El Estado de Israel es uno de los más antiguos de la Tierra, pero también uno de los más jóvenes. Nació por vez primera hace tres mil años, cuando el pueblo hebreo guiado por Moisés y luego por Josué, llegó a la bíblica Tierra Prometida.
Ese reino duró trece siglos y después fue destruido. El pueblo hebreo desde entonces ha vivido disperso en todos los países del mundo, inteligentes unos y perseverantes otros lograron alcanzar posiciones de relieve en todos los continentes. No tenían los hebreos un estado nacional porque Palestina permaneció ocupada primero por los cristianos y, después, durante centurias por los musulmanes, hasta que en 1948, resurgió a la faz de la Tierra como un verdadero Estado en el concierto de los países libres y soberanos.
Después de finalizada la Segunda Guerra Mundial, el motivo de tensión fue la aspiración, con el patrocinio de la O.N.U, de crear el Estado de Israel enclavado en el corazón del mundo árabe y la negativa del mismo a reconocerlo oficialmente.
Una primera guerra se iniciaría, después de la decisión de Naciones Unidas de dividir Palestina, administrada por Gran Bretaña, en dos estados: uno hebreo y otro palestino, hasta que en 1949 el fin del armisticio, daría por tierra la diáspora de tantas centurias.
Buscar las razones del triunfo humano, constituye una tarea difícil de cumplir en plenitud, más podemos definir tres condiciones bien marcadas del pueblo judío: "Absoluta claridad de objetivos, férrea tenacidad y notable espíritu de sacrificio sumado al respeto por las tradiciones y culturas propias y ajenas".
El historiador Haim Avni, según su criterio caracteriza así a la comunidad judía en Argentina luego de la creación del Estado de Israel:"Hay una paradoja porque el momento de la creación del Estado de Israel coincide con el mayor auge de la comunidad local, producido en parte por el nacionalismo económico y el desarrollo industrial que hizo que muchos judíos se convirtieran en pequeños industriales. Entonces la idea de abandonar Argentina para ir a Israel cuando en ese mismo momento se estaba dando la absorción de los sobrevivientes del holocausto y de los judíos provenientes de países árabe no resultaba muy atractiva. En ese contexto sólo prevaleció el componente ideológico. Teóricamente en una comunidad tan sionista, se aceptó la aliá ( el irse a vivir a Israel) como un mandato hacia la tierra prometida".
Ese mismo escritor se refiere a la inmigración judía en el país, con estas palabras: "Argentina ha sido un país agropecuario, podríamos decir desde siempre, y la comunidad judía que se instaló aquí lo hizo basándose en una obra colonizadora agrícola. En Argentina la colonización organizada antecedió a la realidad urbana. Es más la misma empresa colonizadora - la Jewish Colonization Association – ayudaba a la formación y al mantenimiento de las principales instituciones en el país. La empresa del barón Mauricio de Hirsch constituyó una ayuda extraordinaria y única en su género en el mundo entero.
Era una institución fortísima que puso los cimientos y fomentó una política inmigratoria que no existía antes.
Hoy a medio siglo de aquella emblemática victoria del hombre, y a 12 años de lo que dijera Luis A. Echeverry en su artículo "Triunfo humano más pleno" de diciembre de 1994 repito: "De todas maneras, es posible que, más allá de los avatares que signen los diversos criterios imperantes en la sociedad y los escozores que provoquen las acciones terroristas de los musulmanes fundamentalistas que se niegan a aceptar la existencia del Estado, una paz eficaz y duradera no constituye algo inalcanzable".
Bibliografía:
Haim Avni: "Argentina y las migraciones judías, de la inquisición al Holocausto y después". Reedición en 2005 y presentación en la Feria del libro en Buenos Aires y Rosario.
Drzazga Alejandro, Glück Mario. "En Argentina se estableció una vida judía intensa."Art. del diario La Capital, 26 de junio de 2005.
Estado de Israel. Calle. Topografía:
Corre de E. a O. desde 300 – 40; 1000 – 3100 a la altura de Ayacucho 4700; Av. San Martín 4700.
Se le impuso ese nombre por O. 597 del 30 de noviembre de 1949.
Recuerda la creación del Estado de Israel, como uno de los mayores logros del hombre del siglo XX.
Judíos en Rosario
Nos dice Alberto Kleim, “cinco siglos de historia argentina. Crónica de la vida judía y su circunstancia”, Buenos Aires 1980. Las referencias sobre los primeros pobladores judíos en Rosario, son extremadamente vagas, pero podemos suponer que a fines del siglo XIX, llegaron algunas personas de origen judío representando a empresas europeas que organizaron el sistema de comercialización y exportación de la producción agrícola del país. En primer silo de acopio de granos de Rosario fue construido por la firma LOUIS DREYFUS y CIA. Que tuvo empleados judíos entre su personal jerárquico.
Los primeros grupos de judíos que se formaron en Rosario, se reunían para decir las oraciones religiosas diarias.
Según la tradición, este grupo debió estar constituido por diez personas mayores, como mínimo. De la fusión de los grupos surgió la primera organización comunitaria en Rosario, fundada el 6 de septiembre de 1903, bajo el nombre de “Congregación Israelita” que es la actual Asociación Israelita de Beneficencia.
Como casi todos los inmigrantes, los judíos sólo contaban con sus brazos de progresar.
En el año 1909, el Rabino Samuel Halfon, de BSAS realizó un viaje por el interior del país para informarse de las condiciones de vida de sus correligionarios que habitaban en las diversas comunidades.
Según aquella investigación, en Rosario vivían 3059 personas de la colectividad que mantenían dos organizaciones comunitarias, Sinagogas, un Cementerio, una Asociaciòn de Ayuda y una Organización Obrera.
ESCUELA J. N. BIALIK
Desde los comienzos de la vida comunitaria en Rosario, la escuela ocupó un lugar fundamental de su desarrollo.
Ese lugar donde las jóvenes generaciones fueron recibiendo la herencia tradicional, histórica y cultural del pueblo judío.
Continuadora del milenario legado, la escuela lleva el nombre de un poeta, J.Jaim Najman Bialik, que fue uno de los forjadores del renacimiento del idioma hebreo.