DUAYEN CÉSAR (1853-1947)

Nos dice Bernardo Gónzález Arrili: "Escribo cuando siento la necesidad de hacerlo, con verdadero deleite, como quien se proporciona a sí mismo un regalo decía  Duayén o le hacían decir, en un reportaje, cuando anunció su tercera novela “Eleonora”. Debía referirse a escribir relatos novelados, cuentos o viajes".


En todos los tiempos algunos escritores han firmado sus trabajos con su nombre de pila mientras otros recurrieron  a un seudónimo.


Emma de la Barra, cuya ascendencia se remontaba al virrey Vértiz, hija de don Federico de la Barra, fundador del periódico "La Confederación, el primero en la ciudad de Rosario ", empleó el seudónimo César Duayen.


Aún sabiendo que la incógnita duraría poco y que la autenticidad literaria saldría a la luz tarde o temprano, decidió escudarse bajo nombre de varón, pero lo cierto que su audacia fue un hábil y efectivo acierto y que no hubiese sido mejor de haberlo planeado deliberadamente.


Bn efecto  el libro "Stella" firmado por un tal César Duayen impactó de tal manera en el mundo literario que se hacían miles de conjeturas sobre la identidad del autor hasta entonces desconocido.


La curiosidad de la gente quedó pronto satisfecha y el verdadero nombre de la autora  inquietó a los lectores.


En el  año que nació la escritora su padre ocupaba la función de senador  por Santa Fe  en el Congreso de Paraná, aunque siempre debió cambiar de residencia debido al conflicto existente entre Buenos Aires y la  Confederación y por su militancia se convirtió en un desterrado político, recalando en Rosario donde tuvo un significativo desempeño periodístico y social.


"La vida en la pequeña aldea recién convertida en ciudad, constituyó un grato período para el  sutil espíritu de Emma, que vivía en una casona ubicada a una cuadra de  la plaza 25 de Mayo y a los fondos de la Iglesia matriz, en contacto con el mundo periodístico e intelectual frecuentado por el padre y en el que se nutrió de vivencias enriquecedoras” - nos dice Gastón Federico Tobal en Evocaciones porteñas. Buenos Aires, 1947.


La ascensión de Avellaneda a la primera magistratura determinó el regreso de la familia  de La Barra a Buenos Aires y el casamiento de Emma, en primeras nupcias, con un hombre rico que le permitió vivir a su manera, líricamente cultivadora de artes menudas: la música y el canto, sino también actuar febrilmente en tareas benéficas, como crear la organización de la  Cruz Roja y  Sociedad Musical Santa Cecilia.


Las crónicas de salón recuerdan haberla oído cantar con buena voz en las famosas tertulias de doña Carmen Nóbrega, la mujer de Avellaneda.


Viuda muy joven, Emma vivió un nuevo romance con un noble caballero, periodista de lo mejor, honrado político y hábil conversador quien emprendió un imprevisto viaje al África, empujándola a llenar sus días vacíos escribiendo todas esas cosas que soñaba en voz alta.


Ella así escribió la novela  "Stella" y se ocupó Llanos de la impresión del libro, que apareció con mucha suerte y la incógnita del autor contribuyó al éxito.


 La crítica, muy favorable comenzó a interesarse por aquel escritor que como Balzac poseía una rica imaginación, imaginación especialmente preparada para novelarlo todo: Lo ajeno y lo propio; la vida y la muerte, la alegría y la pena , lo útil y lo inútil. Entonces fue él quien revelaría el misterio, el tal Duayen no era otra persona que su pareja.


Las ediciones se repitieron a tal punto que Emilio Mitre le pidió autorización para añadir ese libro a la colección universal de la Biblioteca del diario La  Nación.


Compuso tres obras, la segunda "Mecha Iturbe", en 1906 le reportó la cantidad de cinco mil pesos antes de ser impresa, también  algunos cuentos y páginas de sus viajes fabulosos  al Viejo Mundo donde el matrimonio  se codeó con gente de rancia estirpe, nobles y reyes, visitando los mejores museos, escuchando las más consagradas orquestas y consumido los platos de la mejor cocina internacional hasta quedar anclados en París en la mayor de las estrecheces económicas.


Habiendo  despilfarrado verdaderas fortunas, vivían de los artículos que escribía su esposo en las columnas de  "La Nación" y para otro diario de  La Plata, pero nunca dejaron de vincularse con hombres de las letras y la política, se dice que Jaurés estuvo con ellos unas horas antes de ser asesinado.


Emma era una mujer de una verborragia impresionante, dominante de varios idiomas y muy optimista, aunque a  la muerte de su segundo esposo se sumió en el silencio más profundo hasta su muerte ocurrida en abril de 1947, a los ochenta años. 

 

Bibliografía:
Prando Alberto: "Dos silencios: homenaje a César Duayen". "La Prensa". Buenos Aires, en su edición del 27 de mayo de 1973.
Emma de la Barra de Llanos.  "La Nación" en su edición del 6 de abril de 1947.
Gónzalez Arrili Bernardo: "César Duayen. "historia de la Argentina, según las biografías de sus hombres y mujeres"Ed. Nobis. Bs. As. 1968.Pág. 648 y sig.

 

Duayen. C alle. Topografía:
Corre de N. a S. desde 4800 hasta 4999 a la altura de Lola Mora, Santa Rosa de Lima y Mariquita Sánchez de Thompson 200 Bis
Se le impuso ese nombre por D 4675 del año 1977.
Recuerda a Emma de la Barra, cuya ascendencia se remontaba al virrey Vértiz, hija de don Federico de la Barra, fundador del periódico "La Confederación, el primero en la ciudad de Rosario ", empleó el seudónimo César Duayen.