LAVALLEJA JUAN (1786-1852)

Decididos  a arrostrar con frente serena toda clase de peligros, se ha lanzado al campo de Marte, con la firme resolución de sacrificarse en aras de la patria o reconquistar su libertad, sus derechos, su tranquilidad y su gloria…


¡Compatriotas! Vuestros libertadores confían en vuestra cooperación a la honrosa empresa  que han principiado.


Colocado por voto unánime a la cabeza de estos héroes, yo tengo el honor de protestaros en su nombre y en el mío propio que vuestras aspiraciones sólo llevan por objeto la felicidad de nuestro país, adquirirle su libertad.


Constituir la provincia bajo el sistema representativo republicano, en conformidad  a las demás de la antigua unión.


Estrechar con ellas los dulces vínculos  que antes las ligaban. Preservarle de la horrible plaga  de la anarquía y fundar el imperio de la ley. ¡He aquí nuestros votos!...


¡Orientales! El mundo ha fijado sobre vosotros su atención!

Esa fue la proclama del general Lavalleja, durante el combate a la invasión portuguesa en tierra uruguaya. Con 400 hombres de caballería hostilizó desde los potreros de Casupá a las fuerzas imperiales del general Silveyra, sometiéndolas al asedio cuando este llegó a la Villa de Minas.


Su excesiva confianza y arrojo lo llevaron a caer prisionero de los portugueses.


En 1821 después de tres años de confinamiento aprovechando la oportunidad de la independencia del Brasil, regresó a su patria: Uruguay, entonces denominada “Provincia Cisplatina”.


Juan Antonio Lavalleja y de la Torre nació  en Minas, Virreinato del Río de la Plata el 24 de junio de 1784.


Era hijo de Manuel Esteban Pérez de la Valleja Gómez, un español originario de Huesca y estanciero acomodado y de Ramona Justina de la Torre Ábalos​, española también.​


Su hermano, Manuel Lavalleja (1797-1852), también fue militar, y fue uno de los Treinta y Tres Orientales que lo acompañaron en la epopeya independentista de 1825.

El levantamiento de su país respondiendo al alzamiento ocurrido el 25 de mayo de 1810 en Buenos Aires, tuvo en Lavalleja un decidido y entusiasta soldado desde su inicio, que peleó en la Batalla de Las Piedras en 1811, siendo promovido a capitán en 1814.

Acompañando a Artigas e inicialmente a las órdenes del lugarteniente de aquel Fructuoso Rivera en la lucha entablada contra los unitarios, se batió con Manuel Dorrego en los campos de Guayabos, el 10 de enero de 1815, siendo este último derrotado.​


En el mes de octubre de ese año, ingresó al Regimiento de Dragones de la Unión  con el grado de teniente coronel, por entonces comandado por  Fructuoso Rivera.


1825, año de la patria, año de Lavalleja.


Después que el gobierno bonaerense decidió reincorporar la Provincia oriental a las Provincias Unidas (que así se llamaba nuestra patria por entonces), Lavalleja debió reconocer como su jefe superior al general Martín Rodríguez.


Actuó temerariamente en la Batalla de Ituzaingó, desbordando coraje a pesar de nuevas discrepancias con el general Alvear.
En esa lucha sostuvo con vehemencia: “Para ganar una batalla no se necesita pasar frente al enemigo sino ir derecho a él, atropellarlo con denuedo y vencer o morir”.


Con esa técnica desbarató la Caballería Imperial, y su infantería emprendió la retirada.


“Los Treinta y tres Orientales” es el nombre con el que históricamente se conoce a los hombres liderados por Juan Antonio Lavalleja en 1825, quienes emprendieron una insurrección desde nuestra patria para recuperar la independencia de la Provincia Oriental (territorio que comprendía lo que hoy es Uruguay y parte del territorio brasileño de Río Grande del Sur, en aquel momento bajo el dominio del Imperio Portugués).

lavalleja.html

 

Bibliografía:
Beberína Juan: “El combate de Ituzaingó”, año 1927.

Lavalleja. Pasaje. Topografía:
Corre de Este a Oeste desde 500 hasta 599 a la altura de 1° de Mayo 4600, paralela a la Avenida Uriburu 500.
Carece de designación oficial.