MARTIN JULIO

Julio Ulises Martin fue uno de los impulsores del cultivo de yerba mate en Misiones donde realizó los primeros intentos de explotación a gran escala en 1903.


Si bien las plantaciones estaban en otra provincia, la radicación de los molinos fue en Rosario.
Cuando se instaló el edificio de la Yerbatera Martin, en 1929 la zona estaba poco poblada y figuraba en las “afueras” de la ciudad.


Don Julio Ulises Martín, nacido  el 31 de julio de 1862 en el Cantón de Vaud, Suiza, a los 23 años de edad se embarcó en un vapor de bandera francesa que hacía su viaje inaugural desde el puerto de El Havre al Río de la Plata.


Desembarcó  en Buenos Aires en el año 1885 durante la primera presidencia de Julio Argentino Roca, consiguiendo trabajo en una relojería de calle Florida, de la que llegó a ser subgerente. Seguramente no se imaginaba que algún día llegaría a conversar personalmente con aquel mandatario ni menos aún que éste le solicitara invertir en el país al que había llegado en busca de oportunidades.


Decidió conocer las posibilidades naturales del país viajando a Mendoza donde se cercioró del futuro de la industria vitivinícola, pero pronto regresó a Buenos Aires viajando después a la República de Paraguay para instalar, en la ciudad de Asunción, un negocio de relojería y joyería.
Fue allí donde en sociedad con su compatriota Justin Berthet decidió formar una sociedad comercial para adquirir el único molino harinero existente en esa capital: el Molino Nacional del Paraguay, que abastecía de harina a ese país y la exportaba a la provincia brasileña de Mato Grosso.


Así nació, el 3 de junio de 1894, la firma Martín y Compañía, la que además adquirió extensiones de tierra en Paraguay y en el noreste argentino para dedicarlas al cultivo de yerba mate, producto que hasta entonces provenía de Paraguay y Brasil.


 En 1898, Julio Martin fijó la sede comercial de su firma en Rosario, Se trataba de uno de los grandes puertos argentinos que, entre otras cosas, era la salida de la producción harinera del litoral y su firma, precisamente pertenecía a esa rama industrial.


En esos años la provincia de Santa Fe estaba gobernada por el empresario molinero, J. Bernardo Iturraspe, quien había designado como intendente de Rosario a su sobrino, Luis Lamas, alineado políticamente con el presidente de la Nación Julio Argentino Roca, en su segundo mandato.


En lo ideológico Iturraspe y Lamas pertenecían a una familia de arraigada tradición liberal que suscribía a la visión histórica creada por el ex presidente Bartolomé Mitre. De allí que el mismo año que Martín abría sus oficinas en Rosario, dicha elite mitrista impulsaba la construcción de un Monumento Nacional a la Bandera, poniendo la piedra basal del mismo.


La ciudad era área de influencia de capitales franceses, en dos de sus principales herramientas de progreso: el puerto concesionado a George Hersent y el ferrocarril que la unía con el norte santafesino. Además  la colectividad francesa local disponía de notoria ascendencia social en gustos y costumbres de la clase social alta.


Años más tarde Julio Martín daría su propia explicación de la elección de Rosario: “Tuve y tengo una completa fe de que Misiones desalojará el consumo de yerba mate extranjera y por eso pensé que Rosario sería el punto adecuado para estar en el centro de la República con redes ferroviarias y fluviales en todas las direcciones, lo cual permitiría dar en todo el país un precio uniforme a nuestra producción. Después de haberlo experimentado, podemos asegurar que estamos satisfechos de nuestro acierto”.
Las oficinas centrales de Martín y Cía. comenzaron a funcionar en Sarmiento al 400.


En Rosario también asentaría su hogar con su flamante esposa, la porteña Ángela Joostens, hija de belgas, con la que fue padre de Marcelo (1889), Carlos (1900), Georgette (1905) y Alberto (1907).


En 1902, mientras Roca era recibido triunfalmente en Rosario al momento de colocar la piedra basal del nuevo puerto de Rosario (habilitando formalmente a fines de 1905), la firma Martín y Cía. producía el primer lote de yerba mate obtenido de sus cultivos en San Ignacio, Misiones.


De la mano de está obra de infraestructura, nuevas  inversiones arribaron a la ciudad, situación que se potenciaba aún más con la presencia de  notables dirigentes santafesinos en lugares claves del gabinete nacional: Tomás R. Cullen, Wenceslao Zeballos, Lorenzo Anadón, Gabriel Carrasco y Nicasio Oroño, entre otros.


