GOYENA PEDRO (1843 - 1892)

Entre 1883 y 1884 hubo debates de gran relevancia en el Congreso de la Nación, en concordancia con las leyes que se discutieron. Abundaron en argumentos a favor y en contra de la educación en materia religiosa.

Onésimo Leguizamón, Delfín Gallo y, por supuesto, el ministro Eduardo Wilde, campeones de la enseñanza laica, rompieron lanzas con los representantes católicos, entre quienes se destacó Pedro Goyena, dueño de una oratoria mesurada y contundente, pero cuyos razonamientos no prevalecieron, como se sabe, sobre el propósito de establecer una educación sin la presencia de elementos confesionales.

Decía: "La enseñanza no puede ser neutra, ese término es sólo un eufemismo: el verdadero calificativo del Estado que prescinda de la religión es la palabra ateo."

Goyena nacido en Buenos Aires en 1847, recibió en el seno de su hogar una profunda formación religiosa.

Desde muy joven ejerció la docencia, pues a los veintitrés años inauguró la enseñanza de la filosofía en el Colegio Nacional de Buenos Aires, sucediéndole cuatro años después el doctor Victorino de la Plaza, mientras él ejercía como profesor de esa cátedra y derecho romano en la Universidad.

No le había proclamado "maestro" únicamente el aplauso estudiantil sino le abrieron sus filas, el foro y la política donde desempeñaría múltiples acciones como escritor, crítico y   polemista.

Sostenía que "sólo un hombre con fe sobrenatural puede mantener viva la llama de la lucha política, sin que la misión lo canse o la tentación ( del dinero o el poder) lo obnubile"

Hubo dos Goyenas: Uno, el competente  docente y  otro el ético  político que en su paso por la vida del país no sólo ocupó las bancas parlamentarias, sino porque las jerarquizó pensando en el futuro, como lo demuestran sus iniciativas,  desde 1880 a 1886.

Fundó con Manuel Estrada y Achával Rodríguez en 1882, el diario "la Unión", colaborando en otras columnas como "El bachiller", "La Paz", "La Religión", "La República" y "La Nación Argentina".

Pasó sus últimos años investigando en la Biblioteca Nacional en procura de datos y compulsas para la gestación de biografías de Rawson, Alberdi, y otros hombres de la política,  porque su oposición al "unicato" lo mantuvo alejado de las sesiones legislativas.

El 9 de mayo de 1892 tuvo su primer acceso de neumonía de tal magnitud que en ocho días aniquiló su envidiable robustez

 

Como expresa Paul Grousssac. "Las nuevas generaciones argentinas que no han alcanzado a conocer la gloria declinante de  Goyena, difícilmente se formarán una idea cabal del prestigio que rodeaba su nombre, allá por los años 70 (1870) a raíz de sus artículos críticos en la Revista Argentina".

Agrega Ricardo Rojas:"Aquel orador grandilocuente, aquel creador de la crítica argentina y uno de los que contribuyeron a civilizar la prosa, murió tan pobre que los gastos del entierro fueron costeados por el erario público".

 

 

Bibliografía:

Cutolo Vicente Osvaldo: "Nuevo Diccionario Biográfico" (1750 - 1930.) Editorial Elche. Buenos Aires.1968.

Yaben Jacinto: "Biografías Argentinas y Sudamericanas" Edit. Metrópolis. Buenos Aires 1938 - 1940.

 

Goyena Pedro. Calle. Topografía:

Corre de E. a O. desde 700 hasta 1199 a la altura de Bv. Rondeau 4100.

Carece de designación oficial.

Recuerda al crítico pero sereno legislador argentino, Pedro Goyena (1843 - 1892.)