Cuando las fuerzas revolucionarias de Buenos Aires, a mediados de 1814, abatieron la resistencia realista d Montevideo, no pudieron, sin embargo, afianzar su dominio sobre la Banda Oriental del Uruguay.
En esa provincia, más que en ninguna otra había cundido la sublevación
federal de Artigas, a tal punto que fue necesario dejar librado al gobierno
local a los mismos uruguayos, como solución provisional de emergencia
para el logro de la paz interior.
Juan VI, rey portugués de Brasil, vio en la indomable rebeldía
de Artigas un peligro capaz de soliviantar a sus propios vasallos, y una excelente
oportunidad para intervenir en la Banda oriental – como lo hiciera otras
veces – alentando el propósito de extender sus dominios hasta el
límite natural del Río de la Plata.
Dispuso en 1816 que un ejército ocupara la Banda Oriental, que amenazaba
la paz de sus fronteras con el pretexto que era una medida preventiva para sofocar
la insurrección artiguista
.
El Directorio de las Provincias Unidas protestó, desde luego, por aquella
invasión. Pero no podía repelerla sin la adhesión de Artigas.,
porque sus posibilidades bélicas estaban exhaustas por haber atendido
la guerra de la independencia.
Las fuerzas lusitanas poderosas en número y material de guerra vencieron
a los bravos artiguistas. Sofocada la insurrección del caudillo, desapareció
el motivo aparente de la ocupación lusitana. Por el contrario, lejos
de desalojar la banda Oriental, el general Lecor conseguiría que sus
diputados, en julio de 1821, la anexaran al Brasil con el nombre de “Provincia
Cisplatina”separada de las demás Provincias Unidas del Río
de la Plata. - Así se llamaba nuestro país por aquel entonces.
En abril de 1825 Lavalleja con el apoyo argentino emprendió una expedición
de “los 33 orientales” encontrando amplio apoyo para desbaratar
tal anexión.; y el 25 de agosto entre un Congreso reunido en La Florida
sumado a la victoria de Sarandi, se reincorporó la Banda Oriental a las
Provincias Unidas del Río de la Plata.
El 10 de diciembre de ese año, el emperador del Brasil declaró
la guerra al gobierno argentino e hizo bloquear el Río de la Plata.
Nuestra organización naval era casi inexistente pero se contaba con la
valiosa reserva del Almirante Guillermo Brown, cuyo prestigio en las clases
marítimas sería el resorte eficaz de los aprestos para contrarrestar
una flota tan formidable, como la de Cartago a los romanos.
En julio de 1826 se compraron las siguientes naves: La fragata 25 de Mayo, los
bergantines Congreso Nacional, Independencia, la corbeta Chacabuco, y las goletas
Sarandí y Río de la Plata, más incluyendo las cañoneras,
sumaban diecisiete.
La escuadra brasileña fracasó en su intento de destruir nuestra
armada, fondeada frente a Buenos Aires (Combate de los Pozos).
El 9 de febrero de 1827 Brown logró un brillante triunfo en Juncal.
Bibliografía:
Burzio Humberto:"Campañas navales argentinas" en Historia argentina de Levillier. BVuenos aires.1968 Tomo Iv. Pág. 2692 y sig.
Coronel José Tomás Guido:"La primera biografía del Almirante rown.Revista Historia N°7. Enero -mayo 1957.Editores Latinos.Pág.25.
Juncal. Pasaje. Topografía:
corre de N. a S. desde 4600 hata 4799, a la altura de uriburu 1000.
Se le impuso ese nombre por D. 144 del año 1925.
Recuerda a la batalla marítima , en la cual el Amirante Brown obtuvo un contundente triunfo sobre la escuadra brasileña.