Nos dice su biógrafo Pedro Isidro Caraffa: "La personalidad de este ilustre patriota permaneció olvidada y apenas conocida por muchos intelectuales y versados en historia de nuestro pasado y en la vida de sus hombres eminentes, considerándosele como único brillo, haber figurado entre los miembros vocales de la Junta Provisional Gubernativa del 25 de Mayo de 1810".
Con sus ingresos en la Aduana de Barcelona, Ramón Larrea pudo formar, mantener y educar a una descendencia numerosa. Procedente de Cataluña se estableció en Buenos Aires con su familia en 1803, atraído por los negocios halagüeños que le brindara la plaza.
Pese a los esfuerzos de algunos historiadores buscando la partida de bautismo en los registros parroquiales de Balaguer, en Lérida y en Mataró se dan como ciertas las afirmaciones del doctor Angel Justiniano Carranza: Juan Larrea y Espeso, el primogénito de nueve hijos, nació el 24 de junio de 1782,en Mataró, población del Principado de Cataluña.
Desde muy joven, estableció primero una barraca o depósito de azúcar,cascarilla,sal,aguardiente,cueros y otros productos importantes para la época, convirtiéndose después por sus conocimientos náuticos en armador de barcos y en ese carácter el Cabildo lo nombró capitán de una embarcación a armarse en la Colonia del Sacramento a fin de evitar el contrabando comercial.
Funcionario del Real Consulado, para 1807 participó activamente en la defensa de Buenos Aires incorporado al Cuerpo de Voluntarios de Cataluña, batallón que se hubo creado gracias a su peculio.
Desde 1808 integró una sociedad secreta ideada por don Nicolás Rodríguez Peña (comerciante acaudalado y militar), junto a Manuel Belgrano, Agustín José Donado, Hipólito Vieytes y Feliciano Chiclana entre otros.
Adherido al movimiento patriota, se vinculó abiertamente con los ejecutores principales y en particular con quien sería su gran amigo Mariano Moreno. Aunque no asistió al Cabildo Abierto del 22 de Mayo, se identificó siempre con la idea de formar un gobierno independiente de España.
Designado vocal de la Primera Junta, su voto fue decisivo en la ejecución de los sublevados en Cabeza de Tigre. Hecho criticado por sus opositores.
Al producirse el motín del 5 al 6 de abril de 1811, Larrea fue desterrado a San Luis, aunque regresaría enseguida cuando para octubre, sus amigos políticos lo llevaron de nuevo al poder.
Siendo miembro de la Asamblea General Constituyente del año XIII, el primer Director Supremo, Gervasio de Posadas, lo designó para desempeñar el ministerio de Guerra en diciembre de 1813.
Después de 1810, los patriotas comprendieron la necesidad de tener una escuadra para defenderse de los barcos realistas que burlaban el sitio de Montevideo, pudiendo bombardear Buenos Aires. Para fabricar los primeros bergantines, Gurruchaga tuvo no sólo que poner su capital sino también comenzar por crear astilleros y enseñar a algunos paisanos los secretos de la navegación.
En 1814, al partir Belgrano al Norte, la tarea de construir una escuadra recayó en Juan Larrea, quien tendría la feliz idea de crearla junto a Guillermo P. White, convocando a Brown, el primer almirante de nuestra Patria.
Larrea demostró ser modelo de honestidad como funcionario público y cuando erróneamente fue criticado por malversación del erario estatal optó por residir en Burdeos, Francia, abocándose a empresas de gran envergadura como fuera establecer vapores postales entre Buenos Aires y El Havre.
Al regresar a su país por razones personales en 1830, ya ejercía el poder despótico Rosas, quien enseguida lo obligó a renunciar al cargo de Cónsul general.
Con el ánimo abatido por el implacable seguimiento a través de largos años del régimen imperante e imposibilitado de recomponer sus finanzas, puso fin a su existencia, el 20 de junio de 1847.
Hay oscuridad también, sobre la forma en que se quitó la vida. Según Caraffa existen dos versiones del hecho. Para Carlos María Urien" se voló los sesos". En cambio según Serafín José Gonzalves "se degolló con su navaja de afeitar en la casa donde se hallaba escondido, escapando de las persecuciones rosistas".
La prensa de la época no dio ninguna significación a la desaparición del hombre que había consagrado su vida y su fortuna a la causa de la independencia argentina a quien "los argentinos somos deudores del verdadero valor de sus obras".
A tal punto fue la desidia y la persecución sufrida, que como en el momento del sepelio no se colocó una lápida, y por ende se desconoce el lugar donde se encuentran sus restos.
Bibliografía:
Udaondo Enrique: "Diccionario biográfico colonial argentino." Buenos Aires, junio de 1945.
García Costa, Víctor O: "Juan Larrea, entre el olvido y el misterio." Revista "Todo es Historia" N°384. Julio de 1999.
Larrea. Calle. Topografía:
Corre de N. a S. desde 100 Bis al 700 Bis; desde 400 al 3400, paralela a Juan José Paso 2300 y a la altura de Av. Eva Perón 5300; 27 de Febrero 5300.
Se le impuso ese nombre por D.22013 del año 1958, aunque siempre esa calle se denominó así desde su apertura, en el barrio Empalme Graneros.
Recuerda a Juan Larrea (1782 - 1847), sólido empresario e ilustre patriota argentino de quien la historia ignora sus beneméritos actos.
Larrea. Cortada. Topografía:
Corre de N. a S. desde 3900 al 4099, a la altura de Dr. Rivas 5300. Barrio Azcuénaga.
Se le impuso ese nombre por D. N° 24565 del año 1960.
Con anterioridad se denominó "3".