MAYO

Expresa Bartolomé Mitre: “La revolución del 25 de Mayo de 1810, madre de la revolución argentina, que dio por resultado su independencia, es única por sus formas y sus fórmulas; por sus medios de acción, adecuados a sus propósitos,por su correcta unidad y por largas y trascendentales proyecciones.


Ejecutose sin violencia, por  la sola fuerza moral de la opinión, triunfando pacíficamente por la razón en el terreno de la ley y de la conveniencia pública, la transición entre el viejo y el nuevo sistema se operó sin sacudimientos, entrando el pueblo en posesión de su soberanía con moderación y con la conciencia de su derecho, tomando los hombres y las cosas su colocación lógica y natural,  cual si se cumpliese una ley fatal por la fuerza de gravitación”.


Después del Congreso popular del día 22 de Mayo, legal  y libremente reunido, después de un debate solemne de principios entre los partidos, se proclamó que la metrópoli y el soberano habían caducado, declarándose en consecuencia, que la autoridad suprema de la colonia del  Río de la Plata debía ser depuesta, y que correspondía al pueblo elegir un nuevo gobierno.


Así aconteció... se  constituyóla Primera Junta Provisional Gubernativa el 25 de Mayo con nueve hombres.


 Patriotas  dueños absolutos de la situación donde  cada uno cumplía  un rol : El piloto, Moreno; una espada, Saavedra; un docto, Belgrano; un discípulo de Dios,  Alberti. A todos con Paso, Castelli, Azcuénaga, Matheu y Larrea los unía un solo ideal : ¡la libertad!


Destacadas cualidades los distinguían: El valor y las condiciones militares de Cornelio Saavedra, evidenciadas en 1806 y 1807, y su mesura en el seno del gobierno; la pasión democrática de Mariano Moreno, político talentoso y fogoso periodista, la decisión del benemérito y elocuente  Juan José Paso, salvador de la causa revolucionaria  en el Cabildo del día 22; la valentía, inteligencia y cultura de Manuel Belgrano que había pasado laureado por Salamanca y Valladolid; la erudición de José Castelli, abogado y eficaz propagador de la revolución en el norte del país, la total consagración de Manuel Alberti,  por entonces cura rector de San Nicolás de Bari y único  representante de la Iglesia en el seno de la Junta, de quien se dijo que “bajo la sotana había un carácter fuerte” y la nítida vocación republicana de Miguel de Azcuénaga, que financió los primeros pasos del gobierno.


Junto a los siete criollos, integraron la Junta, - como dije más arriba - dos españoles, Domingo Matheu y Juan Larrea, tan nobles como ellos, pues  al ser comerciantes  de gran poderío económico, donarían sus fortunas  a la patria nueva, el primero para equipar el Ejército y el segundo, con destino a la naciente Escuadra nacional.

 


Volver al espíritu de Mayo implica vivir de acuerdo con las lecciones de civismo que aquellos patriotas nos dejaron, cuando la función pública era un ámbito propicio para servir a la naciente nación.


La Revolución de Mayo encierra un valioso contenido de ideales: defensa del terruño, honestidad, valentía y entrega, valores que deben ser permanentes  a través  de  los tiempos para el logro de una Patria grande.

 

Bibliografía:
Mitre: “Comprobaciones Históricas. Cap. X: El 25 de Mayo”
Gelly y Obes: “Mayo”. Revista Estrada.

Mayo. Pasaje. Topografía:
Corre de S. a N. desde 2200 hasta 2299 a la altura de Baigorria 1900.
Carece de designación oficial.
Recuerda  al mes de los grandes fastos patrios y a los hombres que en 1810 abrazaron una convicción política revolucionaria.