV y León XI; dos reinas de Francia: Catalina de Médici y María de Médici; y numerosos dirigentes florentinos, miembros de las casas reales de Francia e Inglaterra, quienes sobresalieron por ser mecenas, también patrocinando a artistas y científicos de su época.


La familia era de orígenes modestos y su poderío inicial surgió de la banca. La Banca Médici fue uno de los bancos más prósperos y respetados en Europa.


Con esa base, aparte de vivir en el lujo y la opulencia, lograron adquiri el poder político inicialmente en Florencia, donde ocuparon el cargo de confaloniero o jefe de la ciudad desde el siglo XIV (Salvestro di Médici fue confaloniero en 1378).


Su poder e influencia se extendió luego en toda Italia y el resto del continente europeo.


Juan de Médici, fue el primer banquero de la familia, comenzando la influencia del linaje sobre el gobierno florentino, pero los Médici, así se convirtieron en la cabeza oficiosa de la República en 1434, cuando su hijo mayor Cosme de Médici tomó entre sus títulos el de Pater Patriae y el de “Gran Maestro”.


La rama principal de la familia, formada por sus descendientes, rigió los destinos de Florencia hasta el asesinato de Alejandro de Médici, primer duque de Florencia, en 1537.


Los Médici fueron el linaje de mecenas más importante de Italia y de Europa. Los logros más significativos de la familia fueron en el campo del arte y de la arquitectura, tanto que los talentos que ellos emplearon son hoy las referencias principales.


Juan di Bicci de Médici fue el primer mecenas -patrocinador financiero de arte - de la familia. Ayudó a Masaccio, y ordenó la reconstrucción de la basílica de San Lorenzo de Florencia.


Cosme de Médici patrocinó a varios notables artistas como Donatello y Fra Angelico.


Bajo el mecenazgo de Lorenzo de Médici trabajaron artistas como Sandro Botticelli, Andrea Verrocchio, Domenico Ghirlandaio y Leonardo Da Vinci. También patrocinó apoyando a poetas y humanistas de la talla de Marsilio Ficino, Cristoforo Landino, Angelo Poliziano y Giovanni Pico della Mirandola, todos ellos miembros de la Academia Platónica Florentina fundada por Cosme de Médici.


Pero la principal adquisición de los Médici fue Miguel Ángel Buonarroti, un arquitecto, escultor y pintor, considerado uno de los mejores en los tres campos, quien produjo una serie de obras para distintos miembros de la familia, comenzando con Lorenzo el Magnífico.


Aunque su trabajo más destacable y eterno preciado es la bóveda de la Capilla Sixtina. En 1508, el papa Julio II encargó a Miguel Ángel la decoración de la Capilla Sixtina. El resultado fue una creación monumental que rompió los moldes del arte renacentista.


Miguel Ángel realizó los frescos de la Capilla Sixtina entre 1508 y 1512. La restauración que se realizó en la década de 1990 mostró el increíble dominio técnico del pintor, que además no contó con ayudantes para la realización de las pinturas, tan solo unos obreros que prepararon la techumbre.


Además de contratistas de obras de arquitectura y mecenas artísticos, los Médici fueron prolíficos coleccionistas, reuniendo multitud de obras que hoy forman la colección central de la Galería Uffizi, en Florencia.


En arquitectura, los Médici son responsables de varios edificios notables en Florencia, incluyendo la Galería Uffizi, el Palacio Pitti, los Jardines de Boboli, el Belvedere, y el Palacio Medici.


Juan di Bicci de Médici comisionó personalmente a Brunelleschi reconstruir la Iglesia de San Lorenzo en 1419.


Leonor Álvarez de Toledo, esposa de Cosme I, compró el Palacio Pitti a Buonaccorso Pitti en 1550.


Cosme I apadrinó a Vasari, que construyó la Galería Uffizi en 1560.


María de Médici, viuda de Enrique IV de Francia y III de Navarra y madre de Luis XIII de Francia, fue usada como modelo por Peter Paul Rubens en 1622, para la pintura al óleo María de Médici, reina de Francia, llegando a Marsella.


Galileo Galilei fue protegido por Cosme II de Médici y por su hijo Fernando II de Médici.


El poder pasó luego a la rama menor de los Médici, o sea a los descendientes de Lorenzo el Viejo, hijo menor de Juan de Médici, comenzando con su tataranieto, Cosme I de Médici, II duque de Florencia (1537-1569) y I Gran Duque de Toscana (1569–1574).


En el duque Cosme I se unen las dos ramas familiares, ya que es hijo de Juan de las Bandas Negras, de la rama Popolana, y de María Salviati, nieta de Lorenzo de Médici.


La escalada de los Médici al poder fue relatada en detalle en la crónica de Benedetto Dei. “Festina lente (latín, Apresúrate lentamente).


Las últimas descendientes de la corona fueron:
María de Médici (1573–1642), reina y regente de Francia.
Ana María Luisa de Médici (1667–1743), la última de la línea familiar.

 

 

 

Bibliografía
Marcello Vannucci (1987). I Medici. Una famiglia al potere (en italiano). Roma: Newton Compton.
AA.VV. (2001). Medici (en italiano). Nike Edizioni.
Gonzague Truc, Les Médicis, Grasset 1936. (en francés).

Medici. Pasaje. Topografía:
Corre de N. a S. a la altura  de Uriburu 200.
Carece de designación oficial.
Recuerda a una poderosa e influyente familia del Renacimiento en Florencia entre cuyos miembros se destacaron cuatro Papas, el más destacado, Julio II; dos reinas de Francia: Catalina de Médici y María de Médici; y numerosos dirigentes florentinos, miembros de las casas reales de Francia.
Muchos de ellos verdaderos mecenas de artistas cuyas obras perduran a través de los siglos.