La cara trágica de la inmigración: El opaco esplendor del conventillo.
La política de atracción de población europea se inicia durante la presidencia de Mitre (1862-68), y fue sancionada por la Ley Avellaneda de Inmigración y Colonización en 1876.
En 1857, había comenzado la corriente migratoria con el ingreso de casi 5.000 inmigrantes.
La aceleración de las décadas siguientes implicó la llegada al país de 4.878.925 personas, entre 1861 (año de la batalla de Pavón, por la cual Buenos Aires, entró a formar parte de la Confederación).
El proceso se frenó por la Primera Guerra Mundial (1914-18), lo que se reflejó en las cifras de llegada.
Los planes de Colonización encontraron rápidamente problemas, porque luego de la entrega de tierras realizada en la primera etapa por los gobiernos de Santa Fe y Entre Ríos, con las compañías europeas de colonización, el torrente migratorio que en un principio le resultó fácil, halló cortado el acceso a la tierra, conservada en poder de las familias en poder de los propietarios latifundistas.
Como consecuencia, debieron establecerse en la ciudad en viviendas que albergarían a tantos nuevos inmigrantes.
El tipo de vivienda ocupado era de carácter colectivo “El conventillo”.
El conventillo paradigmático, por sus características y cantidad de in quilinos, se emplazaría en uno de los barrios más populosos, Refinería, y se lo conoció con el nombre “Los 400 cuartos”, aunque tuvieran en realidad 95 habitaciones (que no era poco), en la que se amontonaban 370 personas, obligadas a vivir con otras tres, cada una en un edificio, donde se contaba con una canilla, tres piletas, lo que significaba que las necesidades elementales se hacían en cuatro letrinas apestosas, detalle que lo calificaban como una de las peores condiciones sanitarias que ofrecía a sus habitantes.
Sus propietarios eran de apellidos ilustres de la ciudad, cuya fortuna se generaría con el ejercicio de este horrendo comercio.
Bibliografía:
Rafael Oscar Ielpi: De inmigrantes y conventillos. Conventillos. El aluvión inmigratorio. Fascículo de vida cotidiana. La Capital. Rosario 1930-1960.
Topografía:
Idéntica a la de la página anterior.