Las reinas de la pampa son las gramíneas que conforman un manto verde, amarillo u ocre, según las estaciones o después de las cosechas.
En las áreas que pastan los animales, los pastos se adaptan tanto a ellos que les son familiares, llegando a morir las pasturas cuando caen heladas en invierno.
En esta zona pampeana, los pastos son abundantes durante el clima es templado, entremezclándose entre ellos, horneros, gorriones y otras especies de pájaros, perdices y hasta ratones en los sembrados.
También abundan hormigas, mariposas, avispas y mamboretás.
“Mamboretá, vive camuflada entre la hierba o las gramíneas gracias a su coloración, a la espera de langostas u otras presas a capturar en forma fulminante con sus patas prensiles.
Pueden ser de color verde o pardo con distintos matices. El color del adulto lo determina el medio en el que habita durante su última muda (por ejemplo, amarillo, si se trata de paja seca, o verde, si es hierba fresca).
Así acostumbraban llamarla los indígenas a la “mantis religiosa”, equivocadamente denominada así por la posición que asume durante el acecho con las patas delanteras levantadas y plegadas semejando una actitud de oración.
Mantis religiosa es el nombre científico de una especie de insecto mantodeo de la familia Mantidae comúnmente llamado santateresa, silbata, mamboretá, campamocha, tatadiós o simplemente mantis.
Tiene una amplia distribución geográfica en todo el Viejo Mundo (Eurasia y África), con numerosas subespecies según las regiones. Se introdujo en Norteamérica en 1899, en un barco con plantones, y a pesar de ser una especie introducida, es el insecto oficial del estado estadounidense de Connecticut.
Es de tamaño mediano de aproximadamente 6 a 7 cm, con un tórax largo y unas antenas delgadas.
Tiene dos grandes ojos compuestos y tres ojos simples pequeños entre ellos. La cabeza puede girar hasta 180°. Sus patas delanteras, que mantiene recogidas delante de la cabeza, están provistas de espinas para sujetar a sus presas.
Son animales solitarios excepto en la época de reproducción, cuando macho y hembra se buscan para aparearse. Cuando hay más de un macho cerca de una hembra, éstos se pelean y solo uno se aparea. Las hembras son más grandes que los machos.
Se ha hablado mucho de la presunta agresividad de las mantis y de la costumbre que tiene la hembra de devorar al macho durante el apareamiento.
Según el entomólogo Roeder, esto depende de la incapacidad de la hembra en reconocer al macho, que confunde con una presa cualquiera cuando ésta no es capaz de aferrarse en forma correcta durante la primera parte del apareamiento.
Por otra parte, aunque la hembra devore la cabeza durante la unión, esto no altera los buenos resultados porque los movimientos realizados durante la copulación están bajo el control del último ganglio abdominal e incluso son estimuladas por la supresión del ganglio subesofágico.
Es el único insecto conocido que cuenta con un único oído que está localizado en el tórax. Se parece mucho a la variedad europea denominada “caballito del diablo”.