MATIENZO BENJAMÍN (1891 – 1919)

En poco más de medio siglo el tyransónorte de la Argentina pasó de las lentas y pesadas  carretas coloniales aidez dxel tren y de éste  a la sorprendente velocidad del avión.


El primer vuelo mecánico fue uno de los atractivosde los festejos del Centenario.Para entonces Matienzo era muy pequeño.A fines de 1919 se realizó  el primer vuelo regular  de nuestra historia, inaugurando  un servicio con horario a Montevideo.


 Pronto comenzaron los viajes  a las provincias ,y en 1924  sin escalas , se unió Buenos Aires con Tucumán,pero pese a esos avances nuestro transporte aéreo no tuvo rápida expansión ...


En los albores de la aviación, los pilotos podían calificarse de héroes, ya que ligados su mente y su cuerpo a aparatos precarios (comparados con los de hoy), dependían de la correcta apreciación de las circunstancias del medio en que navegaban, fuera metereológico o geográfico, porque el menor descuido podía ser fatal.


El teniente Benjamín Matienzo nació en la hermosa y cálida tierra tucumana el 19 de abril de 1891, en el hogar formado por el Dr. Benjamín Matienzo y doña Adela López. Allí en la tierra donde se reuniera el Congreso de 1816, cursó sus estudios secundarios, más después su vocación lo inclinó, por el Colegio Militar de la Nación donde egresó como subteniente en el año del Centenario.

Prontamente, la inquietud por las alas lo llevaría a la Escuela de Aviación Militar de El Palomar, donde en 1917 recibió el brevet de aviador militar.

Sus relevantes condiciones determinaron a sus superiores designarlo juntamente con el capitán Pedro Zanni y el teniente !° Antonio Parodi, para intentar el cruce de los Andes en escuadrilla, por su parte más alta, es decir entre Mendoza y Santiago de Chile, más gracias a la generosa donación del gobierno francés de un Spada y dos Newport que les permitió intentarlo.

 

Hasta entonces, los Andes habían sido vencidos por Bradley y Zuloaga en junio de 1916, utilizando el esférico “Eduardo Newbery” en una azarosa navegación realizada entre Santiago de Chile y Uspallata.

 

En abril de 1918, había realizado un nuevo cruce de la cordillera entre Zapala y Cunco, el teniente Luis Candelaria utilizando un monoplano Morano Soulier de 80 HP.

Los jóvenes aviadores, ávidos de aventura y gloria instalaron su campamento en el campo de vuelo de Los Tamarindos, el mismo que en aquel luctuoso 1° de marzo de 1914, fuera escenario del último vuelo del consagrado Jorge Newbery.

En aquel mes de mayo de 1919, realizaron diversos intentos con resultadoinfructuoso debido a desfavorables condiciones meteorológicas.


 Ello, sumado a burlas anónimas y críticas adversas llevadas a cabo por cierto periodismo, hirió profundamente a los esforzados aviadores.

Fue durante una reunión realizada por motivo de la fecha patria cuando Matienzo afirmó:”... la próxima vez que salgamos yo no regresaré. O cruzo, o me quedo en la cordillera...”

 

A las 6 horas 41 minutos del 28 de mayo, la escuadrilla despegaba una vez más rumbo a Chile.
A poco, fallas mecánicas determinaron el abandono del teniente Parodi. Luego un fuerte viento de frente obligaría al capitán Zanni a regresar a Los Tamarindos, Mendoza.

Matienzo continuó solo con aquel frágil monoplano Newport de 163 HP, en lento avance contra un viento de 120 kilómetros por hora.


Poco después, concluido el combustible, su avión capoteaba a sólo 150 metros del límite con Chile., debiendo descender sobre la nieve a a cuatro mil metros de altura.


Resultó herido de poca consideración, más agotadas sus energías al caminar varios kilómetros buscando reparo, se cobijó al amparo de una gran piedra en las puertas de un refugio, pero la nieve le taponó el acceso y selló su final. Murió congelado.

Recién el 18 de noviembre, fue hallado su cuerpo a 50 metros del refugio, por una comisión policial, que informaría por telegrama: “Comunico que hoy a las 9. a m. como a 150 kilómetros de Mendoza, en el interior de Las Cuevas encontré el cadáver del aviador Matienzo que se encuentra devorado por los buitres. Espero órdenes”. Junto a sí, tenía su revólver del que había disparado dos proyectiles.

El 4 de febrero de 1950, una comisión designada por la Ex secretaría de Aeronáutica, encontró los restos de su avión en el linde argentino – chileno a 4.450 metros de altura.

Sus restos fueron trasladados a su Tucumán natal y un monumento erigido a su memoria en el parque San Martín de Mendoza perpetúa su estampa varonil y fija su mirada en la distancia cual si contemplara la concreción de sus sueños de precursor de las alas de la Patria.

 

Bibliografía:
Volante de la Secretaría de Estado de Comunicaciones N° 294 emitido el 13 de diciembre de 1969.

Matienzo Capitán. Calle. Topografía:
Corre de n. a S. desde 100Bis hasta 500 Bis - 100 – 3799, a la altura de French 2100; Eva Perón 5100; Bv. Seguí 5100.
Se le impuso ese nombre por O. 25 del año 1905.
Recuerda al avezado y joven aviador de nombre homónimo que realizó el cruce de los Andes en 1919.