Esteco
En medio del ámbito de las tribus independientes, dueños las nuevas tierras, irrumpieron a comienzos del siglo XVI conquistadores y pobladores hispánicos, pues América aparecía ante los codiciosos ojos europeos como una fabulosa tierra pletórica de riquezas.
Tres fueron las corrientes colonizadoras de nuestro actual territorio, la del este que ingresó por el Río de la Plata; la del oste proveniente de Chile y la corriente del norte que se desplazó desde el Alto Perú.
En cada una de ellas venían hombres con el firme propósito de fundar poblados, haciéndolo por ansias de dominación de tierras o por amor al poder, suscitándose verdaderas luchas entre ellos
La gobernación del Tucumán que abarcaba un vasto territorio fue puesta en manos de Francisco de Aguirre, quien era un verdadero visionario al querer unir distancias erigiendo fundaciones intermedias desde Copiapó a Buenos Aires, pasando por Salta, Santiago del Estero, Tucumán y Córdoba.
Aguirre en marzo de 1566, partió de Santiago del Estero y llegando al pueblo de Nicolás Díaz, a causa de un motín fue arrestado por orden de Ramírez de Quiñones, autoridad máxima de la Audiencia de Charcas, trasladándoselo a La Plata engrillado.
En ese trayecto hacia Charcas unos soldados sediciosos que llevaban a Aguirre, fundaron después de salir de Santiago del Estero en 1566 una población que llamaron Esteco.
Facundo Sinatra Soukoyan informa en PAGINA 12 en su edición de abril 2022:
“La historia de Nuestra Señora de Talavera de Madrid, conocida popularmente como Esteco, encierra una gran cantidad de mitos, leyendas y hallazgos alrededor de su existencia en sudeste salteño.
La historia de Esteco se remonta largo tiempo atrás, específicamente a 1566, cuando a raíz de un motín contra el gobernador de Tucumán, Francisco de Aguirre, un grupo de personas sublevadas fundó una nueva villa a la que llamarán Cáseres, a kilómetros de Santiago del Estero, lugar donde residían.
Una particularidad que genera interrogantes fue la razón de su nombre popular, Esteco, ya que formalmente tenía otro muy distinto. La antropóloga, a raíz de las indagaciones, lo interpreta de esta manera: “En los documentos dice que la ciudad se erige en tierra de los indios estecos y durante mucho tiempo se habló de esa etnia, pero nadie pudo dar con ninguna documentación o referencia de quienes eran.
La villa comenzó a prosperar y muchos de los vecinos de Santiago se retiraron hacia este nuevo poblado.
La situación de sublevación exitosa y en franco crecimiento, planteó una encrucijada para la Corona, teniendo que oficializar rápidamente la naciente ciudad.
Sería al año siguiente cuando el nuevo sitio obtuvo su título oficial, bautizándolo con el nombre de “Nuestra Señora de Talavera.”
“Esa ciudad estuvo apenas 40 años en su primer asiento, luego se refundó uniéndola con otros poblados como la Villa de Madrid. Ahí surgió el segundo Esteco que sería “Nuestra Señora de Talavera de Madrid”.
La antropóloga Julia Simioli reconstruye la existencia de este sitio envuelto en un sin fin de historias mitológicas.
Según ella, expresa: “Encontramos un documento que fue de los hallazgos más increíbles, se llama Interrogatorio para las Indias Occidentales, que es como si fuese un censo de la ciudad, un documento que se mandó a hacer a todas las ciudades de la Gobernación de Tucumán en el año 1604”.
El terremoto que destruyó a Esteco fue en 1692, generando su colapso final y dando origen a la Fiesta del Milagro.
Ubicado en el sudeste de la provincia de Salta, nació como un desprendimiento de pobladores en rebeldía contra la Gobernación del Tucumán, llamado así en ese entonces, que poseía la influencia política sobre la zona.
En su derrotero tuvo dos locaciones y a partir de la cual se tejen elucubraciones de todo tipo, mito que comenzó a ensancharse a raíz del sismo que en 1692 provocó su colapso y “desaparición”.
Recién pocas décadas atrás, y gracias al trabajo del ya fallecido docente y antropólogo Alfredo Tomasini, se pudo comenzar a trabajar en la zona buscando datos que aporten veracidad histórica a los interrogantes que planteaba aquella ciudad de la que muchos sabían y pocos se atrevían a hablar.
