JENNER EDUARDO (1749 –1823)

Los términos "vacuna" y "vacunación" se derivan de "Variolae vaccinae" ('pústulas de la vaca'), el término ideado por Jenner para denotar la viruela bovina. Lo utilizó en 1798 en el título de su "Investigación sobre las Variolae vaccinae conocidas como la viruela de las vacas", en la que describió el efecto protector de la viruela bovina contra la viruela.


Cuando murió en 1823, Eduardo Jennner era una figura conocida internacionalmente.


Los gobiernos de Gran Bretaña y de la India le  habían concedido privilegios, en recompensa por sus trabajos. La Universidad de Oxford le había nombrado”Doctor honoris causa” y su nombre era también conocido en Europa, América y Asia. Sin embargo Jenner gran parte de su vida  vivió en el anonimato.


Nacido en el pueblo de Berkeley, condado de Gloucester, Inglaterra, el 17 de mayo de 1749.


Fue el octavo hijo de Sarah Head, esposa del vicario Stephen Jenner, antes de su nacimiento, el matrimonio había perdido dos hijos. Edward fue bautizado con el mismo nombre de uno de sus hermanos que falleció a los cinco años de edad, precisamente dos semanas antes de su nacimiento. Stephen Jenner era un hombre culto educado en Pembroke y Oxford. Después de realizar sus estudios eclesiásticos, fue el vicario de la iglesia parroquial de Berkeley desde 1792, el mismo año en el que contrajo nupcias con Sarah Head.


En la vicaría de Berkeley llevaba la modesta vida de un clérigo. Los ingresos que proporcionaba el servicio parroquial, junto con los procedentes de sus propiedades, permitieron al vicario ofrecer a sus hijos bienestar material, pero, sobre todo, darles una buena educación.
En ese ambiente cultural los dos hijos mayores, Stephen y Henry, siguieron los estudios eclesiásticos en Oxford.


Eduardo al cursar sus primeros estudios  en Woottonunder – Edge y en Cirencestar, demostraría ser el niño de gran interés por la geología y la ornitología. Evidenció ante sus maestros, espíritu curioso y dotes de observador de la naturaleza, que habían de serle muy útiles.


Jenner se decidió por la carrera  de la medicina,  comenzando como aprendiz  de un cirujano en Sodbury, cerca de Bristol.


Tres años más tarde se trasladó a Londres, donde su nuevo maestro sería el famoso cirujano del siglo XVIII, John Hunter, quien animó a Jenner a profundizar tanto en ciencias médicas como naturales, más la cuestión que perturbaba a Jenner era la manera de evitar las erupciones de la viruela.


En el condado de Gloucester existía una tradición, según la cual, las personas que habían sufrido de la viruela de origen animal – enfermedad leve y sin peligro – no contraían la viruela fatal. Abundaban y Jenner estudiaría los casos
Aunque músico y poeta y muy apreciado en sociedad, a Jenner no le gustaba la vida ciudadana, más le atraía el verde de la campiña.


En 1773, regresó a su terruño para practicar la medicina. Animado por su gran maestro volvió a las investigaciones sobre ambas viruelas, la leve y la mortal, comenzando en 1775 a documentarse sobre los casos que se producían.


Considerada por esa época un azote para miles de personas y las  epidemias periódicas  eran causa de muerte,  en el año 1796, el británico Jenner descubrió una forma de proteger a la gente contra esta enfermedad, lo que le llevó a desarrollar la primera vacuna contra la viruela.


 A posteriori, eran muy pocos  los casos de viruela leve, hasta que en 1796, reapareció   en una familia de aldeanos del lugar, el científico prontamente tomó una muestra en  la supuración de una llaga en la mano de una empleada de granja, que había sido contaminada por una vaca lechera de  su patrón y la inyectó en el brazo de un niño de buena salud, de 8 años, James Phipps – convirtiéndolo sin proponérselo,  en el primer inoculado del mundo -.


Al séptimo día, el muchacho día se quejó de comezón en las axilas y al noveno se encontró visiblemente mal, estado febril,  pérdida  del apetito y una ligera migraña, con gran preocupación de suyos y extraños. Más al día siguiente su cuerpo reaccionaría, con ningún efecto perceptible de enfermedad.


Dos meses después Jenner efectuaría el experimento crucial para determinar si por la inoculación el joven estaba libre de contagio y otra vez le   Inyectaría  viruela virulenta.


El científico corría un verdadero desafío a la vida, pues podría tener un final fatal, más no fue así logró  un verdadero éxito al no contraer “su conejito de Indias”  nunca más la enfermedad.


Rápidamente su descubrimiento corrió como reguero de pólvora convirtiéndolo en un hombre célebre en el mundo entero.


En Occidente, a Jenner a menudo se le llama "el padre de la inmunología", y se dice que su trabajo ha salvado "más vidas que cualquier otro hombre".


En la época de Jenner, la viruela mataba alrededor del 10% de la población mundial, con cifras tan altas como el 20% en pueblos y ciudades donde la infección se propagaba más fácilmente.6​ En 1821, fue nombrado médico del rey Jorge IV, y también fue nombrado alcalde de Berkeley y juez de paz. Fue miembro de la Royal Society.


En el campo de la zoología, fue uno de los primeros estudiosos modernos en describir el parasitismo de puesta del cuco (Aristóteles también notó este comportamiento en su Historia de los animales). En 2002, Jenner fue nombrado en la lista de los 100 Grandes Británicos de la BBC.


Los honores llovieron sobre él, pero con su desdén característico para la fama y la fortuna y como  hombre de bajo perfil, volvió a su humilde puesto de médico rural en Berkeley.

.Edward_Jenner.jpg

 

Bibliografía:
Universitas Enciclopedia Cultural Salvat Editores. Barcelona, 1969.

Jenner. Cortada. Topografía:
Corre de N. a S. entre la calle Mercante Y Bv. Rondeau.desde 100 hasta 799 a la altura de Sorrento 500; Triunvirato 500.
Carece de designación oficial.
Recuerda al médico inglés Eduardo Jenner (1749 – 1823) descubridor de la vacuna antivariólica.