Las perturbaciones del orden social y las protestas que venían insinuando los obreros desde años atrás, tomaron caracteres graves en el período administrativo del doctor Figueroa Alcorta.
El 28 de febrero de 1908, el presidente de la República salvó milagrosamente su vida, cuando un joven de 21 años desde un carruaje le disparó un bulto, más en forma inmediata logró penetrar a su domicilio.
La custodia policial detuvo al agresor, llamado Francisco Solan Rejir, comprobando que el bulto arrojado a Figueroa Alcorta contenía una bomba explosiva de gran poder, que por una circunstancia providencial no llegó a estallar.
El coronel Ramón Lorenzo Falcón nacido en Buenos Aires el 30 de agosto de 1855, fue el primer cadete del Colegio Militar, al que ingresó en 1870, durante la presidencia de Sarmiento.
Egresado en 1873 con honores combatió en la Campaña del Desierto. En 1906 recibió el nombramiento de jefe de policía de la Capital Federal. En ese cargo creó la Escuela de policía (que llevó su nombre hasta el año 2011).
En 1907 fue el encargado de desalojar a las familias obreras que protestaban por el aumento desmedido del alquiler. Lo hizo con la ayuda del cuerpo de bomberos que redujo el conato de protesta, arrojando agua helada contra mujeres primero y después con todos los ocupantes de las viviendas.
El 1° de mayo Ramón Falcón otra vez ordenó reprimir las manifestaciones convocadas por los anarquistas de la FORA y en esa semana Roja se clausuraron los sindicatos y los diarios La Vanguardia (anarquista) y La Protesta (socialista).
Finalmente un Comité de Huelga consiguió la libertad de los detenidos políticos, pero no consiguió la renuncia a su cargo del jefe de policía.
El 14 de noviembre de1909, mientras Ramón Falcón regresaba del funeral de otro policía acompañado de su secretario Lartigau, en la esquina de Quintana y Callao, Simón Radowitzky, joven anarquista, recién llegado de Rusia, solitariamente arrojó una bomba de fabricación casera contra el carruaje en que viajaba Falcón, quien murió pocas horas más tarde.
Rodolfo Moreno sobre el episodio de la muerte del Coronel dejó escrita una carta dirigida a don Enrique B. Moreno, desde La Plata, el 15 de noviembre del año mencionado:
"Te escribo bajo la impresión del asesinato de Falcón, a quien siento de veras, pues era un excelente caballero y un buen amigo me extrañó el atentado - no por el suceso en sí, sino por la persona contra la cual se ha dirigido.
Aquí se hubiera esperado más bien contra el Presidente, pues ya hace tiempo que se habla de asesinato, secuestro o golpe de estado. ¿Quién lo hará?
No se sabe, pero el hecho es que la noticia que circula es que habrá serios trastornos para cuando se designe el Vice. Para mí - esta muerte del coronel, es el resultado de muchos factores y por desgracia muchos de ellos lógicos provocadores de estos resultados."
Considero que por sus expresiones el autor del texto anterior, sería partidario de la represión.
En cuanto a Rosario, el movimiento sindical continuaba desarrollándose mientras la ciudad crecía económicamente, y tanto socialistas como anarquistas se disputaban la dirección del movimiento obrero. Estas rivalidades malograron muchas conquistas que, se podrían haber efectivizado en bien de nuestras clases trabajadoras.
En 1907 se produjeron nueve huelgas, que contaron con el apoyo de más de diez mil obreros.
Una de ellas fue la de los inquilinos, que si bien tuvo su origen en la Capital Federal, alcanzó aquí características particulares que no figuran en las historias conocidas sobre el movimiento obrero argentino.
Para el Centenario el papel de los anarquistas tuvo un papel primario, al producirse el año anterior el asesinato del coronel Falcón, en Buenos Aires.
A este hecho sucederían enfrentamientos, represión y discriminación hacia los inmigrantes que culminaría con la ley de Residencia. Hacia 1927 comenzarían en nuestra ciudad las primeras asociaciones obreras y sindicatos.