En aquel pionero equipo, se sumó la antropóloga oriunda de La Plata, Julia Simioli, quien comenzó a trabajar en Esteco desde 2003.
Desde allí hasta 2015, visitó la provincia en gran cantidad de ocasiones, siempre junto al maestro Tomasini, quien tenía el aval para trabajar arqueológicamente en la zona.
Con el análisis de este valioso documento, lograron dilucidar conjeturas, muchas veces erradas, que se venían replicando durante cientos de años. “Si bien el censo muestra una ciudad española, cuando analizás los testimonios hay una gran cantidad que se dicen montañés, algo que en el mismo documento explican: ‘decimos montañés porque decir mestizo está mal visto’.
Estos ya son hijos de madres americanas, originarias. Por otro lado, si bien hay poca información respecto de los originarios, aparecen los indios llevados en encomienda.
En el censo también figura alguien que dice que 'trajinaba cosas', estas eran personas dedicadas al traslado de negros de África a América. Entonces en Esteco también había negros africanos en condición de esclavitud. Como si fuera poco, había italianos y muchos portugueses, lo cual hacía de este sitio, una ciudad española solo nominalmente”.
Simioli comenzó a derribar otro de los tantos mitos existentes a partir de las informaciones recabadas: “Esteco para sus últimos años se fue despoblando, porque la zona era complicada para la vida, había muchos malones, revueltas, incluso antes de su final tuvieron que fortificarla, convirtiéndose en un fuerte de hecho. En ella solo quedaban un par de soldados sosteniendo la frontera, lo mantienen como un lugar estratégico. Por eso las leyendas de la opulencia de la ciudad, no se condicen con la realidad que vivían en ese momento”.
Leyendas de la ciudad maldita
La antropóloga recuerda con claridad que las primeras veces que concurrieron al sitio, se sorprendieron por la cantidad de historias que había alrededor, muchas construidas sobre relatos de otros relatos, destacándose el mito del terremoto que destruyó la segunda y última Esteco.
“La estructura del mito sobre la ciudad sería el siguiente: era una ciudad rica, la gente dejaba tirada monedas de oro en la calle. Vivían en la opulencia, en la ostentación, se habían alejado de Dios, entonces la ira divina decide castigarlos.
Antes, les manda un enviado para que vea el estado de situación y avise a quien corresponda. Para muchos el enviado es San Francisco Solano, que estuvo por la zona peregrinando.
Entonces la mujer más pobre de la ciudad sacrifica el único animal que tenía y le da de comer a este señor que, disfrazado de mendigo, se le revela y le dice que la ciudad se va a destruir, que él va a guiarla de noche. La mujer lo sigue al mendigo con su hijo a cuestas, a la noche escuchan un estruendo, se da vuelta a ver y automáticamente se convierte en una estatua de sal”.
“Todos los que pasamos por Esteco coincidimos en que resultó una experiencia única y maravillosa, un saldo siempre positivo cada campaña", sostiene la antropóloga con gran sentimiento por “los Esteco”, como ella misma nombra a las ciudades.
Según los investigadores, Esteco que tiene absolutamente de todo por hacer porque es inagotable, se cree que ni tres generaciones van a llegar a cubrir una parte de lo que es un sitio como ese, cuando fueron ciudades.
Sin embargo, hay pocos sitios que permiten la articulación entre documentos y objetos, y parece que Esteco tiene documentos y objetos que son justamente el lugar de confluencia de esto y que no se da en otros espacios”.
El maestro Alfredo Tomasini fue el primer arqueólogo que trabajó intensivamente en el lugar, tarea que con su desaparición física, quedó trunca.
En este sentido, Simioli comenta comentó que están tramitando los permisos necesarios para continuar el camino que con gran compromiso y pasión llevaron adelante durante años.
Una narración que Simioli reconstruye y resulta un calco de la alegoría bíblica que responde a la historia de la destrucción de Sodoma y Gomorra.
Bibliografía:
Chaunu Pierre: conquista y explotación de los nuevos mundos; siglo XVI. Traducción de María Ibáñez. Barcelona 1973.
Esteco. Cortada. Topografía:
Corre de N. a S. desde 700 hasta 799 a la altura de Avenida Sorrento al 1300.
Se le impuso ese nombre por D 22012 del año 1958.
Recuerda la población salteña, en el departamento de Metán, Salta, que fuera fundada en 1566 por Diego Pacheco cuando Francisco de Aguirre era conducido ante la Audiencia de Charcas para ser juzgado.