FLORENCIA
Cuna del
Renacimiento la capital de Toscana es un muestrario de los más grandes
artistas de la era Moderna. Una ciudad visitada cada año por unos ocho
millones de turistas .Es imponderable la belleza de sus calles y museos. Y el
enigma de sus contrastes.
Se trata
de una ciudad de medio millón de habitantes que recibe millones de turistas
al año y es la segunda más visitada de Italia después,
de la eterna Roma. Tiene calles angostas que suben y bajan, se cortan y se pierden
a lo lejos. El río Arno atraviesa el centro.
No es preciso
que la mente se esfuerce en recordar lo que d de la juventud aprendió
en la somnolencia de la juventud, porque los sentidos reciben la impresión
directa y viva del pasado glorioso y magnífico , un pasado que narran
eternamente el mármol, la piedra y el bronce de los museos, iglesias
y palacios diseminados por toda Florencia y lo más indiscutible es que
cada calle, cada plaza, cada edificio nos muestra el esplendor de la burguesía
de los siglos XIV, XV y XVI.
Por entonces
la sociedad y la economía se habían liberado de los brazos protectores
de la Iglesia y la vista estaba puesta en la realidad concreta. Fue así
que el mundo sensible comenzó a reflejarse en las creaciones.
A Florencia
le tocó un papel fundamental en el resurgimiento de las artes porque
reunió en el momento y el lugar exacto entre los siglos XV y XVI a la
selección mayor de artistas de todos los tiempos: un equipo imbatible
integrado por Masaccio, Fra Angélico, Botticelli, De la Francesca, Donatello,
Ghiberti, Bruneslleschi,Leonardo, Miguel Angel, Rafael, Cellini, Gianbologna
y otros grandes, dignos de perpetuarse en el almanaque de la Historia.
La plaza
del Duomo que rodea a la majestuosa catedral cuyo verdadero nombre es el de
Santa María del Fiore, puede ser el punto de partida por la Florencia
del Renacimiento, obra de Arnolfo de Cambio, quien inició su construcción
en 1296, dirigiéndole hasta su muerte en el 1300.Bruneleschi construyó
su grandiosa cúpula, milagro del genio calculador de su autor.
Del siglo
XIV es la inacabada iglesia de San Lorenzo, elegida por los Médicis para
guardar sus restos mortales.
Otro edificio
notable es el denominado Barguelo o Palacio del Podestá construído
también por Arnolfo de Cambio en 1255, convertido actualmente en Museo
Nacional, guarda y custodia de la más admirable obras de Miguel Angel,
Donatello, el Verocchio y algún otro mago del arte de aquellos tiempos.
Magnífico
museo es también es la famosa galería Digli Uffizi, que guarda
cuadros de Leonardo da Vinci, Botticelli, Tiziano, El Tintoreto, Van Dyck, Rubens,
Durero y muchos otros consagrados.
Y en el
camino de descubrir es majestuosidad del pasado se encuentra ubicado en la orilla
opuesta del Arno el Palazzo Pitti, fortaleza de la pintura italiana, cuyo interior
adornado con profusión y gusto exquisito salvaguarda*las creaciones de
los artistas más famosos de las escuelas pictóricas de los siglos
XVI, XVII y XVIII.
En síntesis
Florencia es un cofre de bellísimas sorpresas y únicas.
Bibliografía:
Dubrovsky Rubén en el artículo del diario Clarín, 14 de
noviembre de 1999.
Vitale Silvia. “Florencia antigua pero bella”. Art. de La Nación
del 7 de marzo de 1999.
Florencia.
Cortada . Topografía:
Corre de N. a S. desde 4400 hasta 4799, a la altura de Av. Uriburu 1400.
Carece de designación oficial.
Recuerda a la ciudad italiana de la Toscana, consagrado muestrario de las obras
de los más grandes artistas del Renacimiento.