MADRID

Madrid es la capital, no ya de España , sino de las “Españas” –como se dice que sería una abstracción de Felipe II, levantada entre los rigores de la Sierra del Guadarrama y de la amarilla estepa manchega con un río insignificante – el Manzanares – que ha sido objeto de mil burlas.”

Es Madrid un todo que se entremezcla permanentemente, pero para visualizarla resulta útil dividirla según su historia.

Fue en sus orígenes una fortaleza mora: pues en el siglo IX cuando se levantaba el Alcázar sobre el área que hoy ocupa el Palacio Real “Magerit” era en realidad un castillo fronterizo, una avanzada de la Toledo musulmana levantada por el emir Mohamed I (852 – 886).

Después en 1085 Alfonso VI conquistó Magerit transformando el lugar en una villa (significa un vergel) de la que algunos dicen que aún hoy a Madrid le quedan resabios lugareños medioevales y para que la villa fuera Villa y Corte la llamó por antonomasia, “Madrid”.

Durante la Época de Oro, bajo el dominio de los Austrias (1561 – 1700) por voluntad de Felipe II, en cuyo imperio al ser tan vasto, no se ponía el Sol – No había huso horario que se atreviera – la convirtió en capital de la Península.

Edificios públicos de esa época son el monasterio de las Descalzas Reales fundada por doña Juana, hermana de Felipe II, - cuya fachada creó don Juan de Toledo, arquitecto de El Escorial, quien junto a Juan de Herrera construyó el Puente de Segovia. -
Gómez Mora, otro genio creador hizo el trazado de la Plaza mayor construida bajo el reinado de Felipe III, genuina plaza española donde antiguamente se celebraron corridas de toros, torneos y autos de fe.

Desde entonces se trazan calles espaciosas, que hasta Santa Teresa diría:”Me atraen las calles de Madrid por lo anchas y espaciosas”.

La modernidad avanza, pero en Madrid el pasado quedaría, como lo demuestra “la suntuosidad del barroco” que coincidiera con una etapa de construcción de la villa durante el reinado de Felipe IV, así la iglesia de San Isidro el Real, el Ministerio de Estado, las Casas Consistoriales, el Puente de Toledo, al igual que la fachada del Hospicio de la ciudad, tienen la característica del excesivo empleo de formas decorativas y otros elementos predominantes: techos de tejas,ventanas con rejas, balcones de hierro y cornisamientos donde las ínsulas eran de piedra tallada.

Luego entramos al Madrid de los Borbones, cuando a partir de las reformas que hiciera Carlos III (1759 – 1788) prevalece el magnífico esplendor con tallas del neoclacisismo como nos ofrecen las perspectivas madrileñas más bellas: el Retiro, la Fuente de las Cibeles y la Puerta de Alcalá, majestuosa con sus cinco puertas modeladas en Roma, - que según la leyenda la imaginó Miguel Angel para el Capitolio. -

Otro fundamental exponente de esa era francesa es el Triángulo de Oro de sus museos de renombre mundial: Museo El Prado, Centro Reina Sofía y el Thyssen – Bornemizza; como también el imponente Palacio Real, regia residencia que evoca desde un pasado remoto a un cercano ayer, las glorias de la monarquía borbónica.

Cronológicamente describiendo, de la Edad Contemporánea está el Barrio de Salamanca, con sus tiendas más lujosas en las calles Serrano y Ortega y Gasset y la Gran Vía que comenzara a construirse en 1910, cortándose con la Guerra Civil (1936 – 1939).

Por último está el Madrid de hoy con 17.000 lugares para comer y beber: restaurantes, bares, tabernas, tascas, cafés, chiringuitos, terrazas y hasta algunas chocolaterías sólo abiertas de noche y boliches “alter – hours” que abren a las 8 de la mañana para mantener su noche artificial hasta la hora del fútbol o los toros.

Se dice que “es una mentirosa sirena” por el hechizo con que atrae a las gentes. En efecto si cruzáis a una hora cualquiera, por sus calles y plazas siempre concurridas, podéis escuchar los acentos más diversos: todos los acentos de la Península. Pues es el corazón de España, al que afluye la sangre de toda la nación en el ir y venir constante de sus hijos.”
Y es donde se escucha el latir de los idiomas más incomprensibles del resto del mundo.

Bibliografía:
De Dios Horacio: “Madrid: A toda marcha” Revista Nueva. 1998.
Sbarra Mitre, Oscar: “Madrid, el sabor del tiempo” Diario Clarín. Buenos Aires, 28 de octubre de 1998.

Madrid. Cortada. Topografía:

Corre de N. a S. desde 00 hasta 100, a la altura deHumbert Primo 1800.

Carece de designación oficial..

Recuerda a la pujante ciudad capital de España.