Expresa González Arrili en su Historia Argentina: “Nació en Buenos Aires en 1873; falleció en la misma ciudad en setiembre de 1999. No fue más que un educador, como él lo quiso. Todas sus tareas estuvieron dedicadas a la enseñanza”.
El haber llegado Inspector General de Enseñanza Secundaria, significaba poca cosa para un hombre que estaba preparado por su estudio y dotado por su naturaleza para desempeñar las más altas magistraturas que pueda ofrecer una república.
La preocupación constante de Nelson fue la niñez
Amaranto Abeledo , ex miembro de instituciones consagradas a velar por el niño desvalido, a principios del siglo XX - impulsando la creación de hogares escuelas destinados a acoger a éste, dijo “Brega por la educación y protección apasionadamente, asiste a conferencias, publica y empápate de obras vigorosas en las que enfoca la manera desde todos sus ángulos los problemas del niño, sugiriendo las soluciones que estimas adecuadas”.
La prédica de Nelson , bondadosa y sencilla, llenaba de seguridad a los pequeños alumnos y de admiración a los pequeños aprendices.
Durante décadas prestó su concurso a la política educativa de Nelson, José María de la Rúa, hasta su final de su partida prematura, olvidando su personalidad científica para entregarse a la tarea humildísima pero sagrada de educar a niños de toda condición social, aún de barrios marginales, acogiéndolos en los hogares escuelas.
Nelson estaba unido en matrimonio con Ernestina A. López no menos famosa que él, una de las primeras doctoras en Filosofía y Letras de nuestro país, destinataria de aquella famosa carta de Miguel Cané refiriéndose a que las alumnas de cualquier nivel primario o secundario, debían asistir modestamente.
Hecho que desembocaría en el uso obligatorio del guardapolvo o delantal blanco, eco del vestido mandado a usar por Sarmiento años antes de sus alumnas sanjuaninas del Colegio de Santa Rosa.
Se conserva una página autógrafa de Nelson escrita poco antes de fallecer refiriéndose al Congreso Panamericano de Educación que tuvo lugar en Washington en el año 1916,donde sus ideas tuveron una aceptación muy destacada. Sobre esa asamblea expresó :“Es la primera vez que presido un evento de educación”. Nota enviada a Bernardo Gonzalez Arrili.
Aristotélicamente consideraríamos a Nelson como un hombre de alma indudable. Su grandeza estaba en él como consecuencia de todas las demás virtudes.
No supo de honores, no le preocupó la vanidad, solo le dio prioridad a desarrollar en la niñez las capacidades para defenderse en la vida construyéndose su propio destino, seguro para sí mismo, para su entorno y para el país.
Bibliografía:
Amaranto Abelledo:” Ernesto Nelson. Recuerdo de una vieja amistad”.
Julio Arre: “Como es un buen maestro” en “ La Nueva Democracia”, enero, 1953.
Nelson. Pasaje. Topografía:
Corre de E. a O. al norte de la calle Gorriti, desde la calle Rawson a la ex - vía del Ferrocarril Mitre.
Carece de denominación oficial.
Desde su apertura es conocido por Cortada Nelson.
Recuerda a Ernesto Nelson nacido en Buenos Aires en 1873; donde falleció en la misma ciudad en setiembre de 1999. No fue más que un e3ducador, como él lo quiso. Todas sus tareas estuvieron dedicadas a la enseñanza”.