La mujer en la primera mitad del siglo XIX ocupaba un papel secundario, siempre detrás del hombre.
Juan Ignacio Gorriti expresó su pensamiento acerca de dicha situación, en el año 1827 (pág.66): “Conviene a su sexo que sepa hilar, coser, tejer, lavar, preparar el pan, aderezar la comida y disponer de algunos dulces. Así perderán las mujeres el gusto pe los paseos, bailes y otras disipaciones que se malgastan las rentas y se producen desórdenes domésticos”.
La sociedad era muy católica y la Iglesia defendía que el papel de la mujer era el de una esposa obediente y ama de casa al cuidado y servicio de su familia, y sólo el hombre se tenía que dedicar a las cosas importantes.
La reclusión paterna y materna tenía su continuación en la estricta protección del marido, para ocupar su lugar en el mundo como esposa y madre. Su principal objetivo de vida era rezar y procrear.
Diferencias notadas por muchos europeos, quienes atribuían esas desigualdades entre varones y mujeres de este país, a la reclusión en el hogar y a la domesticidad, propias del ambiente y heredadas de la tradición colonial.
El gran estadista sanjuanino en su viaje a Estados Unidos (1863) observó que existían grandes diferencias en la condición de las mujeres argentinas y las norteamericanas.
La desvalorización de la mujer tan brutal, se desvaneció prácticamente con Sarmiento, quien proyectó que la mujer debía estudiar y para ello importó entre los años 1869 y 1898, sesenta y una jóvenes “Las señoritas”, maestras norteamericanas experimentadas en el proceso enseñanza–aprendizaje.
Así se impusieron nuevas estructuras educativas en la según da mitad del siglo XIX, dando lugar a muchas jóvenes argentinas a realizar estudios secundarios y otras especializaciones.
De esta forma, Grierson Cecilia, pudo lograr convertirse en la primera médica de nuestro país.
Nacida en Buenos Aires, el 22 de noviembre de 1859, siendo hija de una familia de inmigrantes escoceses, la mayor de seis hermanos.
Pasó su infancia en los campos de su familia en Uruguay. De adolescente tuvo que ejercer de maestra primaria para ayudar a su familia; posteriormente logró el título habilitante de esa profesión.
Fue hija de una familia de inmigrantes escoceses,2 fue la mayor de seis hermanos. Pasó su infancia en los campos de su familia en Uruguay.
De adolescente tuvo que ejercer de maestra primaria para ayudar a su familia; posteriormente logró el título habilitante de esa profesión. Luego, la enfermedad y deceso de una amiga le despertaron la vocación de ser médica.
Consiguió recibirse y ejercer la profesión a pesar de ser mujer, un impedimento casi insalvable en ese entonces. Se desempeñó como obstetra y kinesióloga, especialidades en las que construyeron una extensa trayectoria y llegó a publicar libros específicos sobre el tema. No logró, en cambio, trabajar como cirujana, a pesar de ser la primera mujer que obtuvo el título habilitante.
Nunca abandonó su tarea docente. Creó escuelas y otros tipos de establecimientos educativos con actividades distintas a la medicina y fue pionera en el tratamiento de niños con discapacidades y otros problemas. Cuando se retiró de la actividad docente fue agasajada públicamente.
Además, luchó intensamente por el reconocimiento de los derechos de la mujer. Participó en congresos internacionales y elaboró un estudio sobre el Código Civil de su país natal vigente en el momento, gracias al cual se aprobó un importante cambio en la ley, que incluyó importantes derechos para la mujer casada.
Escribió numerosos libros y otras publicaciones sobre medicina, educación y temáticas diversas.
Vivió los últimos años de su vida en la localidad de Los Cocos en Córdoba, donde siguió haciendo beneficencia. Fundó la primera escuela del pueblo. Aun hoy se conserva su casa, “El Espinillo”.
Fue homenajeada y premiada tanto en vida como en forma póstuma, dando lugar a que muchas calles y escuelas argentinas lleven su nombre, una estampilla emitida por el gobierno argentino, como así también un retrato suyo que es parte del salón dedicado a las mujeres en la Casa Rosada de la República Argentina.
Bibliografía:
Lo expuesto en el texto.
Binda, María del Carmen; Silveira, Romina; Krämer, Cristian (2010). “Cecilia Grierson, la primera médica argentina”.
Topografía:
Grierson. Calle. Topografía.
Calle denominada provisoriamente como 1905 de orientación Este-Oeste, ubicada sobre el lado sur de la zona ferroviaria del F.C.G.B. Mitre, paralela a Av. Uriburu y que se extiende desde Av. de Circunvalación “25 de Mayo” hacia el Este.
Se le impuso ese nombre por O. 9.058 del año 2013.
Recuerda a Cecilia Grierson (1859-1934). Docente, médica y filántropa. La primera médica argentina (1889). Escribió numerosos libros y publicaciones sobre medicina, educación y temáticas diversas. En 1899 participó en Londres del "Congreso Internacional de Mujeres". Fue una incansable luchadora por los derechos de la mujer. Creó la primera escuela para Enfermeras de América Latina.