Oriundo de Santa Fe, nació el 1° de noviembre de 1784. Hijo del alcalde de la ciudad y de su tercera esposa doña María López Pintado.
Después de adquirir una relativa instrucción se dedicó a tareas de cabotaje, donde evidenció una gran destreza en armado de embarcaciones y en una sumaca de su propiedad realizó viajes comerciales entre Santa Fe, La Bajada y Buenos Aires.
No llegó a alistarse en la expedición al Paraguay con Belgrano por razones familiares y comerciales.
Marcelino Freyre después de cursar sus estudios en el Gimnasio santafesino, se trasladó en 1836 a Buenos Aires para estudiar medicina.
Allí se vinculó con la familia de Cosme Maciel López Pintado, que estaba avecindada en una casa quinta en los aledaños de Buenos Aires, en Barracas al Sud, actual Partido de Avellaneda, provincia de Buenos Aires.
Cosme Maciel López Pintado, que tuvo destacada actuación en Santa Fe desde 1810 a 1825, tuvo el honor de izar en Rosario por primera vez la Bandera nacional creada por Belgrano el 27 de febrero de 1812.
En enero de 1812 ya se encontraba Maciel con su embarcación en la Capilla del Rosario y pronto prestó su colaboración al coronel de ingenieros Ángel Monasterio proveyendo la madera necesaria transportada en su sumaca desde las islas a la costa.
A la llegada de general Manuel Belgrano y del comandante Celedonio Escalada, fue recomendado tan eficazmente por Monasterio, como jefe del cuerpo de cívicos que se había formado, que Escalada lo nombraría su ayudante principal.
Al inaugurarse la “Batería Libertad” Belgrano lo distinguió como vecino destacado, otorgándole el honor de enarbolar la primera Bandera Argentina.
En 1812, según sus propias declaraciones al General. Nazar: “Me hallaba accidentalmente en la Villa del Rosario y entusiasta como todos los jóvenes de mi tiempo por la causa de la patria, ayudé al Gral. Belgrano a levantar la batería sobre la barranca, tras la actual iglesia.”
Que grata sorpresa tuve cuando el día de su inauguración, acabado de plantar el mástil, formada ya la tropa sobre la batería me dijo el coronel Belgrano: "Vea si está corriendo la cuerda t até bien la bandera para elevarla bien alta, como deben mantenerla siempre.
Fue para mí lo inesperado de tan grata sorpresa, que repitiéndose el hecho en todas partes, al verme pasar me apodaban en los fogones de los campamentos: “Ahí viene la bandera de Belgrano”.
En 1816, intervino como uno de los jefes de la insurrección encabezada por Mariano Vera contra Viamonte. Su acción dirigente lo caracterizaría como uno de los fundadores de la autonomía de Santa Fe.
En 1819, el gobernador Brigadier Estanislao López confió a Maciel una misión ante Artigas, que mantenía viva la resistencia de la provincia oriental contra Portugal.
Fue además secretario de López durante la campaña de este caudillo contra Dorrego y comisionado luego para tratar la paz en nombre del gobierno de Santa Fe.
Disidencias políticas produjeron más tarde -dice el historiador Azarola Gil- el rompimiento de Maciel con el Brigadier López.
Reducido a prisión bajo la inculpación de haber fomentado el asesinato del gobernante, procuró éste a Maciel los medios para alejarse de la provincia, a lo que se negó el acusado, siendo entonces remitido a Buenos Aires con la prevención que si regresaba a Santa Fe sería fusilado.
Ese destierro fue el término de su vida pública. La elección de Barracas al Sud para su destierro no fue casual.
Entonces se retiró a los campos familiares en el pago de Magdalena (provincia de Buenos Aires) en el pago Riachuelo, espacio donde pasa el arroyo que lleva su nombre, al igual que la isla situada en su desembocadura, isla Maciel.
Repito: Desde los primeros tiempos, en ese lugar habían vivido sus parientes (lejanos y no tantos) en el siglo XVIII por el cual derivaron los nombres (topónimos) de Arroyo Maciel y la célebre Isla Maciel.
En ese campo lo visitó Pastor Obligado junto A Marcelino Freyre (h), encontrándolo en la galería sentado en una banqueta más vieja que él sosteniendo apenas el bastón de su vejez.
En 1862, Pastor S. Obligado, aquel historiador que nos brindara su famosa obra Tradiciones, lo visitó al ya anciano don Cosme Maciel y volcó algunos de sus recuerdos en dicha obra, sobre todo los referidos al primer izamiento de la Bandera Nacional.
El historiadorAugusto Fernández Díaz ha refutado la afirmación formulada por Cosme Maciel.
Sostiene ser inaceptable lo accidental del motivo de su presencia en Rosario en circunstancia de izarse la Bandera nacional por primera vez, por el carácter que investía - era regidor del Cabildo de Santa Fe- y la razón alegada para explicar su intervención en esa ceremonia, tampoco es aceptable.
“Trabajaban entonces en ambas baterías, 234 soldados de las compañías de Voluntarios de la Patria y Urbanos, y de esta suerte la cooperación material de un regidor de Santa Fe, su misión era muy distinta, resulta ser un hecho ilógico: de todo punto de vista improbable...”