Nacido en Arrecifes. Cursó los estudios en el Colegio Nacional de Buenos Aires donde fue alumno de Amadeo Jacques.
Se inscribió en la Facultad de Derecho, pero terminó graduándose en la escuela de Medicina. Debió interrumpir sus estudios para alistarse en el ejército a las órdenes del general Bartolomé Mitre para combatir en la batalla de Cepeda y en la de Pavón.
Ya en el medio convulsivo que siguió a la caída de Rosas y precedió a la batalla de Pavón, hizo sus primeros ensayos literarios, completando después fragmentariamente su obra: su más alta producción poética perteneció a su primera juventud.
Fue "el poeta de la tristeza y de la piedad", y "en la monotonía que algunos le achacan, hay admirable unidad de inspiración".
A los 22 años se hizo conocer en las letras por haber escrito La fibra salvaje, al que le siguieron Lázaro, El libro de las lágrimas y El libro de los cantos.
Se destacó también en la lucha contra las epidemias de cólera (1867 y 1877) y de fiebre amarilla (1871). En este último año emprendió un viaje de perfeccionamiento a Europa becado por el gobierno. Se especializó en enfermedades de niños, considerándosele uno de los primeros especialistas en Argentina.
Quien sería autor de " Lázaro y la fibra salvaje", en forma abnegada recogía heridos en lo más recio del fuego exponiéndose a las epidemias.
La piedad y el amor fueron razones fundamentales de su obra, libre de ataduras doctrinarias, exenta de toda sensualidad epicúrea o profana, nutrida de cristiana esperanza y desligada de emociones efímeras.
Una vez condecorado por sus servicios en el frente de batalla partió a Europa a fin de especializarse en enfermedades no endémicas, sino pediátricas.
También cumpliría con su función médica en situaciones difíciles de muerte como fuera la lucha contra la fiebre amarilla en 1871 y del cólera en 1886-1887, donde la epidemia de la ciudad pasó a avances difíciles de controlar.
En su avance, el flagelo alcanzó a los indios de la Pampa, los cuales en sus correrías por la frontera, se echaban los ríos y lagunas para aplacar la sed devoradora que la enfermedad les producía.
A pesar de ello no dudó en esas circunstancias, practicar la asistencia pública a plurales civiles sin distinción de condición social, donde el terror, pánico o espanto imperaba sobre el temor al contagio, haciendo que amigos abandonaran amigos y hermanos a hermanos.
Gutiérrez padecía de una personalidad arrasante que no confesaba: su culto del coraje como sería sugerir de inmediato medidas higiénicas al gobierno de Buenos Aires y la creación del Hospital de Niños en 1875.
Primitivamente lo fundó en el barrio de Almagro, por aquellos años extramuros, en una casa humilde y alquilada, pasando al año siguiente a la calle Arenales en cuyo gabinete se usó el primer microscopio del país, importado por Sarmiento a pedido del Dr. Pirovano, quien lo acompañaría en el área quirúrgica.
En 1896 trasladó el hospital a su actual ubicación dándole un espectro faraónico al ocuparse Carlos Thays de la jardinería, importando de Europa el material quirúrgico, máquinas para el lavadero y el equipo de desinfección. Gutiérrez de este modo arremetió su quehacer durante 25 años.
El médico aprovechaba sus ratos libres para dar lugar a su espíritu de escritor, al igual que sus hermanos José María, Eduardo y Carlos, quienes serían familiarmente conocidos en periodismo por "los Gutiérrez", redactores de "La Nación Argentina", predecesor del actual diario" La Nación".
Fue también un delicado lector, con grandes y fieles amigos en la biblioteca hospitalaria.
Sus composiciones literarias como "El libro de las lágrimas", "El libro de los cantos", "El misionero" y "Cristo" denuncian su amor a Dios y a los hombres y por sobre todo la paz de su espíritu que hallaría durante sus sesenta años de vida.
Bibliografía:
Sapiens. Enciclopedia Ilustrada de la Lengua Castellana. Tomo II.
Editorial Sopena Argentina. Bs. As.1969.
Gutiérrez, Ricardo. Calle. Topografía
Corre de E. a O. desde 100 hasta 699, a la altura de Bv. Rondeau3600.Barrio Escalada.
Se le impuso ese nombre por D. 1655 del año 1936.
Recuerda al médico y poeta Ricardo Gutiérrez (1836-1896). Uno de los más eminentes que tuvo nuestro país. Aunó sus conocimientos médicos con su labor militar durante las batallas de Cepeda, Pavón y en la Guerra del Paraguay. Fue el fundador del Hospital de Niños de Buenos Aires, que dirigió durante veinticinco años y que actualmente lleva su nombre.
Con anterioridad se denominó calle Entre Ríos.