LENZONI MARCOS (1894 - 1924)

Tres nombres signan una etapa en la trayectoria de la poesía rosarina: Emilio Ortiz Grognet, Domingo Fontanarrosa y Marcos Lenzoni, que nacieron en 1879,1893 y 1894.


Expresa Guadalupe Palacio de Gómez: “Marcos Lenzoni posiblemente  fue el más completo  de los citados poetas que integran la trilogía. Dominaba además de su idioma, el francés, el italiano y el latín. Sabía enriquecer sus imágenes, con inusitada  brillantez en el verso y en la prosa. La espera de la novia, que se cruza con la llegada de la muerte, enciende su lirismo. También  le canta a la ciudad, pero lo hace con serenidad, profundizando en los detalles”.


Lenzoni carece de biografía extensa. Se sabe únicamente que nació en 1894, en un hogar muy humilde de Nelson, localidad santafesina, donde el padre trabajaba de herrero, y que siendo él todavía muy niño fue traído a la ciudad en que debía transcurrir su recogida adolescencia.


De dónde y cómo se manifestó su predisposición poética y los años de su educación nada se sabe en concreto, pero fue sin duda un adolescente dotado de una férrea voluntad y clara intuición, ya que la sobria contextura de sus poemas y las tareas de traductor que desempeñó en la empresa ferroviaria en que se ganaba la vida, son pruebas más que fehacientes para demostrar que pudo vencer las adversidades.


 Expresa el historiador Mikielievich: Su figura era esmirriada, casi lejana, encendida permanentemente en un extraño fulgor romántico.


En su rostro armónico había una actitud reconcentrada que sólo desaparecía ante el amigo confidente o en las rudas literarias que se armaban en el café de Paganini,- establecido en la esquina de Córdoba y Entre Ríos, en las primeras décadas del siglo XX – donde se reunían impenitentes bohemios, poetas de bravía melena y periodistas de exaltadas preocupaciones sociales.

Pulcro, vestido con su inconfundible traje gris, solía llegar en las primeras horas de la noche, a fin de escuchar la consabida composición “Campanella” que surgía de un piano mecánico algo desvencijado pero de excelente sonido, pese a su estado de abandono.


En esa saturada atmósfera de humo de cigarrillo, Lenzoni dejaba transcurrir las horas, en un suave y nostálgico recogimiento.


En ese escenario apareció un día, a mediados de 1915, donde las publicaciones literarias abundaban y morían implacablemente con la misma frecuencia.


Después de “Alas”, una interesante revista que dirigió Fontanarrosa junto a él, Lenzoni fundó “El Tintero”, cuya aparición tan efímera, sería estrepitosamente festejada en el café Madrid.


Entretanto ejercía accidentalmente el periodismo y en su diaria tarea de cronista adquirió la experiencia que le permitió escribir dos o tres obras de teatro que fueron puestas en escena. Más, su preocupación más vehemente sería la poesía.


Escribía sin embargo mesuradamente, aún en momentos en que creía llegado al estado de gracia y a una suerte de paladeo místico.


Muchas de sus composiciones aparecieron en revistas locales, sobre todo en “Nosotros”, publicación donde uno de sus directores, Alfredo Bianchi, rosarino apegado a las tradiciones de la ciudad, no podía permanecer indiferente ante la producción de un muchacho que luchaba contra un mundo que pugnaba por acallar su voz


“Nosotros” acogió las letras tanto de Lenzoni, como de otros tantos creadores y años después, al aparecer su único libro “Brotes dorados” en 1925, el codirector de la revista, Roberto F. Giusti lo honró con un elogioso prefacio.


Lenzoni dejó el texto casi terminado pero no tuvo la alegría de verlo impreso.
Vencido por una cruel dolencia, murió en plena juventud, a los treinta años, el 25 de abril de 1924, en el Sanatorio Santa María de nuestra ciudad.


La calle del poeta
Al honrar su memoria en 1939 la Municipalidad de Rosario adjudicándole su nombre a una calle rosarina, el escritor Fausto Hernández dijo:

“Rosario había tenido su poeta; y esto no lo sabían las gentes, que quizás se hayan sorprendido al enterarse que una calle de Rosario lleva ahora su nombre. Marcos Lenzoni adquirió derecho de ciudadanía en la vasta y azul patria de la poesía cuando expresó en sus sencillos versos la vorágine  de Rosario transformándola en cadencia y rima vaporosa”...

“Mi ciudad”

Oh, mi ciudad sonora, multánime y activa
oh, mi ciudad  inquieta!
Al verte esta mañana bajo la gloria viva
De este sol de verano, me he sentido poeta...
Y he echado a andar por éstas, tus calles empedradas,
algunas pintorescas, sonrientes y animadas,
algunas muy vulgares, monótonas y grises,
a descubrir bellezas que tendrás ignoradas,
a descubrir fealdades (también te han sido dadas)
y a oír lo que me dices!

 

Bibliografía:
“La calle Marcos Lenzoni”. Diario La Capital. 9 de julio 1939.

Lenzoni Marcos. Calle. Topografía:
Corre de S. a N. desde 900 hasta 1.299 a la altura de Génova 1300.
Se le impuso ese nombre por O. 22 del año 1939 a la calle 13, que fue derogada el 5 de mayo de ese mismo año. En realidad se le asignó el nombre a la calle 19.
Recuerda al poeta de nombre homónimo (1894 – 1924).