FALLA MANUEL de (1876 – 1946)

Detrás de aquellos años finales había más de medio siglo de música. Nacido en Cádiz en 1876, Manuel de Falla demostró que la música popular de España merecía un lugar importante en los teatros del mundo.


Transformados en tres movimientos para piano y orquesta, los bautizó “Noches en los jardines de España” definiéndolos como un grupo de “impresiones sinfónicas “ sobre Andalucía. Enrolado en la escuela españolista de su maestro Felipe Pedrell, persiguió de manera excesiva los encantos y misterios del lenguaje folklórico de su país.


A los 29 años el drama lírico “La vida breve” le daría inmediata notoriedad internacional.


Radicado en París, consolidó con Maurice Ravel, Claude Debussy y Paul Dukas una amistad que resultaría de crucial relevancia para explicar los aspectos impresionistas de su obra.


En 1915 regresó a España y dio a conocer los “Nocturnos” que se había resistido a publicar en Francia.


Don Manuel arribó a Buenos Aires el 18 de octubre de 1939, invitado por la Institución Cultural Española. La Guerra Civil había sacudido hondamente su espíritu. Según Pedro Massa. llevaba cerca de tres años hundido en un sillón, casi imposibilitado de mover las piernas.


Sin embargo, aceptaría gustoso prestigiar con su presencia el 25° aniversario de esa entidad señera y se embarcó en el vapor italiano Neptunia el 2 de dicho mes en Barcelona. ”Llegaba – dice el notable escritor español – en un estado físico realmente impresionante: consumido, pálido, hecho una pavesa”.


Como no podía ser de otra manera el recibimiento fue apoteósico. la prensa aludía a sus principales obras: “El amor brujo”, “El sombrero de tres picos”, “El retablo del maese Pedro” y “Noches en los jardines de España”.


En noviembre de ese mismo año regresó a Buenos Aires para cumplir su compromiso de dirigir cuatro conciertos en el Colón, cuando recibiría ofertas de trasladarse a Nueva York cuando decidió buscar en las sierras de Córdoba paisajes y paz que le recordasen el impresionante contorno de Granada.


“El músico genial halló un ambiente de paz y sosiego en el marco azul y apacible de las sierras cordobesas” nos dice Miguel Angel De Marco.


Para 1942 ya se hallaba en Alta Gracia, en el chalet de Los Espinillos almorzando insólitamente a media tarde y cenando a medianoche como disfrutando de sus paseos entre naranjos, cactus y cipreses.


Convertiría su casa en un lugar de peregrinación de artistas de todo el mundo y sus amigos de España, entre ellos el gaditano universal Rafael Alberti y Paco Aguilar que hizo oír su laúd en el melancólico silencio serrano.


La salud del anciano maestro declinaba poco a poco y la muerte le llegaría plácidamente en la madrugada del 14 de noviembre de 1946.


“Cuando Falla murió, Eva Perón le pidió a Ara que se ocupara de su cuerpo – quien se ocuparía años más tarde de parafinar el cadáver de Evita) porque había que llevarlo a Europa. Ara era agregado cultural de la embajada española le hizo un trabajo especial para conservarlo.


El recuerdo de Manuel de Falla siguió vivo en la Argentina. Lo demostrarían las amplias notas escritas en el centenario de su nacimiento.


En 1976, en la intersección de boulevard Oroño y Cochabamba, en nuestro parque Independencia, fue descubierta una escultura de Carmita Batlle.


Bibliografía:
De Marco Miguel: “Manuel de Falla en la Argentina”. Art. del diario La Capital en su edición del 30de julio de 1995.
Castiñeira de Dios José Luis: “Últimas imágenes de un apasionado” Diario La Capital del ¡4 de noviembre de 1996.

 

Falla Manuel de. Pasaje .Topografía:

Corre de N. a S. desde 3900 hasta 3999 a altura de Presidente Quintana 1300.

Se le impuso ese nombre por Decr.4672 del año 1960.

Recuerda al gran músico español Manuel de Falla (1846 – 1946) que falleciera en Alta Gracia.