Asiente Ricardo Falcón en su art. “Del caos al orden y progreso”: “El caso de la ciudad de Rosario es notoriamente atípico en la Argentina y en el mundo. Lo que hasta la segunda mitad del siglo XIX era todavía una pequeña villa de algunos pocos miles de habitantes, se convertiría en las décadas siguientes, a través de un ritmo febril de crecimiento, en la segunda ciudad del país y en un poderoso centro de actividad económica”.
Ese veloz crecimiento se debió cuando el general Urquiza, el 28 de agosto de 1852, después de declarar ciudad a Rosario dictó un Reglamento abriendo los ríos a la navegación universal y nuestra ciudad apareció como puerto libre con Aduana propia.
En ese engrandecimiento comercial y político de las tres últimas décadas del siglo XIX, apareció una elite integrada por una mezcla de los primeros habitantes encumbrados con nuevos ricos formados en el comercio y en el contrabando -términos que se confundían bastante – dispuestos a imponer a los sectores populares la noción de “orden en el progreso”.
A medida que avanzaba la segunda mitad del siglo XIX, esa elite fue perfilando un proyecto de ciudad moderna, higiénica y progresista..También pretendía incorporar a los sectores populares su propia concepción de cultura.
No existía aún una clase media que pudiera servir de nexo entre as dos clases sociales existentes y por otra parte, el rol asistencial del Estado era casi inexistente. A ese alto rango perteneció Mariano Marull, nacido en la ciudad de Mendoza el 19 de setiembre de 1838, pero criado desde muy pequeño en la ciudad de Rosario.
Perteneciente a un hogar con sólidos recursos económicos, tempranamente se dedicó a las plantaciones rurales de la familia y cuando maduro a la colonización del campo.
Llevó a cabo junto a otros visionarios el programa de colonización con verdadero éxito logrando convertir en propietarios a millares de colonos.
Ayudados por Nicasio Oroño, que asumió su cargo en 1865 y continuó hasta 1868 se modernizó y transformó el proceso de colonización, fundando nuevos pueblos, quienes contribuyeron al aumento y expansión de nuestra producción agrícola.
Otro de sus logros fe inventar una máquina para cultivos, de construcción sencilla más de gran repercusión al ser ensayada en enero de 1890 en Bell Ville, provincia de Córdoba.
Marull, no sólo era activo en el programa de colonización sino poseía gran capacidad para funciones públicas y privadas y así desempeñó desde 1873 en distintos períodos el cargo de concejal, presidiendo el Concejo Deliberante desde enero a junio de 1893 y en ese carácter asumió el cargo de Intendente municipal hasta fines de ese año.
En las postrimerías del siglo volvió a presidir el C. Deliberante. También fue socio fundador de la Sociedad Rural Santafesina en Rosario, presidiendo por entonces también, el exclusivo, Club Social.
Falleció en nuestra ciudad en 1905.