Honduras es un país de América, ubicado en el extremo norte de América Central. Su nombre oficial es República de Honduras y su capital es el Distrito Central constituido conjuntamente por las ciudades de Tegucigalpa y Comayagüela.
Está limitada al norte y al este por el mar Caribe, limita al sureste con la República de Nicaragua, al sur con el Golfo de Fonseca y la República de El Salvador, y al oeste la República de Guatemala.
"El territorio de Honduras es muy accidentado, lo forman altas filas de montañas, elevadas planicies, valles profundos en los que se encuentran llanos extensos y fértiles cruzados por ríos más o menos caudalosos y algunos navegables".
Honduras es un estado unitario y se autodefine como libre, soberano e independiente, unitario e indivisible, y parte integrante de la gran nación Centroamericana.
Honduras se divide en 18 departamentos. La forma de gobierno es republicana, democrática y representativa. Se ejerce por tres poderes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial, complementarios e independientes y sin relaciones de subordinación.
Los hondureños se dedican en su mayor parte a las actividades agropecuarias, además del comercio, manufacturas, finanzas, y servicios públicos entre otras actividades.
El país es multiétnico, consta de cuatro grandes familias étnicas: los blancos o mestizos que son la mayoría, los pueblos indígenas (lencas, misquitos, tolupanes, chortis, pech, tawahkas), garífunas y criollos de habla inglesa.
En marzo de 1524, Gil González Dávila se convirtió en el primer español en arribar a Honduras con propósitos de conquista.
Fundó la villa de San Gil de Buena Vista y se internó en territorio hondureño pacificando a los indios, luchando contra los españoles que le disputaban el territorio, así como también; esperanzado en encontrar el desaguadero del lago de Nicaragua.
Luego Hernán Cortés, movido por los informes que había recibido sobre la gran riqueza del país, envió entonces dos expediciones; una por tierra y otra por mar. Encargó la primera a Pedro de Alvarado y la segunda a Cristóbal de Olid.
Pero este último, le traicionó. Por este motivo, Cortés, salió de México a la cabeza de una expedición que duró cerca de dos años y terminó, tras miles de peligros y privaciones, en Trujillo.
Cortés introdujo el ganado y fundó la villa de la Natividad de Nuestra Señora, cerca de Puerto Caballos.
Antes de su regreso a México (1526), nombró a Hernando de Saavedra, gobernador de Honduras y dejó instrucciones de darles buen trato a los indígenas.
El 26 de octubre 1526, Diego López de Salcedo, fue nombrado por el emperador como gobernador de Honduras, en substitución de Saavedra.
A la muerte de Salcedo (1530), los colonos se convirtieron en árbitros del poder. Ponían y sacaban gobernadores. Ante esta situación, los mismos colonos solicitaron a Pedro de Alvarado poner fin a la anarquía.
Con la llegada de Alvarado en 1536, el caos disminuyó, y Honduras quedó bajo autoridad.
En 1537, Francisco de Montejo fue nombrado gobernador. Al llegar a Honduras, anuló las reparticiones de tierras hechas por Alvarado. Su capitán, Alonso de Cáceres, fue el responsable de sofocar la revuelta india de 1537 y 1538, dirigido por el cacique Lempira.
La derrota de éste y la reducción de luchas rivales entre españoles contribuyó a la colonización y al aumento de la actividad económica en Honduras.
En 1539 Montejo y Alvarado tuvieron serios desacuerdos sobre la región lo cual, llamó la atención de la Consejo de Indias. Montejo se fue a Chiapas, y Alvarado se convirtió en gobernador de Honduras, quien con la aprobación del Rey, anexó Honduras a Guatemala".
Honduras se mantuvo como una provincia dentro de la Capitanía General de Guatemala hasta 1821.
La producción minera comenzó a declinar en 1560, y con ello la importancia de Honduras.
A comienzos de 1569, nuevos descubrimientos de plata revivieron brevemente la economía, lo que llevó a la fundación de Tegucigalpa, que pronto comenzó a rivalizar Comayagua como la ciudad más importante de la provincia.
El auge de la plata alcanzó su punto máximo en 1584, y la depresión económica regresó poco después.
Esfuerzos de minería en Honduras, se vieron obstaculizados por la falta de capital, mano de obra y las dificultades del terreno. El mercurio, vital para la producción de plata, era escaso, además de la negligencia de los funcionarios.
Uno de los grandes problemas para los gobernantes españoles de Honduras, fue la actividad de los ingleses en el norte de Honduras.
Estas actividades comenzaron en el siglo XVI y continuaron hasta siglo XIX. En los primeros años, piratas europeos atacaron de forma frecuente los poblados del Caribe hondureño.
A principios del siglo XVIII, la dinastía borbónica, vinculados a los gobernantes de Francia, sustituyeron a los Habsburgo en el trono de España.
La nueva dinastía, inició una serie de reformas en todo el imperio, diseñado para hacer la administración más eficiente y rentable, y para facilitar la defensa de las colonias.
Bajo los Borbones, el gobierno español hizo varios esfuerzos, para recuperar el control sobre la costa del Caribe.
En 1780, los españoles regresaron a Trujillo, que comenzó a desarrollarse como base de operaciones contra los asentamientos británicos hacia el este.
Durante la década de 1780, los españoles recuperaron el control sobre las Islas de la Bahía y sacaron a la mayoría de los británicos y sus aliados de la zona de Río Negro.
La Convención anglo-española de 1786, dictó el reconocimiento definitivo de la soberanía española sobre la costa del Caribe.
Por cerca de tres siglos Honduras fue parte de la Capitanía General de Guatemala, por lo que su independencia, giró alrededor de los acontecimientos pro-independentistas en las demás provincias.
En Honduras, los españoles recurrían a la perpetuidad en el poder con el propósito de ahogar la causa independentista.
Cuando México a través del Plan de Iguala declaró su independencia total de España el 24 de febrero, se aceleró la independencia de Centroamérica, la cual se consumó el 15 de septiembre de 1821 con una declaración, la cual fue redactada por José Cecilio del Valle.
En marzo de 1824, se reunió un congreso en Guatemala y se fundó la República Federal de Centroamérica, compuesta por Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica.
La nueva República tuvo una corta existencia, y después de varias guerras civiles, se disolvió la Unión el 26 de octubre de 1838, y los cinco estados de la República se erigieron en cinco estados independientes.
Se estableció una Constitución, según cuyos términos los tres estados tomaron el nombre de Estados Unidos de la América Central, el 1 de noviembre de 1898. El Salvador, los estados de Honduras y Nicaragua se retiraron de esa Unión reasumiendo su soberanía.
El capital extranjero, la vida en las plantaciones de banano, y los conservadores, fueron factores determinantes en la política de Honduras desde finales del siglo XIX hasta avanzado el siglo XX.