Alertado Roca por su ministro de Agricultura de que Martín se preparaba para iniciar la producción a gran  escala de yerba en territorio paraguayo, le pidió personalmente en la Casa Rosada que lo hiciera en Argentina, en las colonias de Misiones, argumentando de que se trataba de un producto de consumo popular, destinándose anualmente grandes sumas para su importación.


Los yerbatales de la firma en San Ignacio fueron explotados intensamente y gran parte de sus cosechas se almacenaron en los depósitos construidos en Rosario, desde donde se comercializó.


Expresa don Aldalberto José Clerici, quien trabajara en Martin y Compañía que: “El barrio no existía, era nada más que el molino y la construcción de enfrente, que era un depósito; todo lo demás era barranca, incluso había unos terrenos de la Compañía que eran una cancha de fútbol. Y hacia el río estaban las vías del Ferrocarril del Oeste Santafecino (que había creado don Carlos Casado del Alisal), pero yo vi funcionar sólo una vez a ese tren”.


“En una de las esquinas de Ayacucho y Mendoza había varios conventillos a los que le decían “primer y segundo piso”, y donde vivían muchos de los obreros que trabajaban enfrente en el molino.


Pero esta gente que  habitó los conventillos fue  a partir del momento en que se instaló la yerbatera, por un problema de costos, el tranvía salía unos 5 centavos antes de la seis de la mañana, entonces, así se ahorraban ese gasto”.


Continúa don Clerici haciendo uso de su memoria: “Yo fui pagador y recuerdo que había unos 600 obreros, desde el año 1936 en adelante. Cerca de 250 mujeres trabajaban en el establecimiento. Todos vivían por ahí y formaban una comunidad de gente de trabajo”
Tomó el nombre de barrio Martin por el predio donde estaba el molino y no porque esas tierras extensas fueran todas propiedad de Martin y Compañía”.


Esos terrenos aledaños a la fábrica, de golpe alcanzaron un precio mayúsculo y la Municipalidad decidió lotearlos.
Marcelo Martin, hijo del fundador Julio Ulises Martin afirma que “en el loteo de año 1950 no fue partícipe la compañía de su padre.
El loteo de los terrenos de la empresa fue después, probablemente haya sido a mediados de la década del 60. Esa venta fue posterior a la construcción de aquellas primeras casitas”.


En la segunda y tercera década del siglo XX, Martín y Cía ya era una marca líder en el mercado nacional, siendo la primera en plantar, producir, industrializar y expandir yerba mate cultivada en el país.


El dirigente fundador del Partido Demócrata Progresista, Lisandro de la Torre, vecino y amigo  de Martín,  desde el Congreso de la Nación apoyó el pedido de los yerbateros misioneros solicitando mayor apoyo a esta industria.


En 1924, De la Torre presentó a Martín en el recinto como el “El primer plantador de yerba mate de cultivo”, y lo invitó para que explicara ante los legisladores la actividad realizada en aquel territorio nacional.


Puntualmente se pedía al entonces presidente Marcelo T. de Alvear que se diera marcha atrás con la iniciativa oficial de reducir los derechos arancelarios a la yerba mate brasileña y tolerar el ingreso de yerba de menor calidad, nociva para la salud. “Una de las tantas batallas entre las tendencias proteccionistas y librecambistas de la historia argentina y que desalentaron el desarrollo de industrias regionales”.


Los yerbateros argentinos no pudieron doblegar la tenaz y persistente presión de sus pares brasileños, quienes a través del gobierno de ese país supieron sacar provecho de la inestabilidad institucional argentina, logrando que el presidente de facto José Félix Uriburu derogara las medidas proteccionistas obtenidas durante las  presidencias radicales.


Pasaron cinco años para que se aprobara el funcionamiento de la Comisión Reguladora de producción y Comercio de la Yerba Marte (CRYM), una entidad autárquica para la defensa de esa industria.


Julio Martín en esta prédica por proteccionista contó con el decidido apoyo de Ernesto M. J. Daumas, que en 1915 se había sumado a la empresa, compartiendo la responsabilidad de su dirección por más de cincuenta años.


 El final de la historia de esta empresa es muy reciente: fue demolida a comienzos de la década del 80.


Una crónica del diario “La Razón” de Buenos Aires titulaba “El 30 de octubre de 1981 la piqueta arrasa en Rosario  un imponente y señorial edificio.”

 

Bibliografía:

La expuesta en el texto.

Mikielievich Wladimir C.  “Diccionario de Rosario” (Obra inédita).Año 1990.

 

Martin. Pasaje. Topografía:

Corre de N. a S. a la altura de Tucumán3200.

Carece de designación oficial.

Recuerda a don Julio Ulises Martin, fundador del emporio industrial denominado “Yerbatera Martin”.