LISTA RAMÓN (1798 -1897)

Su existir fue una vida atrevida y novelesca para el costumbrismo de la segunda mitad del siglo XIX.


Los viajes de Musters, del chileno Cox y del perito Moreno, suscitaron en Ramón Lista, porteño nacido el 31 de agosto de 1798, “el ardiente deseo de visitar la Patagonia, esa tierra misteriosa de los gigantes y ciudades encantadas”.


Apenas cumplidos los veinte años, la Sociedad Científica Argentina le encomendó la misión de explorarla, desde las márgenes del río Negro hasta el estrecho de Magallanes.


Explica Raúl Larra: “Lista habría de recorrer miles de kilómetros, a pie, en mula, a caballo, en lancha, en barco, en invierno y en verano, en la costa inhóspita o en los montes cordilleranos.


En él convivían el explorador y el geógrafo. Investigó el suelo, el sistema hidrográfico austral, su fauna y su flora. Compartió muchas jornadas con los tehuelches a quienes estudió, amó y defendió”.


Su primer viaje lo realizó en 1877, más emprendería otros dos, al año siguiente con Carlos Moyano, destinados a indagar las fuentes del río Chico, finalmente localizadas al pie de la cordillera.


Emprendió su cuarto periplo entre febrero y abril de 1880, en las postrimerías de la presidencia de don Nicolás Avellaneda, con cuarenta hombres de escolta, el sabio Carlos Burmeister y cinco indios amigos.


Atravesó 2.500 Km. de zonas desconocidas, exploró parte del río Colorado, y doblando hacia el Sur hacia el río Negro se internó en el curso del Valcheta hasta el Chubut llegando por último a la colonia galesa de Rawson.


En 1887 otra vez rumbeó hacia el Sur y al descubrir Tierra del Fuego desde la cordillera hacia el océano, tal fue su impresión sobre la multiplicidad de paisajes, que describió maravillosamente “Viaje al país de los onas”, alentando el interés del gobierno nacional.


Ramón Lista no sólo sería funcionario destacado del Ministerio de Guerra y Marina, cargo de la compilación de planos y documentos, sino que antes del los 40 años, sería fundador del Instituto Geográfico Argentino y presidente de la Sociedad Geográfica.


Por entonces había recibido honores condecoraciones de Venezuela, doctorados honoris causa de Italia y Alemania, diploma de honor de la Academia de Ciencias de París, y del Instituto Geográfico Francés,   el que lo nombraría su Miembro Correspondiente.


Entretanto escribió “Viaje al país de los tehuelches”, “Exploraciones en la Patagonia austral (1879);”Mis exploraciones y descubrimientos en la Patagonia” (1885); “Plantas patagónicas” (1896) y otros muchos trabajos.


Aunque no sólo se dedicó a escribir sobre los helados vientos continuos, sino también  se acostumbraría  a vivir en dos mundos paralelos.


“En uno se había se había amancebado con una india tehuelche con quien se dejó pintar la cara de ocre y de blanco – colores de la fiesta y de la guerra – devoró el buche y los alones del avestruz de la estepa, participó en la caza del guanaco y del ñandú señoreando osadía en medio del polvo agreste del paisaje patagónico, siendo  feliz en un toldo junto a esa mujer que llevaba a la usanza tehuelche entre sus pechos el gran kaichel de plata” asevera María Rosa Lojo.


Mientras en el otro ambiente se había casado en la iglesia porteña de San Ignacio, con la finísima muchacha del piano, doña Agustina Andrade González – hija de Olegario Andrade – y con quien compartía en la quinta de Temperley, sábanas terminadas en encajes marfileños en una cama con baldaquino, la misma señorita que había deslumbrado al presidente Avellaneda, quien en 1878 había reunido sus versos en un volumen titulado “Lágrimas” y que en 1879 publicara “Flor de un día”.


El poema que diera nombre a su primera obra comienza con los versos:
¿Quieres saber, por qué ya de mi lira no brota alegre canto? Por qué ya no sonrío y mis pupilas se enturbian cada rato? Versos que obviamente trasuntaban el vuelo opaco de sus pensamientos y sus sentimientos estafados.


Agustina al enterarse de que Lista siendo segundo gobernador del Territorio Nacional de Santa Cruz, mantenía una familia paralela en la Patagonia con una indígena tehuelche, con la cual tenía una hija, dejó a sus hijas al cuidado de su madre y se mató con un tiro de revólver el 10 de febrero de 1891, siendo enterrada en el Cementerio de la Recoleta.


Por entonces, Lista viudo y desolado reconoció que había cometido la mayor ironía de su existencia y en medio de su desorden emocional, dejó a sus dos hijas a cargo de su abuela y decidió partir hacia el confín opuesto a sus investigaciones anteriores, hacia el Norte argentino, con la misión de probar la navegabilidad del río Pilcomayo, debiendo recorrerlo aguas abajo, desde la zona del Chaco boliviano hasta su desembocadura en el Paraguay.


El 20 de noviembre de 1897 partió desde Orán con destino a Yacuiba, desde donde pensaba llegar al Pilcomayo, con una considerable tropa.


Según las crónicas de la época la selva debió tragárselos, pues seis días después, uno de los ayudantes regresó con la noticia que Lista se había suicidado preso de una profunda depresión, aunque se presume que fue asesinado por su baqueano Alberto Marcoz.

 

Sus restos llegaron a Buenos Aires el 23 de febrero de 1898, donde se le tributaron los merecidos honores. En el cementerio de la Recoleta lo despidieron con emocionadas palabras.

 

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Bibliografía:
Larra Raúl: Nuestro Siglo 1880 – 1890. Edit. Crónica. Hyspamérica.
Ygobone Aquiles D: Paladines auténticos de la Patagonia. Buenos Aires 1950. Pág. 77 – 108.
Lojo María Rosa – Elissalde Roberto L: “Historias ocultas en la Recoleta”. Edit. Alfaguara. Año 2000.Pág. 233 y sig.

Lista Ramón. Calle. Topografía:
Corre de E. a O. desde 3300 hasta 3599 a la altura de Nahuel Huapi 4300, al norte de la calle Mosconi. Barrio Acindar.
Se le impuso ese nombre por D. 26773 del año 1961.
Recuerda al explorador del Sur argentino, Ramón Lista (1856 – 1897).