MAITÉN

Explicita el  historiador Mikielievich: Maitén es vocablo araucano que implica en la geografía argentina: población, arroyo, cañadón, cerro y valle situados en la provincia  de Chubut. 


En efecto dos hachazos intentaron cortar la vida de este tren La Trochita, en 1993  cuando el Poder Ejecutivo Nacional ejercido por entonces por el Dr. Menen, anulara toda la red ferroviaria del país, con las graves  consecuencias:  muchos pueblos y ciudades menores de la geografía argentina se convirtieron en lugares invisibles – y luego en 1995 determinó desactivar el servicio entre Ingeniero Jacobacci y El Maitén.


 La Trochita como se conoce comúnmente esa línea ferroviaria, fue recuperada por la provincia de Chubut en 1994, luego de varios meses de haber sido cerrada, convirtiéndose en un símbolo del desafío a la dura estepa y distancias de la Patagonia.


Actualmente  circula una formación semanal entre El Maitén y Esquel y otro tramo menor desde Esquel hacia las laderas del cerro Nahuel Pan (estación que debe su nombre a la comunidad aborigen que habitaba esa área).


 El 25 de mayo de 1945 arribó la primera formación a Esquel y la ciudad cuenta  por casi sesenta años, con el único medio que posibilita el traslado de materiales y personas, especialmente en época de nevadas, dado que el estado de las rutas las hace intransitables.


El trencito  cuenta con coche bar y guía turístico, que explica la historia del Viejo Expreso Patagónico y los puntos destacados del paisaje entre los vetustos coches de asiento de madera y salamandra central para la época de frío riguroso.


El viaje es un volver al pasado, mientras la vieja locomotora aúlla lanzando humo y silbato.


Paul Theroux hizo famosa a La Trochita en todo el mundo, especialmente en Europa, con su libro The Old Patagonian Express.


Entre sus notas de color; describió  a la locomotora como “una suerte de samovar enloquecido entre ruedas, con parches de hierro en la caldera y tubos que chorreaban hacia abajo, válvulas que goteaban y codos de metal que escupían chorros de vapor por los costados”.


Respecto del tren opina: “Todo el artefacto crujía y cuando viajaba rápido ( lo cual sucedía rara vez) hacía tanto barullo que tenía la impresión de que estaba por estallar”.


Actualmente  son dos horas y media que ningún turista tanto argentino como extranjero, debería dejar de conocer esta maravilla de los rieles, con sus tres locomotoras alemanas Henschel y tres norteamericanas Baldwin, hoy movidas por la presión del vapor de agua calentada con fuego encendido con fuel oil, en lugar del antiguo sistema con leña. 


A su vez  mirar desde sus ventanillas, la calma  de  los pueblos chicos sureños  más  el hábitat de una riquísima trama de vida que se entrelaza  entre sí, entre sustancias del suelo, aire, polvo y lluvias, vientos, soles, nieve, hongos, arbustos, y árboles pintorescos, rocas y, por supuesto el hombre.


Convivir esa naturaleza constituye la experiencia formidable de reunirse con una de las vivencias más bellas del planeta. Permite tomar conciencia que el hombre es integrante de ella, al igual que el resto de las especies.


El Maitén es un ejemplar arbóreo característico de esa zona patagónica. Suele crecer en forma solitaria y mantiene todo el año sus hojas intensamente verdes, constituyéndose en el símbolo de la vida permanente entre los representantes de la cultura originaria mapuche.

 

Bibliografía:
Saavedra Néstor: “La Trochita ensancha el paisaje del Sur.” Art. del diario La Nación en su edición del 5 de diciembre de 1999.
Martínez Zuviría  Javier: Expreso Patagónico: con peso turístico y social. “La Trochita: Próxima estación”esperanza”. Art. del diario La Nación en su edición del 3 de octubre de 2004.

Maitén. Calle. Topografía:
Corre de E. a O. al S. de la calle Traful y al E. de la calle Nahuel Huapí, en el sector del barrio Alvear conocido por Acindar.
Se le impuso ese nombre por D. 19381 del año 1956.
Recuerda a El Maitén, localidad  unida a Esquel gracias a La Trochita, tren recuperado por la provincia de Chubut en 1994.