LAFERRÈRE GREGORIO de (1867 – 1915)

Bajo la carpa del circo, los Podestá inauguraron con temas gauchescos el ciclo de nuestro teatro y, rápidamente, trasladando al diálogo la primitiva pantomima ecuestre y adoptando otros temas para enriquecer el modesto repertorio de aldea, dilataron el “estrecho horizonte nacional” de sus representaciones.


Así surgieron en los comienzos del siglo XX, el drama poético de Martín Coronado y la comedia urbana de Laferrère.


Laferrère nunca antes de “Jettatore” había escrito una obra de teatro; ni se le conocían amistades en los corrillos del ambiente escénico. No era joven como para intentar audaces aventuras y tampoco frecuentaba los círculos selectos de la sociedad.


Los primeros en sorprenderse con los personajes de su obra serían sus compañeros del Congreso, pues ocupaba una banca como diputado de la Nación, cuando se estrenó “Jettatore”.


El éxito fue rotundo tanto por el público como la prensa, a tal punto que hasta el mundillo del teatro acabó por fastidiarse con la popularidad de un comediógrafo que no había hecho antesalas.


Nació en Buenos Aires el 8 de marzo de 1867, en una familia de sólida fortuna; su padre don Alfonso de Laferrère era un poderoso hacendado francés y su madre, Mercedes Pereda, criolla de pura raíz española.


Como alumno del Colegio Nacional no descolló, pues le encantaban las tertulias, la prensa, la política y el teatro.


Le interesó el periodismo y con su amigo Adolfo Mujica fundó “El fígaro” cuyo tiraje duraría cinco años.


En 1889 viajó a Europa, a fin de conocer el terruño paterno, y durante su estada al fallecer su padre se  encontró con una tremenda crisis económica.
De regreso comenzaría a militar en el Partido Autonomista y tal fue su auge de líder que sería electo intendente de Morón, después legislador provincial, y posteriormente diputado nacional en 1898 y por reelección sucesiva ocupó el estrado hasta 1908.


Su ideal político era el autonomismo porteño. Militaba, entre los que se llamaban “modernistas”, “vacunos” o “pellegrinistas”, embanderados en las corrientes históricas del partido nacional.


En esos menesteres andaba cuando se le dio por escribir comedias. La primera, “Jettatore” subió a las tablas por casualidad, cuando ya el autor la había archivado entre sus papeles, convencido de que se trataba de una humorada intrascendente, fue tan grande la aceptación, que a  esa obra estrenada en 1904, le siguieron “Locos de verano” (1905) ;”Bajo la garra”(1907), y “Las de barranco” en 1907.


Todas comedias que serían una pintura del Buenos Aires de entonces, observada con sutil ironía y expresada con musa espontánea y realista.


Los personajes de Laferrère son tipos definidos, lógicos con ellos mismos, dóciles par el diálogo, siempre ligados a la aristocracia o a la clase media, carentes de complejidad, repetidos a lo largo del repertorio bajo el disfraz de nombres distintos.


En realidad fue un eximio pintor de ambientes domésticos.


Falleció en 1913 habiéndose convertido en un coloso del foro, de los círculos académicos y de la escena porteña.

gregorio.html

 

Bibliografía:
Martínez Cuitiño Vicente: Elogio de Gregorio de Laferrère: el hombre, el comediógrafo.
En Cuadernos de Cultura teatral. Buenos Aires 1943.
Imbert Julio: “Gregorio de Laferrère”. Ediciones Culturales Argentinas. Buenos Aires, 1962.

Laferrère. Pasaje. Topografía:
Corre de N. a S. desde 4700 hasta 4899 a la altura de Grandoli 4800.
Se le impuso ese nombre por D. 4675 del año 1977.
Recuerda al consagrado Gregorio de Laferrère (1867 – 1915), escritor, político y comediógrafo argentino, uno de los iniciadores del teatro nacional. Algunas de sus obras: “Jettatore”, “Locos de verano”, “Las de Barranco” y otras.
 En 1893 fue elegido Diputado Provincial y en 1898 Diputado Nacional, banca que ocupó hasta 1908.